La autodefensa del Cordón Industrial Cerrillos (1972-1973), entrevista con Guillermo Rodríguez

Entrevista realizada a Guillermo Rodríguez quien fue miembro de la Comisión Militar del Cordón Industrial Cerrillos en los años 1972 y 1973 y tiene por objetivo indagar elementos que nos permitan comprender de mejor manera lo que fue esa experiencia en el período de la Unidad Popular .
¿Cómo llegó usted al Cordón Cerrrillos y como se inicia el trabajo de autodefensa? 

En esos años era militante del MIR con algo de formación en los temas militares. Después que el MIR se retira del dispositivo de defensa de Salvador Allende más conocido como GAP, la mayoría de los compañeros que estábamos en esas tareas, ya sea en la Escolta del Presidente, en el aparato de Informaciones o la llamada “tropita”, fuimos redistribuidos a diversos frentes de trabajo. En mi caso pedí ser trasladado al GPM 4 que trabajaba en una amplia zona: José Maria Caro, Las Rejas, Cerrillos y Maipú. En el GPM 4 existía una subjefatura de trabajos técnico militares que reunía a tres unidades: la Operativa, Informaciones y Taller. Justo cuando yo me incorporo estas tres unidades estaban debatiendo cómo ellos, formados para tareas técnico-militares, podían aportar a la lucha de masas que se incrementaba vertiginosamente en esos años.

En esa etapa no existía aún el Cordón Cerrillos como tal, existía trabajo del MIR entre trabajadores, pobladores y campesinos de la zona pero no había una elaboración de que lo luego se llamaría la política de poder popular. Cuando me incorpore al GPM 4 se estaba desarrollando la huelga de la empresa Ralco y al inicio participé ayudando a la formación de brigadas de autodefensa de los trabajadores, en el diseño de sistemas de guardia, enseñando el uso de bastones largos, bastones cortos y elementos circunstanciales que se usan para la lucha callejera. Esto era posible por el prestigio que tenían entre los trabajadores tres compañeros: El “Yeti” (Riquelme), el Chino Bertín y el Chango[1], siendo el primero dirigente ese entonces de la FEMET (Federación del Metal).

¿Por qué era necesaria que los trabajadores incorporaran estas brigadas y esta autodefensa? ¿No entiendo mucho, se supone que había un Gobierno Popular y que Allende había sido elegido para llevar adelante la vía chinea al socialismo? ¿Y la CUT?

Es que aquí radican una serie de aspectos que es necesario considerar para entender mejor lo que estaba ocurriendo. Lo primero es que Allende al ser elegido firmó algo que se llamó pacto de garantías constitucionales en donde se obligaba a respetar la ley. Y la ley señalaba que Allende sólo tenía el poder ejecutivo pero la mayoría de los restantes poderes estaban en manos de la burguesía: el parlamento, la justicia,  contraloría, etc. Esto implicaba que en una serie de conflictos laborales el Poder Judicial estaba del lado de los patrones y ordenaba a Carabineros o Investigaciones a reprimir, detener y procesar a dirigentes, trabajadores y  en general a los que se estaban movilizando por sus reivindicaciones. Eso es por una parte, porque de otra parte, estaba la movilización que realizaba la derecha y los patrones para obstaculizar, frenar el desarrollo normal de las actividades, sabotear la producción. Y en eso se apoyaban en las bandas fascistoides de Patria y Libertad, del Partido Nacional, de la Democracia Cristiana y de las organizaciones gremiales que ellos controlaban. Entonces en los territorios la situación era de confrontación permanente, lucha callejera, ataques a las industrias en huelga o tomadas por sus trabajadores. Y en tercer lugar se daba un tema específico: el programa de la Unidad Popular había considerado la nacionalización de 91 industrias estratégicas pero no tenía política frente a la mediana o pequeña industria, salvo señalar que debían seguir funcionando y elevar su producción para asegurar el abastecimiento. Ocurre que justamente cuando la derecha comienza a desatar sus movilizaciones contra el Gobierno de Allende, estas pequeñas y mediana empresas son paralizadas por los patrones, se producen despidos, se produce boicot a la producción y el gobierno de Allende no tiene herramientas legales para obligarlos a mantener la industria funcionando. Es allí que comienza a desatarse el poder popular, no como consigna, sino como algo concreto que empieza a suceder: los trabajadores necesitan mantener sus fuentes de trabajo y mantener las empresas funcionando, por lo que la toma, el control de la empresa por parte de sus trabajadores es el proceso lógico que se produce….y esto estaba fuera del programa de la Unidad Popular, y claramente era algo que rechazaba la ley burguesa, la ley de los patrones. Se inventó entonces la formula de “Intervenir” las industrias y el gobierno nombraba un interventor, abriéndose procesos jurídicos y políticos que significaron claramente la agudización de la lucha de clases. La CUT estaba más comprometida en apoyar las líneas centrales del gobierno de Allende  y tenía muy poco peso a nivel local, en el territorio, casi no participa de todo este proceso, sólo en los últimos meses del Gobierno de Allende intenta incorporarse a las organizaciones de poder que se habían generado, pero no tenían peso en su seno.

 ¿Cómo se gesta entonces el Cordón Cerrillos y como funcionaba?

Al inicio sólo existía el “Comando” que era la articulación mixta de lo que se llamaba entonces “la izquierda revolucionaria”, militantes principalmente activistas del MIR, del PCR (maoísta), de un sector de trotskistas y algunos dirigentes de sindicatos como el de Pizarreño, Aluminios El Mono, Silleros. No recuerdo exactamente la fecha, pero diversos sectores convocan a un cabildo en Maipú para enfrentar diversos temas, principalmente el desabastecimiento que se estaba produciendo. Este Cabildo se radicaliza principalmente porque un sector del PS de pobladores comienza a  sostener posiciones más radicales. Es una reunión muy complicada donde se expulsa a los elementos de derecha y se toma la determinación de abrir a la fuerza los locales y negocios que estaban cerrados. Ahí comienza una dinámica de organización en paralelo de los campesinos y de los pobladores con muy baja participación de los estudiantes.

