Archivos Mensuales: julio 2017
220° Capítulo de ECONONUESTRAS 24-jul-2017
Libro: El trabajo por venir. Autogestión y emancipación social
Compiladoras: Norma Giarracca y Gabriela Massuh. Año 2008. Buenos Aires: Editorial Antropofagia.
«El tema del trabajo parece haber desaparecido de la agenda de urgencias contemporáneas. Una suerte de subterfugio ideológico lo eclipsó. Bajo expresiones del tipo sociedad post-industrial o post-capitalista dando por sentado que el trabajo es un factor subsidiario al crecimiento, que se resuelve por si solo. En los hechos est. demostrado que el crecimiento económico no necesariamente genera empleos; en el mejor de los casos incrementa el trabajo informal. Lo cumpla o no, la política no deja de prometer incremento laboral en cada campaña electoral que aspira a sumar votos, a sabiendas de que el trabajo ocupa un lugar preponderante en la lista de preocupaciones de la ciudadanía. Nunca tanta gente vivió de su trabajo, nunca la vida cotidiana estuvo tan centrada en el hecho de hallar trabajo digno y nunca antes las consecuencias de la falta de trabajo generaron tanto descreimiento acerca de que el futuro pueda ser mejor que este presente incierto y carente de futuro».
Link al libro: http://www.ger-gemsal.org.ar/files/pdf/libros/eltrabajoporvenir.pdf
Fuente: https://www.facebook.com/disenodelsur/
Libro: Cooperativas y Socialismo. Una mirada desde Cuba
Cooperativas y socialismo: Una mirada desde Cuba, es una compilación de Camila Piñeiro Harnecker.
Como dice el prólogo: «Este libro surge de una urgencia: nuestra necesidad de contribuir modestamente a un buen “parto” del nuevo cooperativismo cubano y a su posterior despliegue», lo cual se avizora como uno de los rasgos de la actualización del modelo económico cubano. Para ello, los autores de esta compilación buscan responder si «¿Es la cooperativa de producción una forma de organización del trabajo adecuada para una sociedad comprometida con la construcción del socialismo?».
Link para descarga: https://fisyp.org.ar/media/uploads/coopscuba.pdf
ÍNDICE
Prólogo/ 7
Camila Piñeiro Harnecker
Parte 1 ¿Qué es una cooperativa?
1 Una introducción a las cooperativas/ 31
Jesús Cruz Reyes y Camila Piñeiro Harnecker
2 La construcción de alternativas más allá del capital/ 55
Julio C. Gambina y Gabriela Roffinelli
Parte 2 Las cooperativas y los pensadores socialistas
3 Cooperativismo y autogestión en las visiones de Marx, Engels y Lenin / 71
Humberto Miranda Lorenzo
4 Cooperativismo socialista y emancipación humana. El legado de Lenin/ 103
Iñaki Gil de San Vicente
5 El Ché Guevara: las cooperativas y la economía política de la transición al socialismo/ 132
Helen Yaffe
6 Las bases del socialismo autogestionario: la contribución de István Mészáros/ 167
Henrique T. Novaes
Parte 3 Las cooperativas en otros países
7 Mondragón: los dilemas de un cooperativismo maduro/ 191
Larraitz Altuna Gabilondo, Aitzol Loyola Idiakez y Eneritz Pagalday Tricio
8 Cuarenta años de autogestión en vivienda popular en Uruguay. El “Modelo FUCVAM”/ 219
Benjamin Nahoum
9 Economía solidaria en Brasil: la actualidad de las cooperativas para la emancipación histórica de los trabajadores/ 245
Luiz Inácio Gaiger y Eliene Dos Anjos
10 Autogestión obrera en Argentina: problemas y potencialidades del trabajo autogestionado en el contexto de la poscrisis neoliberal/ 272
Andrés Ruggeri
11 De las cooperativas a las empresas de propiedad social directa en el proceso venezolano/ 301
Dario Azzellini
