Economía social y anarquismo
por Do Carolina
Existen en muchos rincones del mundo dignos y rebeldes ejemplos de resistencias a la economía capitalista, ya sean grupos, organizaciones, colectivos, redes, etc., que hacen trueques, gratiferias, monedas sociales y demás alternativas económicas con el fin de contribuir a la construcción de otro planeta más humano.
Una de las monedas sociales relativamente nuevas en México es el Túmin.
“Rebeldía económica y popular, el billete que está creando conciencia. Los habitantes del municipio de Espinal, un pequeño pueblo de la sierra veracruzana, México, están utilizando el Túmin, una moneda que se inventaron y que se basa en el sistema de trueque. Sus billetes salieron en noviembre de 2010 y ahora el Banco de Méxicolos acusa de rebeldía monetaria mientras que laProcuraduría ya investiga a estos osados que se atrevieron a desafiar al peso”.
ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA
La Economía Social Solidaria y sus redes productivas pretende explicar el funcionamiento de una manera o tipo de economía: Producción, distribución, intercambio, consumo, ahorro y reinversión de excedentes; lo cual partiendo del contexto local pueda establecer un entramado de redes mediante las cuales se pueda materializar las esferas antes indicadas de este tipo o forma de economía.
La Economía Social Solidaria, los tipos de empresas y las nuevas relaciones sociales de producción y distribución están soportadas por un conjunto de principios; tales como: la solidaridad, la complementariedad, la cooperación, la equidad, la igualdad, principios que le dan el molde perfecto en la construcción de un nuevo modelo productivo y de construcción de hombre/mujer y sociedad nuevos donde se rompa con la relación histórica capital-trabajo para invertir esta formula y lograr la emancipación del trabajo y colocar su creatividad en función de la liberación del mismo y no de su propia opresión.
Será fundamental en su construcción la superación de la creación de valores cambio para ser valores de uso y la producción en función de la satisfacción de las necesidades humanas y no del mercado.
MERCADO SOCIAL
Es una red de producción, distribución y consumo de bienes y servicios y aprendizaje común que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios, en un territorio determinado, constituida tanto por empresas y entidades de la economía solidaria y social como por consumidores/as individuales y colectivos.
ECONOMÍA ANARQUISTA
En economía el sistema impulsado por el anarquismo, como en tantas otras cuestiones, no defiende ningún modelo en particular, aspira a que los individuos, sus comunas y sus asociaciones, en acuerdo libre, seleccionen la organización económica que más los favorece en vista de sus propios intereses. Entonces las tendencias anarquistas en economía, en todas sus variantes o corrientes, son antiautoritarias y voluntaristas.
Así, con respecto a la relación y organización económica según el anarquismo, el único concepto común identificable es el de autoorganización: una red autónoma de producción y distribución sin mando central; esto se puede interpretar como interacción libre o como coordinación libre, según el caso. Varios autores libertarios han realizado análisis y postulado tesis sobre la economía. Se trata de un conjunto muy heterogéneo de pensadores y proyectos. Los anarquistas, puesto que son antiautoritarios sostienen que cada persona o grupo humano deberá escoger un modelo económico voluntario.
CORRIENTES ECONÓMICAS ANARQUISTAS
MUTUALISMO
El mutualismo (del latín ‘mutuum‘, mutuo o intercambio) surge con las ideas del francés Pierre-Joseph Proudhon (1809–1865), que imaginaba una sociedad en la cual cada persona pudiera poseer los medios de producción, individual o colectivamente, el intercambio de bienes y productos se produciría a través de una forma ética de negociación o regateo, en la que cada parte buscaría tan solo un equivalente de lo que ofrecerían. Ha sido contemplado por algunos autores como un punto intermedio entre las versiones individualistas y comunistas del anarquismo. Proudhon afirmó que la propiedad es un robo, entendiendo como “propiedad” el mal uso o abuso de objetos en el sentido de explotación, mientras que entendía la “posesión” como el uso legítimo de un objeto. Proudhon se opuso tanto a la propiedad capitalista como a la colectiva, porque siempre “abusa” y “roba” de los individuos. Su principio consiste en que cada persona debe poseer sus medios de producción (herramientas, tierra, etc.) ya sea individual o colectivamente, pero debe ser remunerado por su labor, eliminado el provecho y la renta, lo que asegura un alto grado de igualdad.
