Archivos Mensuales: marzo 2015

La fraudulenta superioridad de los economistas

por El País

“La arrogancia de los economistas ha sido rigurosamente confirmada por una investigación publicada en una de sus revistas especializadas. The Journal of Economic Perspectives revela que el 77% de los alumnos de doctorado en economía de las más prestigiosas universidades de Estados Unidos piensa que ‘la economía es la ciencia social más científica’. Sin embargo, tan sólo el 9% de los entrevistados opina que hay consenso con respecto a cómo responder preguntas básicas de la ciencia económica”.

Esto lo escribí en un artículo publicado hace diez años. Allí también ofrecí ejemplos de la sorprendente brecha que había entre lo poco que sabían y lo muy superiores que se sentían los economistas con respecto a otros científicos sociales como politólogos o sociólogos. Y en vista de su vasta ignorancia sobre temas básicos de la ciencia económica, sugerí que “a los economistas les convendría cambiar su arrogancia intelectual por una actitud más humilde y ver qué pueden aprender de otros”. Eso no pasó. Y no porque la ciencia económica haya llenado los vacíos de conocimiento que la plagaban una década atrás.

La misma revista en cuyos datos basé mi columna hace diez años acaba de publicar un artículo titulado (irónicamente) La superioridad de los economistas. En él se demuestra que una década después, y a pesar de la catastrófica crisis mundial que no fueron capaces de prevenir y sobre cuyas razones y soluciones aún debaten ferozmente, los economistas siguen creyendo que su ciencia es superior a todas las demás. Si bien hay incipientes intentos de recurrir a otras disciplinas para enriquecer sus teorías, la realidad es que los economistas estudian —y citan— predominantemente a sus colegas.

Los autores del artículo, Marion Fourcade, Etienne Ollion y Yann Algan, examinaron las 25 publicaciones científicas más respetadas en Economía, Ciencias Políticas y Sociología. Encontraron que, entre 2000 y 2009, en todos los artículos publicados en The American Economic Review (AER), la más importante, el 40% de las referencias son a artículos publicados en las otras 24 principales revistas de economía. Tan solo el 0,3% de los artículos citados provienen de las revistas de sociología y el 0,8%, de las principales revistas de ciencias políticas. Es decir, que en todos los textos publicados en las 50 revistas más importantes de otras disciplinas durante toda una década, los economistas solo encontraron cerca de un 1% de artículos dignos de ser citados.

Y hay más. A la pregunta “¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con la afirmación de que ‘el conocimiento interdisciplinario es mejor que el conocimiento obtenido de una sola disciplina?”, la mayoría (57%) de los profesores de economía de EE UU que fueron sondeados estuvo en desacuerdo. En cambio el 75% de los profesores de sociología y el 72% de los politólogos encuestados dijeron que trabajar interdisciplinariamente era mejor.

Pero el desdén de los economistas por las ideas de otros campos no es universal. Hay disciplinas que les atraen mucho. Las finanzas y los negocios, por ejemplo. Mientras que las citas de los economistas a otras disciplinas vienen disminuyendo, las referencias a artículos publicados en revistas académicas especializadas en finanzas han experimentado un vertiginoso crecimiento. Analizando el lugar de empleo de los autores de artículos publicados en la principal revista estadounidense de economía (AER), Fourcade, Ollion y Algan encontraron que en los años cincuenta tan solo el 3,2% de los autores trabajaban como profesores en facultades de negocios. Pero en la década que se inició en el año 2000 el porcentaje aumentó al 18%.

Luigi Zingales, un respetado economista, advierte de que la cercanía de sus colegas al mundo de los negocios y las finanzas puede amenazar su independencia y condicionar su agenda, conclusiones y recomendaciones.

Zingales encontró, por ejemplo, que cuando los autores de artículos académicos no trabajan en facultades de negocios, sus textos son significativamente menos propensos a justificar los elevados sueldos que cobran los ejecutivos, y con frecuencia tienen una posición crítica al respecto. Dos tercios de los sociólogos estadounidenses sondeados opinan que las empresas privadas obtienen ganancias excesivas, mientras que solo un tercio de los economistas lo cree así. Casi ningún profesor de finanzas encuestado estuvo de acuerdo.

La crisis económica que aún vive el mundo y la incapacidad de los economistas para ofrecer soluciones sobre las cuales hay un significativo consenso revela que su instrumental teórico necesita urgentemente una inyección de nuevas ideas, métodos y supuestos sobre la conducta humana. Es difícil que esto ocurra mientras prevalezca la arrogante insularidad intelectual de la elite que actualmente rige de manera férrea y miope las investigaciones económicas.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/03/28/actualidad/1427562693_607910.html

135° Capítulo de ECONONUESTRAS 23-mar-2015

Entrevista a Lucio Cuenca, Director de OLCA (Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales) a propósito del Día Mundial del Agua, caracterizando los conflictos entre comunidades y capital.

¿Nos vuelve mezquinos el dinero?

por BBC Mundo

Desde viejos avaros y gruñones hasta los agresivos lobos de Wall Street, Hollywood ha sabido retratar la influencia corruptora de la riqueza. ¿Pero qué tan precisos son esos estereotipos? ¿Realmente el dinero corrompe?

La calle que bordea la costa de Los Ángeles está flanqueada por palmeras. Patinadores y transeúntes paseando a sus perros se dirigen hacia la playa.

Y el psicólogo social Paul Piff se pasa la tarde yendo y viniendo sobre un cruce peatonal.

Gracias a la gran cantidad de ricos locales, no faltan los vehículos de lujo. Elegantes coches deportivos e
ingeniosos autos híbridos son parte esencial de su demostración.

Piff vino aquí para hacer uno de sus experimentos más provocadores: ¿quiénes se detendrán en el cruce de peatones con más probabilidad, los ricos o los pobres?

Los conductores están obligados por ley a detenerse si alguien quiere cruzar. Y, mientras un Lexus se desliza alegremente por delante de él, Piff explica lo que ha hallado con su equipo de investigadores.

«Ninguno de los conductores de los autos menos costosos violó la ley, mientras que cerca del 50% de los conductores de automóviles más caros rompió la ley», dice.

Fibra moral

Piff también le preguntó a una serie de personas de diversos orígenes cómo se comportan en varios escenarios.

En el pasado, la percepción pública tendía hacia la idea de que la gente muy pobre rompía más las reglas por estar bajo presiones financieras o enfrentar circunstancias difíciles.