Luego de ello se dan varias luchas seguidas en donde el “Comando” se llena de dirigentes sindicales y comienza a transformarse el “Cordón Cerrillos” principalmente por las peleas para decretar la intervención de Perlack y de varias industrias. Aquí nuevamente se produce un conflicto serio, esta vez con el gobierno a través de la Ministra del Trabajo. Ocurre que los trabajadores habían concurrido a varias reuniones con el Ministerio en busca de soluciones e incluso se habían tomado el recinto por algunas horas y no había solución ni para Perlack ni para otras pequeñas y mediana empresas. Entonces se produce la toma de la industria, la Ministra va junto con dirigentes de la CUT a bajar la toma y los trabajadores no los dejan a entrar a la industria y la Ministra golpea al dirigente Santos Romeo[2]. Esto detona la primera toma de la comuna completa y el debut del Cordón Cerrillos como una de las fuerzas más importantes en la época. En esta toma participan la casi totalidad de las empresas y para llevarla a cabo se gesta una Comisión mixta de dirigentes sindicales y representantes de las organizaciones políticas, embrión de lo que después será la Comisión Militar del Cordón. Aquí el trabajo es arduo porque se movilizaron enormes fuerzas sociales. Se levantaron barricadas principales en Buzeta, en Esquina Blanca, y a la entrada de Maipú por el Camino a Melipilla y dos enormes barricadas en Avenida Pajaritos: en el paradero 14 donde estaba la entrada a un fundo en conflicto y tomado y en el puente del Zanjón de la Aguada. Esta toma fue impresionante porque miles de trabajadores salieron a las calles y todo el camino a Melipilla, más allá de las barricadas principales estaba plagado de focos de resistencia muy organizados frente a cada empresa.

El funcionamiento del Cordón en esta fase es en Asambleas de dirigentes de Sindicatos que toman las resoluciones pero en ella pueden intervenir las organizaciones políticas presentando sus posturas y una vez tomada las decisiones los activistas de partidos podían asumir tareas o cargos específicos para impulsar estas líneas, siempre y cuando fueran avalados por dirigentes sociales reconocidos, como fue en mi caso, o el de Quico Ramírez que asumía tareas a nombre del PS o compañeros del MAPU- Garretón o de la Izquierda Cristiana, cuyos nombres no recuerdo.

¿Cuáles eran los temas técnico-militares específicos que trabajaban en esa época?

En esta etapa se trabajaban temas en distintos planos o niveles, si se quiere definir así. En el seno de la organización partidaria se enfrentaba lo que llamábamos la disociación de las tareas políticas y militares, preocupación central de quienes estábamos en las tareas específicas pero no del conjunto de la dirección del GPM o de los militantes de tareas en frentes sociales. Tanto los de Información, Talleres como el Grupo Operativo se habían constituido bajo la perspectiva del desarrollo de la guerra popular y en especifico formándose para la lucha clandestina urbana, lo que significaba cierta clandestinidad (muy formal respecto a lo que años después tendríamos que vivir) y con muy poco vinculo e incidencia en las luchas de masas que se estaban generando. Este proceso llevó a nivel del Regional Santiago a construir o definir una nueva instancia y nuevas tareas que comenzamos a nombrarlas como “política militar de masas” avanzando en la creación de un responsable de la PMM a nivel del GPM y al menos un responsable de esta en las subjefaturas, lo que dio paso a desarrollar estas mismas tareas en los frentes de masas, dependiendo de la capacidad o existencia de militantes que la asumieran en los frentes, por ejemplo se comenzó a trabajar mucha información de los grupos del PN y Patria y Libertad de la zona, de los uniformados que se visualizaban como golpistas, la realización de levantamientos planimétricos con el máximo de información respecto a temas estratégicos (combustible, comunicaciones, energía, rutas, etc.) y en lo central se comienza a discutir el qué hacer en la perspectiva de un golpe militar, tanto a nivel orgánico interno como la propuesta a realizar a los frentes sociales. Todo esto se traduce en varias líneas de trabajo. Por ejemplo para “Talleres” se da comienzo a la búsqueda de industrias que puedan construir o desarrollar  elementos, como es el caso de Perlack que comienza a investigar el desarrollo de alimento energético concentrado, o en un par de industrias de plástico comienzan a trabajar en piezas y partes de medios de combate que ellos pueden desarrollar. Respecto al trabajo en los frentes se comienza a desarrollar con fuerza la autodefensa con el manejo básico de elementos como la defensa de espacios (industrias, fundos, locales) , la organización de las fuerzas y las tareas necesaria para ello: Exploración, comunicaciones, estructura de mando, formas de organización, etc.

Incipientemente en esta etapa comienza a surgir lo que llamábamos el “trabajo de F”  que era el acercamiento a los miembros de FFAA y Carabineros que mostraban simpatía por la lucha popular y que comenzaban también a levantar sus propias reivindicaciones internas.

Este proceso se acelera de manera aguda con la ofensiva patronal del Paro de Octubre y las demandas de trabajo se elevan considerablemente ya cuando prácticamente en todas las industrias, fundos y poblaciones surgen fuerzas organizadas que se incorporan a la lucha para frenar la ofensiva patronal.

¿Cómo se da este proceso que señalas y qué resultados concretos tiene?

Como es sabido, los reaccionarios comienzan a desarrollar una estrategia que personeros de la DC llaman “la estrategia de los mariscales rusos”, vale decir, atrincherarse en la defensa de la institucionalidad burguesa, mientras preparan las condiciones junto a los gringos para desatar el golpe de Estado, y en paralelo movilizar a todas sus masas para generar la ingobernabilidad de manera que el golpe sea presentado como necesario para el país. En términos de estrategia fortificar puntos en la profundidad de la defensa y generar un gran espacio de desgaste de las fuerzas enemigas en su avance hacia esos puntos mediante escaramuzas permanentes. Así generan el Paro Patronal moviendo a toda la pequeña burguesía agrupada en organizaciones gremiales tanto propietaria (camioneros, comerciantes, pequeños y medianos productores) como profesionales médicos, enfermeras,  abogados, etc. Lógicamente moviendo también sus piezas del poder legislativo (acusaciones contra ministros en parlamento, declaraciones de ilegalidad, etc) y el poder judicial.