COLECTIVISMO
El colectivismo se convirtió en una corriente dominante del movimiento anarquista bajo la influencia del revolucionario ruso Mijaíl Bakunin, que abandonó la atención por los campesinos y artesanos, con miras a un futuro en el que el trabajo organizado hubiera expropiado al capital, y cada grupo de trabajadores administrara sus propios medios de producción. El colectivismo proponía la propiedad colectiva de la tierra, las materias primas y los instrumentos de trabajo, y la apropiación del producto integral del trabajo por los trabajadores, deducido el costo. La distribución de las ganancias se realizarían por decisión colectiva, pero se asumía que la retribución sería proporcional al trabajo realizado. Para el colectivismo la propiedad de los medios de producción, distribución y cambio debe ser social (eliminado la propiedad privada) y administrada colectivamente por los propios trabajadores reunidos en pequeñas asociaciones por afinidad mientras que cada uno de ellos produce según su voluntad (o según lo acordado) y cada uno debe recibir el producto íntegro de su trabajo según su mérito individual. A diferencia del comunismo anarquista, el colectivismo no propugna la abolición del salario como forma de retribución del trabajo. Estas asociaciones a su vez estarían confederadas a través del principio federativo. Pero este sistema federal debe dejar, según los colectivistas, autonomía a las asociaciones que autogestionan los medios de producción. Además de Mijaíl Bakunin (quien enunció sus principos), otros colectivistas de renombre fueron Johann Most, James Guillaume o Ricardo Mella.
COMUNISMO ANARQUISTA
Piotr Kropotkin fue uno de los más importantes teóricos del comunismo anarquista,entendía que la cooperación es la clave del éxito evolutivo, y que los seres humanos eran la especie de mayor éxito por su capacidad de cooperar efectivamente; de ese modo, creía que el último estadio evolutivo en las sociedades humanas era una vida social donde la competición no existiría y la gente cooperaría en igualdad de términos, libre y naturalmente. En su libro Palabras de un rebelde (1885), llamó a la abolición de la propiedad privada a través de la “expropiación del total de la riqueza social” por el pueblo mismo. En La conquista del pan (1888), planteaba que la ruptura con la propiedad privada conduciría a la anarquía; «La anarquía conduce al comunismo, y el comunismo a la anarquía, y una y otro no son más que la tendencia predominante en las sociedades modernas, la búsqueda de la igualdad.» Kropotkin argumentaba que no hay ninguna forma válida o hay poco margen para medir el valor de la contribución económica de una persona, debido a que «Cada descubrimiento, cada progreso, cada aumento de la riqueza de la humanidad, tiene su origen en la conjunción del trabajo manual e intelectual del pasado y del presente. Entonces, ¿con qué derecho alguien se apropia de la menor parcela de ese inmenso todo y dice: “Esto es sólo mío y no de todos”?» también abogaba porque la economía se coordinara a través de una red horizontal de asociaciones voluntarias, en la cual los bienes serían distribuidos de acuerdo a las necesidades del individuo, en vez de en función del trabajo. Por ejemplo, uno no puede medir el valor de la contribución de la producción diaria de un trabajador de fábrica sin tomar en cuenta factores como la transportación, la comida, el agua, la vivienda, la relajación, la eficiencia de las máquinas, el estado emocional, etc., que también contribuyeron a la producción. Así, para verdaderamente dar valor económico numérico a algo, una inmensidad de cantidad de externalidades y factores contribuyentes deberían ser tomados en cuenta -especialmente el trabajo actual y pasado, así como las técnicas y herramientas creadas en el pasado para así poder utilizar en el trabajo, tanto actual como futuro. En este sentido el anarcocomunismo tiende a rechazar la teoría del valor-trabajo original del liberalismo clásico (y luego rechazada por este en pos de la teoría del valor subjetivo) y defendida actualmente en buena parte por el socialismo y el marxismo. Los individuos y comunidades dispondrían del uso y control de cualquiera de los recursos que necesitasen, «dejando a cada uno la libertad de consumirlos como ellos lo deseen en sus propias casas».
“The acumulation of freedom. Writtings on Anarquist Economics” es un libro bastante interesante y necesario, es una reflexión del ámbito libertario, que va más allá del panfleto coyuntural, el recurso tópico y canónico a los clásicos, o la mera radicalización de propuestas neokeynesianas.
Los editores del libro plantean en su artículo inicial los elementos que a su juicio deberían integrar cualquier enfoque económico anarquista.
El libro incluye un epílogo donde se expone la teoría de la economía participativa (o “parecon”), y un post-scriptum de los editores escrito a finales de 2011, en el que realizan un breve repaso de los diferentes movimientos de protesta social desarrollados desde el estallido de la crisis tanto en los países árabes como en los occidentales.
Otro elemento a destacar es la combinación de la revisión crítica de los pensadores clásicos con la reflexión sobre el capitalismo actual y –lo que es un aspecto particularmente atractivo- con el análisis de distintas experiencias de autogestión (históricas y contemporáneas).
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