Pero el trabajo de Piff sugiere lo contrario: tener más dinero hace que uno se preocupe menos por los otros y se sienta con el derecho a priorizar sus propios intereses.

Después de casi una década investigando este asunto, Piff llegó a la controvertida conclusión de que ser rico, en lugar de transformar a la gente en benefactor benevolente, en realidad puede ser bastante malo para su fibra moral.

«Lo pone más en sintonía con sus propios intereses, sus deseos, su propio bienestar», dice.

«De alguna manera, lo aisla de otras personas, psicológica y materialmente. Uno prioriza sus propias necesidades y sus propios objetivos y tiene menos sintonía con los que lo rodean.

En su laboratorio de psicología, Piff ha llevado a cabo estudios que sugieren que las personas con más dinero son más propensas a ser tramposas en un juego de dados, a comer dulces reservados solo para niños y están menos dispuestos a renunciar a su tiempo para ayudar a otros.

La prueba del dictador

Utilizando una herramienta bien conocida por los psicólogos, la pueba del dictador, Piff reunió a un grupo de personas y les dio a cada una de de ellas US$10.

Les dijo que podían compartir todo, algo o nada de ese golpe de suerte con otro participante al que no le habían dado nada.

«La economía racional indica que la persona más pobre debe conservar más para sí mismo, y la persona más rica debe dar más”.

«Nos encontramos con todo lo contrario. Entre más rico seas, menos generoso serás. Le darás porciones significativamente más pequeñas a esa otra persona.»

«Las personas más pobres fueron notablemente más generosas, dieron el 150% de lo que compartieron los participantes más ricos», dice.

En otro estudio Piff manipuló un juego de Monopolio para privilegiar a un jugador, dándole más dinero para empezar.

Al final, esa persona tenía el Rolls Royce para moverse por el tablero y el jugador con desventaja estaba destinado a perder.

Después de decenas de jugadas se observó que ganar saca lo peor de quien domina el juego: una actitud imperativa, el dominio del espacio, incluso más avidez para comer canapés de un bol de canapés que era para todos los participantes.

Cuando nos sentimos ricos, concluye Piff, necesitamos menos a las otras personas.

En el mundo real, cuando la gente tiene menos dinero depende más de sus relaciones sociales para salir adelante.

Por lo tanto, se priorizan las relaciones interpersonales.

Los ricos, por el contrario, pueden comprar paz, tranquilidad y espacio, además de una solución para la mayoría de sus problemas.

No hay nada como una billetera suculenta para animarse en medio de una crisis. Pero eso tiende a aislar a una persona de las experiencias de otros.

Los hallazgos de Piff tienen un atractivo popular. Hay cierto consuelo al pensar que aquellos que disfrutan de las ventajas de la riqueza también podrían estar pagando un precio.

Todo lo contrario

Pero no todo el mundo está convencido.

La psicología es una disciplina llena de dificultades. En los estudiios del mundo real siempre hay factores de confusión. ¿Tiene la persona que cruza una calle más confianza ante a un coche más barato?

¿Es el conductor realmente rico o el BMW se lo prestó su tío?

Los datos de las encuestas de población son difíciles de descifrar. No hay manera de separar la causa y el efecto, y los sujetos que participan en estudios de laboratorio dan respuestas que pueden o no tener ninguna relación con la vida real.

Sólo cuando los estudios que emplean diferentes métodos apuntan repetidamente a la misma dirección, los resultados se consideran significativos.

Desde que Piff publicó su primera serie de resultados en 2010, otros científicos de todo el mundo han estado ocupados tratando de contradecirlos.

Algunos respaldan el trabajo de Piff, pero otros han encontrado lo contrario.

Un estudio realizado en Holanda que utiliza a millonarios de la vida real como participantes, encontró que son más generosos que una persona promedio cuando se tienen una pequeña suma de dinero para conservar o compartir.

Los análisis de los datos de población de académicos en Europa no encontraron ninguna relación entre la riqueza y la falta de generosidad.

Sobre todo encontraron lo contrario, que los individuos más ricos tienen más tiempo para ofrecer tiempo y dinero para los demás.

El vil metal

Sin embargo, hay un campo estrechamente relacionado de estudio que puede ayudar a explicar los hallazgos de Piff.

La investigadora Kathleen Vohs, de la Universidad de Minnesota pasó su tiempo dejando caer «accidentalmente» un manojo de pequeños lápices amarillos para ver si la gente le ayudaba a recogerlos.

Antes, Vohs introducía en la conversación con la mitad de los participantes pensamientos de dinero, ya sea con frases o contando efectivo.

Estos participantes incentivados demostraron ser menos solícitos para recoger los lápices.

Y en un estudio similar, también fueron menos generosos cuando fueron invitados a donar para organizaciones de caridad.

A diferencia del estudio de Piff, esto parece tener poco que ver con lo ricos o pobres que sean. Y los resultados han sido reproducidos en 19 países hasta la fecha.

«Parece que hay algo sobre la idea del dinero y la manera como la gente lo representa en su mente que causa los efectos que vemos, y que parece que tiene poco que ver con si la gente se siente atada o no a la plata», asegura Vohs.

La investigadora dice incluso que sólo pensar en dinero invoca una «mentalidad de autosuficiencia» que refleja el hecho de que el dinero tiene que ver con transacciones con extraños y el cálculo en beneficio propio».

Normalmente uno no utiliza dinero con sus seres queridos.

Como resultado el dinero puede hacernos más decididos y enfocados, pero también nos hace menos sensible a las necesidades y sentimientos de los demás.

Más agresivos

Investigadores en Hong Kong fueron un paso más allá.

Los profesores Zhansheng Chen y Yuwei Jiang escogieron personas incetivadas por el dinero. Cuando se les daban una serie de dilemas éticos, eran más propensos a aceptar transgresiones morales como hacer trampa en los exámenes o mentir en un currículum.

Y cuando participaron en un juego en que se podía castigar a otro participante con una explosión de sonido, los participantes incetivados por el dinero seleccionaron el zumbido más desagradable para su oponente, a un nivel consistentemente más fuerte durante más tiempo.

Así que hace hincapié en precios y utilidades, cuentas bancarias y presupuestos, puede no ser bueno para el ambiente de la oficina o la integridad de su organización.

«Si quieres que tus trabajadores cooperen entre sí y sean honestos, no los sobornes con bonos», dice Jiang.