La respuesta de las masas es extraordinaria en todo el país, aunque aquí ya comienza a pesar la división  que se profundizará en el seno del pueblo porque surge la respuesta que impulsa el gobierno de Allende y el reformismo dentro de la institucionalidad y las leyes, y la respuesta que dan los revolucionarios con la política del Poder Popular fuera de los mecanismos legales tomando el control de los medios de producción, abriendo a la fuerza los locales comerciales, tomando los camiones, supermercados, organizando la distribución directa de alimentos, generando múltiples instancias de coordinación de las nuevas organizaciones que van emergiendo y sobretodo, saliendo a la calle a enfrentar a las fuerzas reaccionarias en un combate callejero que se prolonga por días enteros en diversas ciudades.

El resultado de esta etapa es que la burguesía toma nota de este nuevo sujeto político que se esta instalando, toma nota que esta fracasando su maniobra parlamentaria y legal de desalojar a Allende del Gobierno y se lanza entonces a prepara el terreno para el golpe militar.

En el campo popular, se establecen ya dos líneas claras frente al escenario político: la línea que triunfa en el Conclave de Lo Curro de “consolidar para avanzar” que busca contener el avance para ampliar la base del gobierno mediante la búsqueda de alianzas con la DC, los “diálogos” con la Iglesia, el ingreso de generales y uniformados al Gobierno y la disposición de la Unidad Popular a devolver las industrias y medios de producción tomados y legislar para desarmar a las masas (Ley de Control de Armas).

En el campo de los revolucionarios se da la alianza política entre sectores del PS, el MIR, la IC, y se produce el quiebre del MAPU surgiendo dos vertientes productos de la división existente. En el plano de las organizaciones sociales se extienden los Cordones industriales, surgen Asambleas Populares como la de Constitución, la de Concepción y se fortalecen los Comandos Comunales principalmente en el sur de Chile.

¿Por qué se mantuvo el Cordón en Cerrillos y no se generó el Comando Comunal como órgano de poder popular, cosa que si ocurrió en otras comunas y regiones del país?

La alianza de clases y sectores sociales se dio con bastante fuerza en la experiencia del Cordón, sobre todo con los pobladores y campesinos. En la toma del fundo El Despertar y las posteriores jornadas de guardia para mantenerla participaron obreros y pobladores de diversos sectores. En el Cabildo se dio la misma dinámica, así como después en la jornada de tomas de fundos y predios que fue una de las movilizaciones más importantes, donde igualmente participaron piquetes de diversas industrias y pobladores. El tema más importante fue el insuficiente desarrollo político y orgánico de las fuerzas revolucionarias y el actuar muchas veces vacilante y burocrático  que un sector del PS liderado por Hernán Ortega  tenia fuerza mayoritaria en tres o cuatro industrias grandes y una fuerte influencia, tanto en el Consejo Comunal campesino, como entre las Juntas de Vecinos, y ellos no compartían la política de crear un Comando Comunal. Desde las posiciones que sustentaban podían ejercer influencia y poner límites a la movilización popular y al desarrollo de la organización, con rasgos de caudillismo más que de una democracia proletaria directa. Esto se dio con fuerza en la toma de los fundos, particularmente cuando se tomaron las propiedades de Pérez Yoma y en el pick de la movilización la maquinaria completa del PS se dejó caer incluso con amedrentamientos y despliegue de fuerzas para bajar la toma dado que se estaba desarrollando el diálogo UP-DC, y se realiza bajo el subterfugio de que “hay movimiento de tropas golpistas”.

Esta situación se agravó después del Tancazo en donde prácticamente no se llamaba a reuniones del Cordón, a pesar de que funcionaban algunas comisiones y tareas de manera autónoma… 

¿Cómo se expresaba en concreto el Poder Popular?

Este Poder Popular embrionario que se estaba desarrollando era un poder puntual, coyuntural, que se expresaba en la lucha de manera concreta. No alcanzó a desarrollarse como fuerza orgánica, con estructura permanente, con cierta legalidad interna y mecanismos consensuados. Fue dándose como articulación de fuerzas sociales y políticas que entendían que las formas de organización y de lucha naturales no eran suficientes para enfrentar la coyuntura, porque eran organizaciones para la lucha reivindicativa pero no para la lucha política y por el poder, a la que se estaba llegando.  Mas allá de las declaraciones o manifiestos que los historiadores pueden revisar, están los hechos, las movilizaciones, el tipo de discusiones que se daban;  la organización de miles para tomar la comuna por completo, la organización de la producción, distribución y comercialización en las empresas intervenidas o en poder de sus trabajadores, los métodos de lucha de toma de caminos, de fundos, de fabricas. El ejemplo mas claro fue la determinación de tomar un terreno y construir ahí un Mercado Municipal donde los campesinos y sectores industriales llevaban directamente sus productos rompiendo el mercado, saltándose a los comerciantes, mercado a su vez que era custodiado por pobladores encabezados por el recordado José Modesto Amigo Latorre [3]. O el ejemplo de los trabajadores de Fensa y Perlack que organizaron cursos de instrucción militar básica que entregaba  Víctor Romeo de la Fuente “El Guajiro”[4]

 ¿Cómo se materializó el trabajo militar de la Comisión que se formó en el Cordón para el tema militar?

Esta Comisión se articuló principalmente para enfrentar las coyunturas que surgieron después del Paro patronal de Octubre de 1972, alcanzó su mayor desarrollo coordinando la toma de la comuna primero, luego la toma de los fundos en 1973, alcanzando su máximo funcionamiento para la intentona golpista del Tanquetazo. Se trabajó fundamentalmente en coordinar las fuerzas sociales y los medios que existían para dar una respuesta organizada por parte de los trabajadores. Se trabajaban los temas de comunicación, de alertas, de distribución de fuerzas a los puntos estratégicos de la comuna, la centralización de medios de comunicación, de transporte y otros tipos de recursos, sugiriendo formas de resguardar las industrias, de organizar las brigadas de autodefensa.