Parte 4 Las cooperativas y la construcción socialista en Cuba
12 Las cooperativas agropecuarias en Cuba: 1959-presente/ 321
Armando Nova González
13 La UBPC: forma de rediseñar la propiedad estatal con gestión cooperativa/ 337
Emilio Rodríguez Membrado y Alcides López Labrada
14 Notas características del marco legal del ambiente cooperativo cubano/ 366
Avelino Fernández Peiso
15 Retos del cooperativismo como alternativa de desarrollo ante la crisis global. Su papel en el modelo económico cubano/ 397
Claudio Alberto Rivera Rodríguez, Odalys Labrador Machín y Juan Luis Alfonso Alemán
Fuente: https://fisyp.org.ar/document/libro-cooperativas-y-socialismo/
Los trabajadores de esta fábrica griega demuestran cómo enfrentarse al capitalismo
Por eldiario.es
Uno podría llamar a los hombres y mujeres de Viome trabajadores de fábrica, pero eso no sería ni la mitad. Prueba con esto: de las personas más valientes que he conocido nunca. O con esto: organizadores de uno de los experimentos sociales más llamativos en la Europa contemporánea. Y con esto otro: una lección diaria de Grecia al Reino Unido del Brexit, tanto en la forma de trabajar como en la forma de hacer política.
En el punto más alto de la crisis griega en 2011, el personal de Viome fichó y empezó a trabajar para enfrentarse a un dilema existencial. Los dueños de la empresa estaban en quiebra y habían abandonado la fábrica, situada en la segunda ciudad más grande de Grecia, Tesalónica. Desde este momento, el guión se escribió prácticamente solo: la fábrica, que producía químicos para la industria de la construcción, se iba a cerrar. Habría despidos inmediatos y se hundiría a decenas de familias en la pobreza. Y viendo que Grecia estaba en la mayor depresión económica jamás vista en la Unión Europea, las posibilidades de que los trabajadores consiguiesen otro empleo eran prácticamente nulas.
Así que decidieron ocupar su propia fábrica. No solo eso, sino que la han puesto patas arriba. Pasé un par de días allí hace unas semanas informando para Vice News Tonight on HBO y ahora parece una fábrica normal. Tras la fachada, se ha convertido en el equivalente político a la cabina Tardis [cabina de la serie británica Doctor Who que se caracteriza por ser mucho más grande por dentro que por fuera]: cuanto más miras al interior, mayor es su importancia.
Para empezar, no hay jefes. No hay jerarquía y todo el mundo tiene el mismo sueldo. Tradicionalmente, las fábricas trabajan de acuerdo a un modelo de trabajo en cadena, donde cada persona realiza una labor de uno o dos minutos durante todo el día, todos los días: Yo pongo la pantalla, tu el protector y ella mete el iPhone en la caja. Aquí, todo el mundo se reúne a las 7 de la mañana para tomar un café griego negro y hablar sobre lo que hay que hacer. Es en ese momento cuando se reparten las tareas. Y, sí, se turnan para limpiar los baños.
A ver si nos entra en la cabeza. Un puñado de hombres y mujeres de mediana edad que han pasado toda su carrera recibiendo órdenes a modo de ladridos sobre lo que tenían que hacer y cuándo hacerlo han tomado el control de su lugar de trabajo y de su futuro laboral. Se han convertido en sus propios jefes. E inmediatamente se han alineado a los principios de la máxima igualdad posible.
“Antes solo hacía una cosa y no tenía ni idea de lo que hacía el resto”. Así recuerda Dimitris Koumatsioulis la fábrica cuando empezó a trabajar en 2004. ¿Y ahora? “Todos estamos unidos. Hemos olvidado el concepto de ‘yo’ y podemos funcionar colectivamente como ‘nosotros’”.