En cambio tiene otra idea.

«Ofréceles a tus empleados un viaje a Hawái. La gente no piensa en dinero cuando se va a Hawái».

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150319_economia_dinero_corrompe_ng_finde

134° Capítulo de ECONONUESTRAS 16-mar-2015

Invitadas: Dos compañeras de la Escuela Popular Luis Emilio Recabarren, con quienes comentamos los casos de corrupción, la connivencia entre poder político y poder económico, y el rol del poder judicial en este «viejo estado burgués».

133° Capítulo de ECONONUESTRAS 9-mar-2015

Hablamos de la lucha de la comunidad de Caimanes, del Caso Penta, de Luksic y más.

¿Puede el mundo seguir creciendo eternamente?


por BBC Mundo

En el mundo muchos se están haciendo cada vez más ricos; sin embargo, todavía hay miles de millones de personas viviendo en la pobreza.

Desde el advenimiento de la era industrial, el mundo se ha hecho sostenidamente más próspero, pese a reveses como la Gran Depresión y la más reciente crisis financiera global.

Fabricamos más, vendemos más y consumimos más que nunca.

Pero según Naciones Unidas, cerca de 3.000 millones de personas todavía viven con menos de US$2,5 al día.

Entonces, ¿cómo podemos elevar los niveles de vida? La respuesta, según muchos gobiernos, es mediante un rápido crecimiento económico.

El crecimiento es visto como la panacea para muchos males económicos. Crea trabajos, elimina deudas y eleva los niveles de vida. Es visto universalmente como una buena cosa.

Los periodistas son cómplices de eso. Frecuentemente describimos un crecimiento rápido como «robusto», uno lento como «anémico» y una economía en recesión la presentamos como «enferma».

«Hervir los océanos»

Pero ahí existe un problema: vivimos en un planeta limitado, pero el crecimiento es exponencial.

Un crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) de 3% puede no sonar como mucho, pero significa que una economía duplicará su tamaño cada 23 años.

¿Importa eso? De acuerdo con Tom Murphy, profesor de Física de la Universidad de California en San Diego, definitivamente sí, porque el crecimiento económico va de la mano con el incremento del consumo de energía.

«Desde un punto de vista físico, si crecemos a un 3% anual, en cerca de 400 años estaremos hirviendo los océanos, no sólo por el calentamiento global y la producción de CO2, sino por el calor que se produce naturalmente con el uso de energía», asegura.

Esas limitaciones físicas, dice el profesor Murphy, empezarán a tener un impacto, por ejemplo creando ciclos de bonanza y caída, y hará que a largo plazo el crecimiento sea imposible.

Energía accesible

Esta manera de ver las cosas no es completamente nueva. De hecho, el clérigo y académico inglés Thomas Malthus enfatizó un punto similar en el siglo XVIII. Su preocupación no era el uso de la energía sino el crecimiento de la población.

Malthus creía que la población crecería en la medida que se elevaran los niveles de vida y que eventualmente las fuentes de comida se agotarán. Eso no ha pasado hasta ahora. Por el contrario, nos hemos hecho mejores en la producción de alimentos.

¿Podremos hacer algo similar con la energía?

«Existe el potencial de lograr fuentes renovables de energía que no produzcan emisiones de carbono, que sea baratas y fácilmente accesibles», dice el economista y activista ambiental Yoram Bausman.

«El objetivo es que el costo de la energía renovable llegue a estar por debajo de, digamos, el carbón».

Ciertamente existen pequeños síntomas de ansiedad dentro del sector de las finanzas.

«Históricamente, la gente ha demostrado una notable habilidad para lograr desarrollo económico y crecimiento, frecuentemente frente a terribles catástrofes ambientales y humanas», dice Joe Seifert, un exbanquero de inversiones que ahora es funcionario principal de inversiones del fondo indio Essar Capital.

«Escasez de recursos en áreas como energía y agua es una posible limitación, pero hay ingentes recursos naturales sin explotar y la inventiva humana ha superado en el pasado ese tipo de limitaciones».

El crecimiento correcto

Eso debería ser buenas noticias para muchos países en desarrollo, que dependen del crecimiento para crear trabajos y mejorar los niveles de vida.

Pero el crecimiento solo no es suficiente, dice Ashish Thakkar, fundador y jefe ejecutivo del grupo africano Mara. Es necesario que sea el crecimiento del tipo correcto.

«El crecimiento no debería estar basado en especulación y el dinero fácil. Debe ser visto como ayuda para sacar a la gente de la pobreza. No debemos perder ese modo de pensar. No debería tratarse de quemar recursos naturales».

¿Una vida «rica»?

Sin embargo, Thakkar piensa que el crecimiento puede todavía tener grandes beneficios para los países en desarrollo.

Pero la conocida y frecuentemente controvertida activista ambiental india Vandana Shiva tiene una opinión muy diferente.

Shiva cree que la actual manera como se mide el crecimiento pone demasiado énfasis en actividades potencialmente dañinas, como minería o explotación forestal, y no valora la riqueza natural.

«Cada historia de crecimiento es una historia de huella ambiental que ha sido encontrada, de dislocación local. El crecimiento se mide en términos del uso de recursos. No mide la vida que vives, los nutrientes que comes, la calidad de tu vida».

«Manos y corazón»

Shiva piensa que necesitamos redefinir lo que entendemos por riqueza y aceptar que el crecimiento económico frecuentemente implica pagar un elevado precio.

«Ser rico significa vivir una vida plena, vivir una vida con significado», afirma.

«Es tener trabajo para tus manos y tu mente y tu corazón. Tener un amplio círculo de compasión para dar. Y en eso no hay límite».

Una persona que podría simpatizar con ese punto de vista es Gilliam Tett, la editora en EE.UU. del diario británico The Financial Times.

Tett es además graduada en antropología social, el estudio de los pueblos y cómo se relacionan unos con otros. Ella cree que la visión del crecimiento defendida por los economistas ortodoxos es muy limitada.

«La gente no piensa sobre sus vidas en términos de números en un banco o de números en una hoja de cálculo. Ellos consideran la sensación total de bienestar y prosperidad. Quizá esa debería ser el tipo de cosas en el que nos deberíamos enfocar más estos días».

Así que, si queremos enriquecernos por siempre, deberíamos regresar a la mesa de diseño y empezar por repensar qué es lo que realmente significa ser ricos.