En su nivel más alto (Tanquetazo) se incorporó a esta Comisión un representante del PC, interventor de la empresa Sindelen, que aportó con un sistema de fax para comunicaciones e intento la articulación con la CUT comunal.

En esta Comisión nunca hubo representantes del PS, dado que fiablemente las propuestas y comunicados que sacaba esta Comisión eran entregados a Hernán Ortega quien había sido electo por los dirigentes de las fabricas como representante del Cordón.

Sin embargo posterior a la coyuntura…..  

Posterior a la coyuntura del Tanquetazo, la Comisión en pleno no logró nunca juntarse siguiendo la dinámica de baja del funcionamiento del cordón como tal.  Sólo se mantuvieron funcionando los representantes del MIR, IC y MAPU, desarrollando charlas y conversatorios a nivel de sindicatos sobre el tema golpe de Estado y la necesidad de tener un plan general de reacción, tema que no compartían a ese nivel ni el PC ni el PS.

En este último período se logra trabajar en el conjunto de estas tres fuerzas y algunos dirigentes sindicales la propuesta de Plan frente a un golpe de Estado desarrollada por el MIR, la que es expuesta en diversos sindicatos y al menos en una agrupación de campesinos.

 ¿Cómo funciono todo lo planificado para el día del Golpe de Estado?

 No funcionó.

Desde Junio del 73 en adelante y producto de dos hechos políticos gravitantes en el desenlace de la coyuntura y del proceso, se venía produciendo un fuerte retroceso de la actividad de las masas y prácticamente la paralización, al menos en el Cordón, de las instancias de coordinación y de Poder Popular.

El encarcelamiento de los marinos que se organizaban para impedir el golpe militar y el nulo respaldo a ellos desde el Gobierno fue un primer síntoma de incredulidad y de desconfianza. Si el Gobierno no podía defender a marinos que se organizaban precisamente para defender al Gobierno Popular, qué podían esperar el resto de los sectores, que se enteraban como estos eran torturados y encarcelados. Luego vino un proceso de claudicación mayor con la aprobación de la Ley de Control de Armas en el parlamento, lo que da luz verde para que las FFAA comiencen a allanar industrias, poblaciones, cementerios, en algunos casos con brutalidad extrema como lo fue en lanera Austral en que son asesinados dirigentes sindicales por tropas que llegan en helicópteros. En Cerrillos Maipú se da el allanamiento de la Conservera Copihue y no existe ninguna capacidad de respuesta frente al hecho, ni del Cordón, ni de ningún sector social u organización política.  Era evidente el golpe militar y sin embargo no existía  determinación política para enfrentarlo.

En el caso del MIR, nuestro GPM encabezado por Martín Elgueta[5] había sostenido la inminencia del golpe militar por lo que fue señalada su intervención por la Comisión Política que a su vez, señalaba que Allende se encaminaba a la claudicación mediante la convocatoria a plebiscito a desarrollarse durante septiembre y que daría paso a una nueva situación política (Golpe Blando en la nomenclatura mirista).

El 11 de Septiembre el Cordón Cerrillos amaneció copado por fuerzas militares distribuidas a lo largo del camino a Melipilla frente a las industrias más importantes. Después del bombardeo a la Moneda hubo intentos de resistencia en la industria Perlack y en Fensa, los que fueron sometidos por helicópteros (Perlack) y carros blindados (Fensa) desarrollándose hostigamientos a las FFAA durante la noche del 11 y del 12.

Fueron numerosos los obreros de Fensa, Perlack, Copihue, Pizarreño detenidos, así como dirigentes del sector campesino y pobladores, la mayoría de ellos sometidos de manera posterior a Consejo de Guerra de la FACH .

El Cordón Cerrillos no funcionó en ningún momento durante el Golpe ni en días posteriores.

¿Cuál es tu evaluación de esta experiencia?

A mí me marco mucho respecto a varios elementos:

En el plano de las ideas, de las concepciones, pude vivir lo que es un período de alza del movimiento de masas y ver la capacidad de vanguardia que tiene la clase obrera cuando sale de sus luchas parciales y reivindicativas y se platea el problema del poder.

En segundo lugar, la potencia que alcanza la alianza social con campesinos y otros sectores pobres del campo y la ciudad, sobre todo cuando logra articulaciones orgánicas, de carácter permanente y sobretodo cuando logran independencia política, o autonomía respecto de la influencia del Estado, de las concepciones individualistas, cuando actúa como clase detrás de sus intereses más históricos, cuando se sacude del reformismo o luchar por el mal menor y se plantea un proyecto.

En tercer lugar me marcó, porque pude acceder a una práctica donde lo político y militar iban de la mano, donde se daban las condiciones para que el conjunto de tareas asociadas al desarrollo de fuerza social revolucionaria y los medios fueran tarea del pueblo y no sólo de una vanguardia.

En cuarto lugar, demostró leyes de la insurrección que habían sido ya formuladas por los clásicos, entre ellos Lenin y Trotsky, entre estas el rol de la “compulsión”, del “estado de ánimo de las masas”, de la necesidad, de entrado en ese terreno de mantener la iniciativa estratégica.

Esta ultima consideración es sumamente importante porque las fuerzas que apuntaban al desarrollo del Poder Popular perdieron la iniciativa después de junio del 73, por los factores mencionados, pero quedaron sin conducción concreta, sin poder maniobrar ni hacia el repliegue ni hacia una ofensiva, por lo que, como fuerza, se desarticuló y fue golpeada brutalmente por la contra revolución de la dictadura y sus aparatos represivos.

En tu libro “DE LA BRIGADA SEGUNDARIA AL CORDÓN CERRILLOS”, relatas lo acontecido aquel 29 de junio de 1973. A tu juicio, ¿qué elementos fueron determinantes para no pasar a la ofensiva?, ¿crees tú que la estrategia política representada por Miguel Enríquez no se correspondía con el real estado de las fuerzas?