El otro gran cambio se ha producido entre la fábrica y sus vecinos. Cuando los trabajadores “recuperaron” su lugar de trabajo (por utilizar el concepto local), solo lo pudieron conseguir con la ayuda de los residentes de la ciudad. Cada vez que llegaban los representantes de los antiguos dueños para requisar el equipo de la fábrica, tal y como les había permitido un tribunal, centenares de residentes formaban una cadena humana en frente de la fábrica (contacté con los abogados de Viome, pero a pesar de las promesas, no llegó ninguna declaración).
Cuando los trabajadores preguntaron a la comunidad local qué deberían empezar a producir, una solicitud era dejar de hacer productos químicos de construcción. Ahora fabrican en su mayoría jabón y detergentes ecológicos: más limpio, más verde y más agradable para el olfato de sus vecinos.
El personal de la fábrica utiliza el edificio como punto de reunión para refugiados locales y he visto cómo se entregaban las oficinas a médicos para convertirlas en una clínica para trabajadores y vecinos. El sistema sanitario griego se ha destruido por los recortes en el gasto, en ocasiones el trato a los refugiados es espantoso; y en ambos casos, los trabajadores de Viome están haciendo todo lo que pueden para reemplazarlos.
Donde el Estado ha colapsado, el mercado se ha quedado corto y los jefes han huido, estos 26 trabajadores están intentando llenar el vacío. A estas personas les ha fallado el capitalismo; y ahora rechazan el capitalismo en sí mismo como un fracaso.
Otro veterano, Makis Anagnostoy, habla de cómo su fábrica es la prueba de que “una economía alternativa es posible”. Compara esto con el modo en que normalmente pensamos sobre el trabajo. En cualquier gran fábrica u oficina, los guardias de seguridad mantienen a raya al mundo exterior. En la puerta, dejas tus principios a un lado y escuchas a los jefes. Incluso se habla sobre la conciliación entre vida personal y vida laboral como si fuesen polos opuestos. En Viome, esto se combina. Uno de los resultados es un fuerte vínculo de lealtad entre los trabajadores y su comunidad.
La tarde en que llegué, una multitud de personas se presentó para recaudar fondos. Se sentaron en sillas de plástico en medio del almacén y vieron una obra de Dario Fo, representada por una compañía nacional de teatro. La actriz principal modificó algunas de sus líneas para referirse a este lugar y a este negocio: “Venden sus jabones por todos lados ¡Y todo el mundo los compra!”. El público aplaude mientras a algunos se les saltan las lágrimas.
Viome es valiosa, pero también es frágil. Desde el tejado del edificio se puede ver la inmensa área propiedad de la empresa matriz. Solía emplear a 350 personas; ahora, los 26 hombres y mujeres operan desde un pequeño rincón del terreno.
Ganan lo mismo que si estuviesen recibiendo la prestación por desempleo. Y cuando cae la noche, uno de los trabajadores se queda de guardia —por si acaso vuelve el antiguo dueño—. Durante el día, una serie de barriles vacíos actúan a modo de barricada.
Por todas sus debilidades, Viome ofrece una lección en política a cualquier visitante británico. Un año después del referéndum de permanencia en la UE, los británicos han entrado en una era de una soberanía estúpida. Los acomodados políticos aseguran que lo han “pillado”. Hacen que escuchan, pero solo escuchan las respuestas que quieren. A los disidentes se les dice que “están menospreciando Reino Unido”. Cualquier brote de democracia, tal como puede ser que el Partido Laborista quiera más voz de sus representantes, se aplasta como un ejemplo de ley de la calle.
Mientras tanto, la política en Reino Unido se vende como lo que un aspirante a tory alfa le dijo a otro en una recepción con champán. Desde Tesalónica, ves todo eso como la mentira que realmente es. ¿Recuperar el control? Simplemente dar la posibilidad a Alexander Boris de Pfeffel Johnson de poner alguna carita en horario de máxima audiencia. ¿Referéndums? Llenos de mentiras y alarmismo.
Si estás cansado de antiguos exalumnos jugando al populismo, ven a ver cómo es la democracia cuando la pone en práctica la gente. Ven a Viome.
Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/trabajadores-fabrica-demuestran-enfrentarse-capitalismo_0_666334003.html