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150316_economia_crecimiento_agotamiento_desarrollo_cch

Cinco chistes que revelan por qué los economistas casi siempre se equivocan

por BBC Mundo

«¿Por qué los tiburones no atacan a los economistas?» Respuesta: «Cortesía profesional».

Esta breve muestra de humor mordaz es sólo un ejemplo de la cantidad de bromas que se pueden hacer a costa de una profesión con fama de seria y engorrosa, la de los economistas.

En «El chiste y su relación con el inconsciente», Sigmund Freud decía que los chistes, además de hacer reír, revelan verdades ocultas de la vida social.

Y los economistas no son ajenos a esta dinámica del humor que tiene un mensaje detrás.

Veamos: si alguien cuenta que «le pedí su número de teléfono a un economista … y me dio una estimación» el chiste reside en que el único teléfono que no tiene un número preciso es, paradójicamente, el del supuesto «experto en números»: el economista.

Como un eco, el «estimado» telefónico refleja los vicios típicos de una praxis profesional que construye afirmaciones categóricas… con cálculos aproximados.

Los cinco chistes a continuación revelan distintos aspectos de este arte. BBC Mundo se los cuenta.

1 – Los economistas crearon «el Kamasutra económico» pero ¿saben algo de economía real?

Los economistas explican qué va a pasar con los salarios, los mercados, el precio del petróleo, del mercado inmobiliario o la inflación.

Tanto en el Estado como en el sector privado, proporcionan el sustento «discursivo-racional» de las medidas económicas que adoptará un gobierno o una compañía.

Tienen el «Kamasutra económico» más amplio del mundo con respuestas para todos los gustos e inclinaciones, pero ¿saben realmente algo de la economía real?

Toda esa jerga esotérica, docta e impenetrable, ¿les sirve para hacer funcionar con éxito una fábrica o realizar un negocio? ¿Se encargaron alguna vez de la producción, venta o distribución de algo más tangible que sus propias teorías?

Muchos contestarán con un tajante «no» a las respuesta de arriba. El chiste, por el momento, sólo arroja un manto de duda.

2 – Los economistas han previsto 9 de las últimas 5 recesiones.

Uno de los flancos más frágiles de los economistas es la predicción, rasgo que diferencia a las ciencias duras de las sociales.

Hasta nuevo aviso, uno espera que toda piedra que se suelte en el aire caiga sobre la Tierra por obra y gracia de la gravitación. Pero no ocurre lo mismo con la economía.

De 134 crisis y recesiones en el mundo en desarrollo entre 1991 y 2001, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo predijo 15.

La lista de fallos predictivos de economistas es tan legendaria como la de los pronósticos meteorológicos.

De ahí las numerosas bromas que hay al respecto, como: «un economista es un experto que sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no sucedieron hoy».

Según el académico estadounidense Philippe Tetlock, que estudió los pronósticos de unos 284 economistas durante 20 años, sus posibilidades de acierto son similares a los que tiene un chimpancé de ganar en un juego de dardos.

3 – ¿Cuántos economistas de Chicago hacen falta para cambiar una bombilla? Respuesta: Ninguno. Si se necesita cambiar la bombilla, el mercado se encargará de hacerlo.

En los años 80, el «mercado» se convirtió en una varita mágica que explicaba todo fenómeno económico con la precisión de un termostato que controla la temperatura mediante un infalible mecanismo de autorregulación.

En cualquier explicación periodística se lee como verdad revelada que el aumento o la disminución de precios y salarios, la recesión y un larguísimo etcétera de fenómenos se explican por la interacción de la oferta y la demanda gracias a la «mano invisible» del mercado.

Es como si no se necesitara ninguna acción humana, como si nadie decidiera aumentar los precios, como si las remarcaciones del costo de un producto no fueran parte de una compleja cadena en la que alguien (o un grupo) toma una decisión, da una orden que se ejecuta y tiene un impacto determinado: pagar más en el momento de la compra.

De ahí el problema que causa la bombilla.

Es obvio que la mano invisible del mercado no podrá cambiarla: convendrá intervenir nombrando a una «mano visible» para que se ocupe del asunto.

Dicho sea de paso, el chiste de la bombilla se ha aplicado a todos los economistas para comparar sus teorías: un trotskista diría que no se necesita cambiarla sino destruirla, mientras que un marxista -conforme a los principios de la dialéctica- respondería que la bombilla contiene en su interior las semillas de su propia destrucción.

4 – ¿Qué responden en una entrevista laboral un matemático, un estadístico y un economista cuando les preguntan cuánto es 2 + 2?

– El matemático no lo duda: «da 4 exactamente». El estadístico pondera: «en promedio, cuatro, con un margen de error del 2%». El economista acerca la silla al entrevistador y baja la voz a un susurro: «¿A qué desea usted que sea igual?»

La supuesta asepsia de los economistas amantes puros del conocimiento no es tal.

Muchos señalan que los economistas trabajan para hacer dinero y lo hacen amoldando sus teorías al «cliente»: desde una empresa a un organismo internacional o un país.

Más estrictamente hablando, es cierto que las fundaciones de pensamiento económico son financiadas por grupos empresariales o sindicales o políticos o quien sea que paga con un objetivo a la vista: producir hipótesis y estudios que se ajusten a su visión del mundo específica.

Los profesionales se encargan, en muchos casos, de proporcionan el discurso a medida.

De ahí un chiste en esta vena, pero un poco más lapidario: ¿Por qué los tiburones no atacan a los economistas? Respuesta: Cortesía profesional.

5 – ¿Por qué Cristóbal Colón fue el primer economista? Respuesta: Porque cuando dejó el Puerto de Palos para descubrir América ignoraba a dónde iba; cuando llegó, ignoraba dónde estaba y, además, lo hizo todo con una beca del Ministerio.

La economía está inmersa en la esencial incertidumbre de la vida social.

Las innovaciones tecnológicas, cambios políticos o institucionales, rebeliones y otros procesos de cambio son parte de esas variables impredecibles que cambian la sociedad y la economía.

Por caso: todavía estamos intentando cuantificar el impacto de internet en la actividad económica.

Y las hipotecas subprime en Estados Unidos fueron un negocio redondo justificado con modelos matemáticos que llevaron a una de las peores crisis de los últimos 100 años.

La ironía es que pasan los cambios y las crisis y los economistas siguen hablando con la misma suficiencia de siempre.

Igual que Cristóbal Colón que procuró convencer a todo el mundo que había llegado a algún lugar de Asia próximo a India.