En ciertas intervenciones yo he señalado que tanto la Estrategia como la Táctica son ciencia y arte. Ciencia porque se refieren a elementos objetivos, cuantificables, medibles, pero arte respecto a un elemento esencial: la subjetividad de las masas, el estado de ánimo, la voluntad, la determinación. Si la política revolucionaria fuera regida estrictamente por parámetros objetivos, posibles de ser conocido de manera exacta, no habría revoluciones fracasadas….la realidad es que, como lo señala de manera poética Patricio Manns en una canción: “El timonel no sólo escrutará de noche el mar tendrá que adivinarlo”[6]. Frente a la política reformista que ya estaba demostrando su fracaso y que llevaba irremediablemente al golpe de Estado o a la claudicación que de hecho preparaba Allende mediante un plebiscito que iba a convocar, mediante las señales claras que ya estaba dando de diálogo con la DC, de devolver industrias, de no vetar la ley de control de armas, la única política posible a ser planteada a las masas era la de la contraofensiva popular, planteada en el teatro Caupolicán por Cadena Nacional, política que no alcanzó a ser desarrollada porque efectivamente tras el 29 de junio la  iniciativa  quedó en manos de la burguesía a través  de los allanamientos, del establecimiento de zonas de emergencia que entregaban a las FFAA amplias facultades, del encarcelamiento de los marinos, y la política por otros medios es la guerra y en la guerra se está a la ofensiva o a la defensiva, como en toda lucha…las fuerzas populares no pudieron retomar la ofensiva y lo que es peor aun, no pudieron preparar la defensa, quedando prácticamente paralizados en lo concreto, mas allá de que el 4 de septiembre hubo una marcha de apoyo gigantesca, o las declaraciones de los Cordones y Comandos. Ya no era la hora de hablar o declarar, era la hora de concretar un posicionamiento para un enfrentamiento ineludible, pero las contradicciones en el seno de la propia izquierda y el pueblo, el peso del legalismo, del reformismo, el llamado abierto al No a la Guerra Civil del reformismo, terminaron por sepultar las energías y fuerzas que se habían desarrollado en el campo popular.

Hace algunas semanas apareció una carta enviada por los Cordones Industriales al Presidente Allende, una semana antes del golpe, estableciendo sólo dos alternativas: golpe fascista o insurrección popular. A tu juicio ¿por qué no fue posible que los trabajadores se adelantaran al golpe de la burguesía?

En primer lugar yo creo que esa carta, un tremendo documento histórico, surgió muy tarde, cuando ya el movimiento había comenzado el reflujo de masas como he señalado. Lo segundo: el tema de esperar el golpe de ellos o adelantarse, fue un tema ampliamente discutido y respecto del cual no había consenso político. Entre los marinos, por ejemplo, esto significó una dura disputa interna que ha sido revelada últimamente, dado que existió un grupo importante que señalaba que no se podía esperar la iniciativa de ellos. Sin embargo, el elemento determinante es que el Gobierno y la Unidad Popular estaban por respetar la legalidad y fueron consecuentes hasta el final con esa postura, teniendo ellos abrumadoramente la gran mayoría de las fuerzas populares de su lado. Asumir la iniciativa seria sobrepasar a Allende y la Unidad Popular, con un sector de masas conscientes pero reducido, muy minoritario, lo que hubiese significado enfrentar no sólo al golpismo sino a la mayoría del pueblo que creía y estaba por los mecanismos legales e institucionales. Esa era la gran contradicción de los revolucionarios que sólo tuvieron una oportunidad de hacerlo y no fuimos capaces. Justamente, hasta donde yo sé, Fidel Castro había señalado que el Tanquetazo había sido “el Playa Girón” de la burguesía chilena, que ese había sido el momento de desatar la contraofensiva…pero en la noche de ese mismo día, Allende desde los balcones de La Moneda llamó al pueblo a regresar a sus hogares…porque las FFAA garantizaban el proceso.

 ¿Cuáles eran las capacidades materiales reales (armas, pertrechos, personal y estrategia-táctica) del GPM (Grupo Político Militar) del Cordón Cerrillos en la coyuntura de junio y de septiembre de 1973?

Antes de responder, porque evidentemente la pregunta insiste en “ver” la coyuntura estrictamente desde la una óptica idealizada de que la política se define en función de las capacidades y medios que se tengan, lo que no es así en la práctica. En alguna entrevista, no recuerdo exactamente cuando, interrogan a Fidel Castro sobre lo que diferencia a un revolucionario del que no lo es, y Fidel responde que estos últimos esperan que estén las condiciones dadas para sumarse a la lucha, en tanto que los primeros luchan por generar tales condiciones.  Regresando a la pregunta: ni en Junio ni en Septiembre el GPM 4 del MIR, ni ninguna fuerza de izquierda  tenía suficientes recursos y capacidades materiales para un enfrentamiento en la magnitud de lo que se nos vino encima. Pero, ¿qué hacer  entonces? Impensado claudicar, no había posibilidades para tomar la iniciativa: lo que quedaba entonces como alternativa era buscar en la coyuntura el espacio y el tiempo suficiente para desarrollar capacidades o una alguna variable de menor costo, sobre todo apostando a quebrar la unidad de las FFAA, cosa que intentó aceleradamente el MIR para atraer a un sector de FFAA al lado del pueblo, lo que venía ocurriendo en la práctica concreta y que explica el alto número de uniformados detenidos y torturados después del golpe, principalmente en marinería, aviación, carabineros y en menos medida en el ejército. La otra alternativa era simplemente pasar a le defensiva, replegarse a retaguardias sociales y geográficas con fuerzas de modo tal de emprender acciones guerrilleras en el terreno urbano, suburbano y rural de manera posterior al golpe. El Plan Militar del MIR a escala nacional se jugaba en esa perspectiva: esperar el golpe, responder con insurrecciones locales desgajando parte de las fuerzas armadas, replegarse a zonas de retaguardia social y política seguras sin es que triunfaba el golpe para dar inicio a la guerra en los territorios descritos.