Uno más

Y a modo de epílogo, un chiste extra… porque no podemos parar de contarlos:

¿Cuál es la primera ley de los economistas?: por cada economista existe un economista igual y opuesto. ¿Cuál es la segunda ley de los economistas?: ambos están equivocados.

Los cinco chistes previos apuntan al equívoco lugar que la economía ocupa en el conocimiento humano.

¿Hay alguna manera de demostrar fehacientemente que una teoría es correcta y otra no lo es? ¿Dónde está la verdad? ¿En la doctrina monetarista, la keynesiana, la marxista, la estructural…? ¿Equivale esto a decir que todo estudio de economistas es falso? ¿O que cualquiera puede ser verdadero?

No. La clave es tratarlo como conocimiento «aproximado» y no como «verdad revelada».

Pero al mismo tiempo habría que admirar la escala y ambición de mediciones como el Producto Interno Bruto (PIB) que cuantifica toda la riqueza producida por una sociedad, es decir, por la interacción económica de millones de personas en determinado período de tiempo.

Y más allá de los chistes, nunca hay que olvidar las palabras de unos de los más brillantes economistas del siglo XX, John Maynard Keynes:

«Las ideas de los economistas son mucho más poderosas de lo que generalmente se piensa. De hecho el mundo no está gobernado por otra cosa. La vida de las personas, que muchas veces creen que son independientes de lo que piensa esta disciplina, suele estar determinada por la teoría de algún fallecido economista».

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150302_economia_chistes_economistas_vs

Caimanes: 12 años de lucha contra la minera Los Pelambres

En 2006 entra en funcionamiento el tranque de relave ‘El Mauro’, a pesar de la molestia generalizada por parte de la comunidad de Caimanes en la región de Coquimbo.

por Radio Biobío

Los vecinos de la zona se oponen argumentando que éste afectará directamente su calidad de vida, el medioambiente y por supuesto: El agua.

El tranque es considerado como uno de los basureros tóxicos más grandes de Latinoamérica. La minera Los Pelambres, perteneciente al grupo Luksic, esperaba depositar cerca de mil 700 millones de toneladas de relave. Estos desechos mineros están compuestos de sustancias como arsénico, óxido de silicio y plomo, entre otras que son altamente perjudiciales, tanto para el medio ambiente como para las personas.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos señala que en 2003 Los Pelambres inició las diligencias correspondientes para obtener el permiso de las autoridades ambientales de la época. No fue hasta dos años más tarde que varios propietarios de predios agrícolas del sector recurrieron hasta la Dirección General de Aguas para revocar el permiso que se le había otorgado a la empresa para llevar a cabo la construcción del tranque.

En 2006 la Corte de Apelaciones decide fallar a favor de los vecinos, prohibiendo la construcción del tranque. A pesar de esto, la minera decide acogerse a un advenimiento con parte de la comunidad para continuar con la construcción.

Finalmente, y a pesar de la oposición de la comunidad y la Justicia, el Tranque ‘El Mauro’ comienza a operar en 2008.

Vecinos de Caimanes versos La Minera

En septiembre de 2010, 11 vecinos de Caimanes decidieron dar inicio a una huelga de hambre exigiendo al gobierno de turno que interviniera en el conflicto que mantenían con la minera Los Pelambres. Es decir, el cierre del relave.

Desde ese tiempo los vecinos mostraban su preocupación ante el posible colapso del tranque, dado que eso podría hundir a la comunidad bajo los desechos tóxicos de la minera.

Junto con esto, los vecinos aclararon a la prensa que las reservas de aguas más importantes de la Región de Coquimbo quedaron bajo el relave. Dicha agua fluye bajo las napas subterráneas abasteciendo a pueblos como el de Caimanes.

En un documental realizado por los franceses Dominique Gautier y Jean Ortiz llamado “Caimanes: Los sin agua”, se refleja el sentimiento de lucha de los vecinos para recuperar su calidad de vida (ver documental aquí).

¿Qué pasa en Caimanes ahora?

La Corte Suprema determinó en octubre de 2014 que la compañía Antofagasta Minerals -perteneciente al Grupo Luksic- debía devolver a los vecinos de Caimanes el agua del estero Pupío a su cauce natural. Esta decisión se adoptó luego que se evidenciara que la construcción del tranque generó daños al medio ambiente, lo que afectó la calidad de vida de los vecinos del sector.

“El señor Luksic se ha atrevido a desafiar al máximo tribunal del país, que lo encuentro horroroso”, señaló el vocero de Caimanes en una entrevista realizada por Radio Bío Bío.

En tanto, Sandra Dagnino, abogada querellante del caso, indicó que la prueba del daño de la minera a Caimanes ya fue firmada por la Corte Suprema por lo que se podrían buscar medidas compensatorias.

En febrero de este año y dadas las numerosas protestas de los habitantes de Caimanes, Carabineros decide bloquear el acceso al tranque. Los habitantes denuncian que una vez desalojados, personal de Fuerzas Especiales de Carabineros, les negó el derecho al agua.

http://www.biobiochile.cl/2015/03/01/caimanes-12-anos-de-lucha-contra-la-minera-los-pelambres.shtml

Las Patronas: 20 años de entrega a los migrantes

El colectivo de mujeres que ayuda a los migrantes indocumentados que cruzan México rumbo a EE UU está de aniversario.

por DiagonalPeriodico.net

El 5 de febrero cumplieron 20 años de ardua labor humanitaria al servicio de los migrantes indocumentados que atraviesan territorio mexicano en su paso hacia Estados Unidos.

Su pueblo La Patrona, Amatlán (Veracruz, México) es parada obligatoria para el tren llamado ‘La Bestia’, que transporta en el lomo de sus vagones a miles de indocumentados que han sido arrojados a la indefensión migratoria, desde sus países de origen por gobiernos corruptos y sistemas en decadencia que los olvidan en las alcantarillas de las clases sociales y la imposibilidad del desarrollo.

Las Patronas es un grupo de mujeres que sale a las vías del tren y lanzan bolsas de comida y botellas de agua a los migrantes que van sobre “La Bestia.”  Son el ejemplo vivo de lo que es dar sin esperar nada a cambio. Con ellas se vive la acción. El actuar. El movilizar. Concientizar de la situación de la migración indocumentada es parte vital de su aporte a esta problemática mundial.