La diferencia entre junio y septiembre es términos reales es de dos elementos definitorios: de una parte en Junio las masas populares están en ascenso, con alta moral y disposición a la lucha que se evidencia en la calidad, masividad de la respuesta al intento golpista, en septiembre ya no hay ascenso, hay confusión, retroceso, desconfianza hacia la conducción de la UP, sólo se mueven los sectores mas conscientes y comprometidos, incluso a nivel de militantes y activo político son muchos los que simplemente se esfuman a la hora decisiva . En junio hay sectores de las FFAA que evidencian sus simpatías con la alternativa popular, la propia actitud del General Prat, de los militares llamados constitucionalistas, de soldados y clases a nivel de tropa es claramente a favor del pueblo. En Septiembre son estos soldados, marinos, aviadores, carabineros, los primeros en ser neutralizados, encarcelados, y ya las tropas están claras por lo sucedido con los marinos constitucionalistas: no van a quebrar la unidad de mando porque Allende confía en los generales y no está dispuesto a avalar el quiebre de las FFAA.

 ¿Qué distingue específicamente al “poder popular chileno” respecto de las experiencias históricas universales de “dictadura del proletariado”?

Cada proceso histórico, cada formación social, es única y específica, por tanto las experiencias son muy diferentes, aun cuando existan algunos elementos en común. La primera experiencia a escala mundial de un Poder dual, de un poder alternativo fue La Comuna de París, experiencia derrotada y que legó para la posteridad no sólo en nombre a los “comunistas” (a los de verdad) sino que también la necesidad de la Dictadura del proletariado como la formulara Marx.  La experiencia de los Soviet (Consejos) en la Rusia zarista  se asemeja respecto de la masa incorporada al desarrollo de estos consejos de manera específica para obreros, otros para campesinos y muy embrionariamente por el intento de organizar estos consejos entre las FFAA. Respecto a la experiencia rusa, es diferente por cuanto el Partido Bolchevique logró la conducción y orientó las fuerzas al desarrollo de la Insurrección en tanto que en nuestra experiencia no se ganó a la mayoría de las fuerzas sociales, y en las mismas organizaciones de poder popular  existieron conducciones políticas distintas y a veces contradictorias (PS, MIR, en menor medida, MAPU).

De alguna manera la experiencia chilena, por lo precario de su desarrollo, tiene una mayor semejanza a la experiencia de El Salvador, aun cuando en El Salvador las fuerzas populares desataron una insurrección. Se parece mucho en la precariedad y sobre todo en la calidad de la contrarrevolución y la represión posteriormente desatada por la burguesía.

Difiere, respecto a otras experiencias de Poder Popular, porque la mayoría de las experiencias de China, Vietnam, Corea, Cuba, este poder popular se expresa en el control territorial por fuerzas armadas populares que establecen zonas liberadas en el marco de guerras populares cuya primera fase son precisamente las operaciones de cerco y aniquilamiento de estas bases de poder popular.

¿Qué relación existió entre el proceso de origen-desarrollo-crisis del poder popular y de las orgánicas políticas?, ¿esta experiencia surgió en forma “autónoma”, “independiente”, “supeditada”, “enmarcada” respecto a la política revolucionaria que llevaba adelante el MIR?

La historia de Chile, al igual que la historia de la humanidad, es la historia de la lucha de clases, la historia de la lucha por el poder que establecen a veces fracciones de una misma clase, o clase explotadas contra la dominación. Y como la lucha política, en su agudización tiende a resolverse mediante la fuerza para establecer una nueva relación política y económica, es también la historia de los procesos de acumulación de fuerzas que en un punto dado se expresan en dualidad de poder. Es la construcción de fuerzas de los “patriotas” chilenos que aprovechan la guerra en Europa y los conflictos de España para establecer  Cabildos, declarar independencia y construir fuerza propia, coexistiendo con el poder colonial durante este proceso. Es más tarde la lucha política entre los propios patriotas que tienen proyectos políticos diversos y fuerzas sociales, políticas y militares que entran en contradicción durante largos decenios de la vida independiente de Chile, incluyendo guerras civiles, asesinatos como los de Manuel Rodríguez, golpes de estados, levantamientos armados de provincias. Con esto quiero decir que el desarrollo de poder alternativo a la dominación ha estado muy presente en la historia de Chile, incluso de formas agudas, de mucha violencia. Sólo basta recordar episodios como la Insurrección de la Escuadra en septiembre de 1931 y el bombardeo a los buques de guerra encabezados por el acorazado Almirante Latorre; la República Socialista de los 100 días; las ya muy conocidas matanzas de Santa María de Iquique; los choques armados con campesinos en San Gregorio, en La Coruña.

En la década del 60, la toma de terrenos fue impulsada por comunistas y socialistas combinando la lucha de masas y el rol de parlamentarios que apoyaban dichas acciones, en un desarrollo embrionario de poder y control de un territorio acotado, por reivindicaciones, pero que no apunta a desafiar el poder político de las clases dominantes.

Es la constante alza de la lucha de clases en Chile en las décadas de los 50 y 60 con paros, huelgas, declaraciones radicalizada como la declaración de Principios de la CUT encabezada por Clotario Blest, el telón de fondo que obstruye las salidas que plantea la burguesía, que genera la división política de estas (Alesandri – Frei) y el incremento constante de masas que se incorporan a la lucha y que van generando un período pre revolucionario. Es en ese marco fue que el MIR propone las acciones directas de masas como táctica para acumular fuerzas, coincidiendo con una fracción del PS que desarrollaba la misma política. El MIR impulsa las tomas de terrenos, siendo la 26 de enero la primera de ellas que suma a las experiencias anteriores la construcción de milicias populares, mientras en el campo tanto socialistas pero principalmente miristas impulsan las tomas de fundo, las corridas de cercos y ambos de manera posterior, las instancias de poder popular.

En definitiva, las acciones directas de masas, la acumulación de fuerzas sociales, políticas y militares  para luchar por los intereses de clase o de fracción de clases es una práctica instalada en la historia de Chile mucho antes del período pre- revolucionario del 73. Como profunda corriente histórica reaparece en este período y lo que hacen los revolucionarios es interpretarla, masificarla, convertirla en política concreta que en su desarrollo tiene todo los matices planteados en la pregunta: en algunas zonas, regiones o poblados este poder se genera casi autónomo; en otros lugares, supeditado a una conducción concreta, en otros, disputada su conducción por diversas corrientes políticas. 