Conocidas en el mundo entero por tan íntegra entrega, Las Patronas están de aniversario, cabe mencionar que es la primera vez que lo celebran. Conversamos con Norma Romero, coordinadora de Las Patronas. Una charla que nada tuvo de entrevista periodística, más bien una plática entre una indocumentada que muy bien pudo ir sobre cualquier vagón de “La Bestia,” en su camino hacia Estados Unidos, y una mujer que en cualquier instante pudo tenderle la mano para ayudarla.

¿Qué es lo que sucede el 5 de febrero de 1995? 

Dos de mis hermanas –Rosa y Bernarda– fueron a comprar el pan y la leche para desayunar, y cuando el tren venía pasó despacio porque como es paso ahí tiene que  bajar la velocidad, y nosotros pensábamos que la gente que venía en el tren era mexicana y que se subía en éste para aventurarse. A veces los jóvenes tiene inquietudes, verdad. Pensábamos que como nadie les cobraba el transporte se podían subir pero, ellas escucharon que les gritaron “madre tenemos hambre”, y ellas pensaban que las estaban vacilando. Y pasó el siguiente grupo y también les dijo “madre tenemos hambre, regálanos un pan”. Entonces una de ellas les tiró la bolsa de pan y vino el grupo de atrás y también les pidió. Entonces les lanzaron las cajas de leche. Y llegaron a la casa y mi mamá les preguntó qué habían hecho con el pan y la leche que les había encargado y ellas le comenzaron a decir: fíjate mamá que la gente que va en el tren pues no es mexicana porque tienen un acento no sé cómo hablan ellos, y nos gritaron que tienen hambre.

Entonces nos reunimos en casa y conversamos toda la familia. La verdad, en ese tiempo alcanzaba el dinero y hasta sobraba, porque eran baratas las cosas. Hoy en día, lastimosamente está más cara la canasta básica. Entonces empezamos a hacer taquitos, que arrocito, que huevitos y frijolitos. Y pusimos ocho taquitos en cada bolsita. El día después de que mis hermanas regalaron el pan y la leche empezamos a hacer la comida y fueron 30 lonches y resulta que mi apá dijo, bueno, y les van a dar el taco, ¿y con qué se lo van a bajar? Pues llenen una botellitas de agua, dice. Las botellitas de agua no las podían agarrar porque se les resbalaban de las manos. Llegamos a casa y le contamos a mi apá y nos dijo que las amarráramos en par un hilo, y eso hicimos.

Y así inicia la historia de  Las Patronas, que le ha dado la vuelta al mundo con una familia que no fue apática a la necesidad de desconocidos. ¿Cuántos de nosotros haríamos eso?

Empezaron con 30 almuerzos, ¿hoy en día cuántos dan?

Ahorita, a partir de 2014, fue el cambio –debido al Plan Frontera Sur, que criminaliza a los indocumentados por parte de autoridades mexicanas y hace que estos busquen otras vías de transporte para llegar a la frontera con Estados Unidos–  porque nosotros estábamos dando entre 600 y 700 lonches, porque era mucha gente la que estaba cruzando. Llegamos a tener hasta más de mil personas al día. Buscándole pan de dulce, tortillas, lo que hubiera, lo que encontráramos y pidiéndole a la gente que donara su comida, que no la tiraran, porque luego la tiran cuando les sobra. Y hacíamos recolectas, y la gente se empezó a dar cuanta que sí había necesidad y comenzaron a donar. Y así fue como se dio y la gente se empezó a involucrar.

Claro que no ha sido fácil, porque antes ayudar a u  indocumentado era un delito y era donde teníamos que tener cuidado. Después de formar un grupo con mi familia formé otro en la parte centro del pueblo con otras mujeres para que nos pudieran ayudar, así ellas daban comida allá y nosotras por acá. Y fue ahí donde comenzamos, pero después vinieron los malos comentarios de la gente: “No que esas viejas están locas, que ayudar al migrante es un delito, que las van a acusar de polleras”. Ellas estuvieron ayudando como dos años, pero después los esposos comenzaron a decirles: “No, que si te metes en problemas a ver cómo le haces, que quién sabe qué”. Entonces las mujeres por miedo nos dijeron, «mira mejor no». Yo les dije que estaba bien porque tampoco quiero ser la causante de que tengas roces con sus maridos. De las 25 que éramos quedamos 15, de las cuales hoy en día estamos 14.

Hoy en día estamos dando 100 lonches en el tren, y los que llegan a la casa caminando, porque hay migrantes que se bajan o van heridos o cansados y llegan al comedor y ahí los atendemos. Bajó la cantidad debido al cobro de las mafias –que están conformadas por las propias autoridades municipales, estatales y migratorias en contubernio con los grupos criminales reconocidos por la violencia con la que tratan a los migrantes indocumentados–.

Veinte años, es un mar de memorias… 

Mira, hay que ser agradecido con Dios por todo lo que nos da. Agradezco a Dios haberme dado unos padres que me enseñaron a trabajar y que me dieron valores. Tuve la oportunidad de tener una pareja que se portó bien y que no se metió en mis decisiones y que me apoyó –su esposo falleció– y que me dio un hijo que es tranquilo, que está estudiando y que le está echando ganas.

El cambio de la palabra a la acción.

Norma era catequista en la iglesia de su pueblo, pero sentía un vacío, sentía que no era suficiente lo que hacía. Tuvo algunos roces con otras mujeres de la iglesia porque para ella no era sólo ir a misa y afuera vivir con envidias, prejuicios, y doble moral. Se alejó del catequismo y pidió a Dios una señal. Ella quería pasar de la palabra a la acción y la señal llegó el día menos pensado. 

Ese día, en el 1996, terminamos de dar la comida y después de haber terminado la jornada del día me voy a mi casa y nos acostamos a dormir. y como a eso de las 11.30 llega una compañera del grupo y toca la puerta y me dice: “Oye Norma, el tren se acaba de parar y trae como quinientas personas, pero viene un enfermo y aquí está su esposa y un compañero”. Los vi por la ventana y les dije que me esperaran porque me iba a cambiar. Ella se fue a su casa a dormir y me los dejó ahí en la puerta, y cuando salgo esta mujer me dice «ayúdame por lo que más quieras» y se arrodilla frente a mí, inmediatamente le dije que se levantara. No lo pensé dos veces y le dije que me llevara a donde estaba su marido Ésa era la señal que yo necesitaba, fue ése el momento en que cambió todo en mi vida.