Trotsky, en su libro “Mi Vida”; señala que a un proceso revolucionario incompleto, le sigue una contrarrevolución completa. En este marco, ¿se puede afirmar que no sólo «la vía chilena al socialismo» fue una revolución a medias, sino que nuestra preparación para la guerra de clases o guerra revolucionaria también lo fue?, ¿hubo falta de voluntad?, ¿faltaron las condiciones históricas?, ¿faltó tiempo?, ¿por qué después de prepararse para la guerra no pasó nada, o pasó muy poco?, ¿qué hicimos mal?, o ¿qué no hicimos?

Quien hace revoluciones a medias, cava su propia tumba dice Robespierre en el drama de Georg Büchner en 1834 (“La Muerte de Dantón”) y esto es válido para el reformismo en la experiencia revolucionaria, así como para los revolucionarios. En ambos casos, a mi parecer, se trata de la conducción de las direcciones políticas. De parte del reformismo que se obstinó en creer que en Chile no se cumplirían las leyes de la lucha de clases y que se podía resolver, dentro de la legalidad burguesa y con la existencia de la intervención del imperialismo, el problema del poder sin construir o tener fuerza militar propia. En el caso de los revolucionarios por no poder ganar la conducción de las masas y por no asumir su propia estrategia de guerra popular que implicaba la protección de las fuerzas propias, el repliegue del escenario publico ante la ofensiva burguesa y el desarrollo de la guerra en otras condiciones. En estricto rigor, lo que preparó el MIR fue un proyecto de insurrección como elemento de defensa, contradiciendo principios del arte de la insurrección conocidos desde el siglo pasado[7] por lo que en estricto rigor, nunca hubo un desarrollo de un plan de guerra o enfrentamiento enmarcado en la estrategia de guerra popular.

En tu experiencia, ¿Qué llevaba a la población y a los trabajadores a participar en el Cordón Cerrillos-Maipú?

Los elementos que describí anteriormente: la ofensiva patronal para provocar la desestabilización del Gobierno de Allende, el cierre de industrias, el acaparamiento, el mercado negro, la paralización de los medios de producción tanto agrícolas como industriales. La necesidad de responder a la burguesía con fuerza propia y la insuficiencia de las organizaciones naturales (CUT, Juntas de Vecinos, Sindicatos) para dar respuestas a estas tareas que implicaban salirse de la legalidad e instalar poder propio.

¿Estaba consciente el Cordón respecto a la fragmentación, dispersión y debilidad en la conducción políticas?, ¿cómo se conduce y se mantiene organizada a miles de personas sedientas de cambios revolucionarios?

Por lo que he descrito, el Cordón no tenia una instancia orgánica desarrollada, salvo en coyunturas. En definitiva era la articulación puntual de sindicatos y activistas políticos para enfrentar coyunturas específicas.

A tu juicio, ¿cuáles son los mitos y realidades de la construcción social y política del cordón Cerrillos – Maipú?

De una parte está el mito de una “organización” y de un nivel de participación de masas en la instancia Cordón, que nunca existió. El Cordón fue una articulación puntual, de sindicatos, no alcanzó a desarrollar un debate político propio con participación de las bases. Era como he dicho, la representación de dirigentes en “representación” de sus sindicatos.

De otra parte está la negación del Cordón como instancia de Poder, argumentando justamente lo anterior. Esto implica no entender mucho los procesos que se dan a nivel de masas, pretendiendo procesos organizados, institucionalizados, ordenados, cuando en la realidad los procesos de masas son muy contradictorios, de avances, de retrocesos, de lucha ideológica fuerte en su seno y principalmente afectado por la “compulsión” como denomina Trotsky  al factor subjetivo que genera disposición a la lucha, voluntad, determinación.

¿Qué comportamiento tuvieron las fuerzas armadas partidarias de la insurrección armada en el período prerrevolucionario? ¿Qué fue de ellos?

En diversos cuarteles, buques, unidades militares y de carabineros se daban las mismas tendencias políticas que en el resto de la sociedad: Oficiales en su mayoría reaccionarios, aunque una fracción minoritaria apegada a la legalidad  (los llamados «Constitucionalistas” y muy minoritario de algunos oficiales revolucionarios. Entre los “Clase” era más amplios los sectores que simpatizaban con el proyecto de la Unidad Popular y había mas revolucionarios, igualmente a nivel de las tropas. Schneider, Prat, Bachelet, Pobrete,  Arturo Araya, edecán del Presidente, asesinado por un comando de extrema derecha el 27 de julio de 1973, son ejemplos de oficiales constitucionalistas. En todo caso la izquierda en general tenía más desarrollo en la marinería, aviación y carabineros, y muy poco desarrollo en el Ejército. Para conocer más de este tema recomiendo leer “Los que dijeron no” de Jorge Magasich y “El fantasma de Chile” de Zenón Alvarado que entregan antecedentes extensos de lo que ocurría en la marinería.  En el caso de la aviación, fueron detenidos y torturados numerosos oficiales, suboficiales y clases, antecedentes que se pueden leer en el libro de Fernando Villagrán “Disparen a la bandada” que relata el Consejo de Guerra en contra de los oficiales Bachelet, Pobrete, Carlos Ominami, Rolando Miranda, Ernesto Galaz, Alamiro Castillo, Otto Becerra, Alvaro Yánez, Jorge Silva, Raúl Vergara, Carlos Camacho, Jaime Donoso, Daniel Aycimena, Eladio Cisternas y Julio Cerda, todos acusados de traición a la Patria, torturados y encarcelados. En carabineros las cinco primeras antigüedades de la oficialidad se negaron a participar del golpe.

Existen tres datos interesantes a considerar[8]:

En el proceso organizado contra los disidentes de la Fuerza Aérea, son condenados a penas diversas 18 suboficiales y sargentos; 36 cabos (dos de ellos fueron asesinados en prisión); dos conscriptos y 13 civiles. La Marina condena a 88 marinos, y seis civiles  y  un oficial.