Agarré la camioneta de mi esposo y no me puse a pensar en que en el 96 era delito ayudar a un indocumentado, sólo salí y les dije que me llevaran adonde estaba su esposo. Llegamos y vi la multitud de gente que estaba en el tren, llego a las vías y le dije a Dios, “Señor si tú me pusiste aquí, tú me vas a ayudar”. En ese momento algo me cubrió desde la cabeza hasta los pies, nunca he vuelto a sentir algo similar. Fue como un cobijo, como si alguien me hubiese abrazado. Como si alguien me hubiera quitado la venda de los ojos, desde ahí perdí el miedo. Y la certeza que Dios estaba actuando y que quería mi servicio. El miedo se me fue quitando poco a poco y es como si él me hubiera dicho: “Ahora sí, ven y trabaja.”

Se acercan los muchachos indocumentados y me dicen, “madre por lo que tú más quieras, ayúdanos”. Y yo les dije, voy a ayudar al que viene enfermo no los puedo ayudar a todos, y me dicen, “no, con que los ayudes a ellos ya nos estás ayudando a nosotros”. Ahí había amor, solidaridad, ahí no había fronteras, ahí había algo hermoso.

Era un muchacho que había defendido a su esposa porque el tren fue asaltado por las mafias. Querían abusar sexualmente de ella y él la defendió y lo acuchillaron. Imagínate, de Agua Blanca a La Patrona el tren hace tres horas, y en ese tiempo la persona se desangró y venía con mucha temperatura, y además perdió el sentido.

Entonces todos comenzaron a ayudar a bajarlos del lomo del vagón. Y fue algo tan hermoso, todos éramos hermanos ahí y lo bajaron con tanto cuidado. El muchacho era negro, negro que sólo sus dientes blancos se le miraban, y vi a aquel hombre como le extendieron las manos y le juntaron los pies mientras unos lo sostenían de los brazos, otros lo agarraban de los pies. Fue como ver a un Cristo negro.

Nos negaron el servicio en el hospital cercano del pueblo porque era indocumentado. También un doctor de una clínica privada, porque dijo que no se quería meter en problemas. Eso fue como la segunda llamada de Dios, de decir pues ahora háganlo ustedes, cúrenlo ustedes. Y me lo llevé a mi casa y estuvo en mi cama. Sabía algo de primeros auxilios y llamé a un amigo que también sabía de primeros auxilios y él me dijo cómo proceder, pero tampoco se atrevió a ir a mi casa porque pensaba que  se nos iba a morir y no quería problemas.

Compramos medicina para la fiebre y para controlar la infección. Llegando a la casa lo bañamos con agua fría  para bajarle la fiebre y revisamos la herida. Estuvo en mi casa más de 20 días, recuperándose, y se fue en septiembre y nos llamaron por teléfono el 25 de diciembre para decirnos que había logrado cruzar a Estados Unidos. Y eso es lo más bonito, de servir y no esperar nada a cambio. Y mucha gente dice “esto lo hacen y de seguro les pagan”, y no es así, el pago más grande viene de la bendición de Dios.

La Internacionalización.

Mira, nos han ayudado mucho los documentales que se han hecho acerca de nuestro trabajo. Eso nos ha dado a conocer a nivel internacional, y como nosotros abrimos las puertas a quién guste venir a conocer lo que hacemos han llegado personas de muchos países. Documentalistas, cineastas, periodistas… Y abrimos las puertas porque queremos concienciar a la sociedad civil para que no sólo juzguen, para que más bien conozcan a la gente. A veces es mejor enseñarle lo malo al ser humano que enseñarle lo bueno. Cuando tú ves a una persona migrante lo que primero que dices es, “es un delincuente”. ¿Ya fuiste a investigarlo? Por qué mejor no te preguntas si tiene hambre, si necesita abrigo, en qué lo puedes ayudar. Por qué no hacemos todo lo contrario y te das el tiempo de conocerlo.

Nosotros en todos estos años hemos visto pasar a miles de migrantes y para nosotros es bendición ayudarlos. Y les decimos que cuando lleguen a Estados Unidos no se olviden de su familia y hagan las cosas bien para que les vaya bien.

El comedor-albergue. 

Ya teníamos el comedor pero no el albergue, porque no teníamos quién nos apoyara en lo económico. Entonces llegó un documental que se llama La Patrona. El director lo llevó a varios festivales, y estuvo en Francia y de allá le preguntaron qué era lo que nosotros  necesitábamos y yo le dije: un cuarto para voluntarios, un cuarto para que duerman los muchachos –indocumentados– y una oficinita. Unas regaderas y baños para los muchachos también. Y gracias a los documentales que se han realizado acerca de nuestro trabajo nos han invitados de varias universidades a dar pláticas y a concienciar a los estudiantes. Y siempre los invitamos a conocer la experiencia y llegan a nuestro comedor y nos llevan víveres. Nosotras necesitamos calzado, ropa… porque los migrantes van sólo con la mudada puesta y por lo menos que se cambien cuando llegan al albergue. Es sumamente importante el calzado y la ropa. Tenemos una camioneta –pickup- que nos donaron cinco familias de Jalapa y eso vamos por las compras para hacer los almuerzos.

Cabe mencionar que el comedor-albergue está construido en el terreno que le regaló su padre a Norma. Nada de ayuda municipal o estatal. 

¿Cómo es la relación con las entidades migratorias?

Es buena, hemos estado trabajando en equipo y ayudan en los hospitales cuando llevamos a migrantes heridos. Claro, el trato es distinto cuando van solos, tiene que ir una de nosotras para acompañarlos en todo el proceso y verificar que las autoridades les den trato humano. Yo siempre he dicho no es en sí la identidad la que está mal, sino las personas. Y cuando es así yo hablo con ellas directamente y de buen modo. Eso nos ayuda mucho. Trato de concienciarlos y que vean a los migrantes como hermanos que somos.

Si el paciente necesita prótesis se coordina con las autoridades, realiza la terapia y se envía a un albergue para que vayan asimilando lo de su prótesis y su nueva realidad.

El Plan Frontera Sur.

El Plan Frontera Sur vino a afectar más la situación de los migrantes porque los criminaliza, lo que los obliga a buscar otras alternativas para atravesar México y los expone a bandas de criminales. Caminan más y sin agua ni comida. Ha bajado el afluente porque antes atendíamos al día  a 600 ó 700 y hoy a 100 ó 120.

El Instituto Nacional de Migración.

Bueno, por estos lares están más concienciados porque nosotros nos hemos encargado de no quitar el dedo del renglón, y porque tampoco nos confiamos. Lo que sucede en otros albergues es que sólo les brindan protección dentro de las instalaciones y cuando salen ya no se hacen responsables. Aquí es lo contrario, los apoyamos dentro y fuera, los acompañamos a abordar los autobuses o si tienen que subir el tren también vamos. Entonces, cuando las autoridades nos ven respetan al emigrante. Esto requiere que nosotros nos involucremos por completo y salgamos de nuestra zona de confort. Si vamos a ayudar que sea bien no a medias.

Concienciar a la sociedad civil.

Todos los migrantes en mi camino han sido  un regalo de parte de Dios, hay momentos en lo que no sólo tienes que batallar con las personas que lastiman al migrante, sino también con la sociedad civil que desconoce el dolor que carga el emigrante, pero también los pastores evangélicos. Es un conjunto de gente que sólo critica y habla con prejuicios pero que no se involucra. Muy fácil es hablar pero qué difícil es actuar.

Nosotras como ya sabemos les hablamos a los migrantes y les decimos “por estos lugares sí pueden pasar, por estos lugares no, a tal hora sí a tal hora no”. La sociedad civil ahí podría ayudar muchísimo pero ni las personas como comunidad, y mucho menos los pastores de inglesa. Te das cuenta que no puedes decaer y que tu deber es crear conciencia. Hay mucha gente que se ha sumado pero que no actúa, y lo que necesitamos en su acción. Es muy fácil encerrarse en la iglesia y orar y orar, pero las cosas no se resuelven orando, tenemos que involucrarnos todos.

Tú eres de las pocas, como el Padre Solalinde, Pantoja y Fray Tomás, que son de armas tomar.

Hombres como ellos nos hacen muchísima falta, que tengan el acercamiento hacia las personas ignorantes. Que no sólo hablen de la biblia, sino que se comprometan con la acción que Dios nos ha enseñado. Fácil es decir de la boca hacia fuera cuando no sale del corazón.

En el 2013 reciben el Premio Nacional de Derechos Humanos.

Con ese premio nos dimos a conocer más, y mucha gente se sorprendió, porque son muchas las organizaciones que trabajan en la defensa de los Derechos Humanos en México y nos preguntaban que cómo le hicimos para ganarlo, y nosotras les decimos que sólo con el favor el de Dios y haciendo bien a los demás. Ese reconocimiento yo lo considero como un regalo de parte de él, porque eran 356 organizaciones las que estaban propuestas.

A Las Patronas las propusieron para el Premio Príncipe de Asturias 2015.

Es un trabajo arduo, no sólo con atender a los migrantes, sino con la sociedad civil, que no se involucra y los ve como delincuentes. Piensan que los migrantes cuando cruzan nos mandan dólares y no es así, sólo las gracias recibimos. También creen que la gente que llega de otros países a conocer nuestro comedor nos deja mucho dinero y eso también es falso. La gente piensa que esto es como un negocio. Yo siempre les dijo que si fuera cierto que nos pagaran entonces no fuéramos 14 mujeres, seríamos 100. Es muy fácil hablar pero tampoco tienen la capacidad de acercarse y ver cómo lo estamos haciendo y mucho menos involucrarse sabiendo que no van a recibir más que las gracias. Y las que se han acercado sólo tardan una semana y con la misma se van, porque no es del corazón y esperan recibir algo más.

Cumplimos 20 años, pero también es un agradecimiento a Dios. A todas y a cada una de las personas que han caminado a nuestro lado todos estos años. Sin el apoyo de quienes donan nosotras no podríamos ayudar a los migrantes y esto es para agradecerles a ellas. Somos un gran equipo. entre sacerdotes, asociaciones, fundaciones y sociedad civil.

Los 43 estudiantes de Ayotzinapa. 

El dolor de ellos es nuestro dolor, así como cada año recibimos a las madres centroamericanas en su caravana, buscando a sus hijos migrantes desaparecidos en México. Yo le comento a la gente que cuando fue la masacre de San Fernando, que mataron a 72 migrantes indocumentados, no se hizo tanto ruido porque eran migrantes. Tuvimos que esperar a que pasara esto con los 43 normalistas para que sintiéramos el dolor que sienten las madres centroamericanas. Les digo, imagínense todo el dolor que se les ha causado a aquellos países hermanos, ahora estamos viviendo en carne propia con estos padres que lamentablemente también están en la lucha.

Es que tenemos que levantar la voz, tenemos que caminar unos con los otros, apoyándonos y exigiendo esa justicia que todos necesitamos. Hoy estamos aquí pero mañana estamos expuestos todos, necesitamos seguridad, nadie es intocable. No tenemos que ser indiferentes al dolor de las demás personas. Hay que unirnos, hay que echarnos la mano. Yo me doy cuenta cuando viene la caravana de madres centroamericanas. La gente las ve como preguntándose, ¿y éstas qué vienen a hacer? Y yo les digo, acérquense a ver las fotos, tus hijos también pueden migrar. Que conozcan a las mamás y que conversen con ellas y que se enteren por qué vienen. Informar si alguien vio pasar a alguno de las fotografías que llevan las madres colgadas en su cuello. Que no sean espectadores y que se acerquen. Es tan poco lo que nos piden y nosotros con tanta indiferencia. No entiendo por qué somos así.

¿Deseas agregar algo para dar por terminada ésta conversación?

Bueno, decirle a la gente que no discriminemos, que no juzguemos. Así como está Centroamérica hoy vive México, y así nos vamos. Los mexicanos no cantamos mal las rancheras. Nos hace falta solidaridad, el sentir que muchas personas están viviendo momentos difíciles, que no seamos indiferentes al dolor de las demás personas, no estamos salvos. En cualquier momento nos puede tocar a nosotros. Que nos empecemos a respetar. Todos somos hermanos, no importa la religión, la raza, la nacionalidad, el color.

Nota: si usted desea colaborar con víveres, dinero, ropa o calzado puede hacerlo comunicándose con ellas en las redes sociales –twitter @LasPatronas_dh, facebook: La Patrona– o por correo electrónico –Norma Romero:lapatrona.laespezanza@gmail.com–. También le invito a ver el documental La Patrona

https://www.diagonalperiodico.net/global/25889-patronas-20-anos-entrega-migrantes.html