En 1991, el informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, constata que entre 1973 y 1990, agentes del Estado provocaron la muerte de 17 soldados, 2 marinos, 6 aviadores 9 policías civiles y 3 guardianes de prisión. Un total de 37

En 1998  una nueva ley  del “Programa de reconocimiento de la exoneración política” extendió los beneficios a funcionarios de la Justicia, parlamentarios y militares despedidos por  motivos políticos. Bajo esta ley un total de 1.319 militares han sido reconocidos definitivamente como excluidos a causa de su oposición al Golpe o por su negativa a participar en las exacciones, y 6.070 revindican esta situación. Se trata a veces de soldados que cometieron intencionalmente alguna falta disciplinaria para ser excluidos, evitando así la suerte reservada a los que manifestaron abiertamente su desacuerdo. Este número impresionante representa sólo a los que llegaron a actuar; muchos otros, seguramente aterrorizados, callaron sus desacuerdos.

Muchos de los uniformados sobrevivientes fueron exiliados y post dictadura se han incorporado a la vida política y social formando agrupaciones que luchan por memoria y justicia, otros han desarrollado investigaciones estableciendo querellas y juicios, algunos se han incorporado a partidos de la Concertación ocupando cargos públicos.

Sin embargo, un número menor de ellos resiste al golpe siendo asesinados: Mario Melo Pradenas, ex teniente de Boinas Negras, Ricardo Pardo Tobar, ex boina negra, Óscar Delgado Marin, ex boina negra, Fernando Amaya Sepúlveda, ex boina negra,  José Enrique Espinoza Santic, cabo segundo de la FACH, Mario Armando Gho Alarcón, soldado conscripto, Miguel Selim Nash Saez, conscripto de 19 años fusilado en Piragua al negarse a disparar contra detenidos políticos.

Otro grupo se incorporó se incorporó activamente a la lucha de Resistencia, cayendo en combate contra la dictadura como Ernesto Zúñiga Vergara (Manuel), infante de marina; Enrique Reyes Manrique (Bali) , ex cabo primero de la FACH;  Carlos Díaz Cáceres (Pecho de Buque) y otros fueron encarcelados durante largos años en prisión como Víctor Maturana (Carabineros), Miguel Yañez (Gendarmería), Carlos García Herrera (Marina).

Hace alrededor de un mes se realizo en la Plaza de Maipú la inauguración de un Memorial a las personas ejecutadas o caídas en el proceso político chileno vivido a partir de 1973. En este sentido ¿cómo recordamos a los constructores revolucionarios del pasado que enfrentaron la tragedia vivida a partir del 73: víctimas o combatientes?

Hay víctimas y hay combatientes. Víctimas por partida doble, porque numerosos dirigentes sociales, pobladores, campesinos, estudiantes, obreros, fueron detenidos, torturados, asesinados, sin que ellos hubiesen empuñado armas, resistido al arresto o participado de ningún acto de violencia, por un lado, y víctimas de haber aceptado la idea de que era posible un cambio por las vías pacíficas, en los marcos de la legalidad y la constitución. La gran mayoría de ellos confió en que sus dirigentes políticos tenían experiencia y “sabían lo que hacían”  aceptando confiadamente los mitos tales como “los militares chilenos son distintos”, “El partido y los viejos saben lo que hacen”, lo que significó no sólo enfrentar a la represión sino la sorpresa,  el dolor, la rabia de entender finalmente el carácter del Estado, de la dominación, de las fuerzas armadas.

Combatientes son los que lograron tener conciencia de lo que sucedía, que decidieron armarse, resistir, oponerse a la acción violenta de la contra revolución y que desarrollaron diversas formas de enfrentamiento al golpe y a la dictadura.

Yo creo que en definitiva a todos hay que recordarlos no por el “como murieron” o “como enfrentaron” a la dictadura, sino como personas que desde distintas visiones políticas, desde distintas que prácticas, levantaron o se sumaron a un proyecto de cambio social,   y por ello pagaron con sus vidas.

Porque la historia no podemos repetirla.

Porque nosotros y las nuevas generaciones debemos tener clara conciencia y memoria: si queremos cambiar la sociedad, si queremos terminar con los privilegios de una minoría,  volvamos a mirar bien nuestro propio escudo nacional  en el cual, otros que lucharon por construirnos como país, llegaron a la convicción absoluta que la justicia se logra con la razón y la fuerza.

[1]  El Yeti Jaime Riquelme (Jaime Ramirez) murió en extrañas circunstancias en 1981. Siendo Jefe de Fuerza Central del MIR aparece muerto en un increíble accidente de tránsito: a una bus se le sale la tapa de una rueda que golpea en su frente, dándole muerte.

[2] Santos Romeo se convierte luego en uno de los dirigentes destacados del Cordón. De militancia socialista, se incorpora al MIR y es orador principal en un acto realizado en el Teatro Caupolicán. Luego del golpe militar es detenido, lo llevan al Estadio Nacional donde es visto por varios compañeros y luego aparece muerto en una calle de la zona sur.

[3] José Amigo “El Malo” fue detenido en 1973 resistiendo al golpe, exiliado a Inglaterra regresó clandestino a sumarse a la lucha y cayo hacia finales de la dictadura en un asalto a banco en Melipilla.

[4] Víctor Romeo es herido el mismo 11 de septiembre, cae detenido y junto a José Amigo, Javier Bertín y trabajadores de Fensa y Perlack , y el autor de estas notas fueron sometidos a Consejo de Guerra por la FACH. Exiliado en Francia se incorpora a la Revolución Nicaragüense  trabajando de manera posterior en el Ministerio del Interior. Muere en Francia producto de un cáncer

[5] Martin Elgueta “Renato” fue detenido después del golpe y esta desaparecido desde ese entonces.

[6] “Carta al Interior de Chile” Canción de Patricio Manns

[7] Tanto Lenin como Trotsky reflexionan en distintos textos sobre la insurrección definiéndola como una acción ofensiva. Durante la Segunda Guerra Mundial en Varsovia se produjo un alzamiento insurreccional de los judíos encerrados en un getto que fue absolutamente derrotado, confirmando que no sirve la insurrección como elemento estratégico defensivo.

[8] Fuente: http://marinosconstitucionalistas.blogspot.com/2008/03/los-que-dijeron-no.html

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