El mall, hijo predilecto de la democracia neoliberal
por ElDesconcierto.cl
Nacido en dictadura, el mall ha ido multiplicándose a lo largo de Chile gracias a la consolidación de la democracia, el acceso al crédito y la expansión del consumo.
Quince metros cuadrados de mall por cada cien personas. Ése es el récord latinoamericano que en el que Chile supera a países como Venezuela, México y Argentina, según un estudio de la International Council of Shopping Centers (ICSC).
Los centros comerciales en territorio nacional alcanzaron los 2,5 millones de metros cuadrados de superficie arrendable. En tanto, durante el 2011, se registraron 600 millones de visitas a los 57 malls que se extienden a lo largo del país.
Las cifras hablan por sí solas de una realidad que ubica a Chile entre los líderes del consumo latinoamericano. ¿A qué se debe esta rápida expansión?
En entrevista con CNN, el sociólogo Tomás Moulian, autor de “El consumo me consume”, señaló que “el consumo con deuda es una facilitación del consumo que han puesto en funcionamiento este tipo de sociedades de capitalismo neoliberal”. Este proceso tendría su punto de origen en la dictadura.
El primer centro comercial chileno de estas características fue el Parque Arauco, inaugurado en 1982, cuyo nombre real iba a ser “Park Kennedy”. En ese entonces, la dictadura militar liderada por Augusto Pinochet vio con buenos ojos la instalación de un moderno centro comercial que mostraba hacia el exterior una imagen de progreso y estabilidad. Sin embargo, la crisis económica de esos años terminó dejando en ridículo sus aspiraciones.
A más de 30 años, no obstante, Chile suma 150 centros comerciales y una serie de numerosos proyectos en carpeta con una oferta cada vez más diversificada. La idea, aseguran los expertos, es lograr abarcar todos los gustos y necesidades del potencial consumidor.
Abarcando necesidades insatisfechas
En opinión del sociólogo Rodrigo Salcedo, autor de “Los malls en Chile. 30 años”, dichos espacios han llegado a cubrir necesidades que el Estado y las autoridades locales no han sido capaces de cubrir. Específicamente en lo que respecta a tiempo libre, espacios y seguridad.
“Los malls han sido en Chile sumamente eficientes para proveer algo que los chilenos no tienen y que no solamente son espacios donde estar, sino además donde poder socializar, entretenerse, pasarlo bien y juntarse en un ambiente seguro, libre de peligro y de calidad. Mientras eso no tienda a cambiar el centro comercial va a seguir siendo la gran alternativa”, aseguró.
En Estados Unidos, el mall se analiza como la base de la cultura del suburbio, realidad que comienza a modificarse tras las bajas en las tasas de criminalidad de las ciudades y la llegada de alternativas en cuanto a panoramas. “Eso ha afectado negativamente a muchos malls que ven que sus clientes prefieren pasar las tardes en su ciudad”, comentó el especialista.
En su libro, Moulian caracterizó a los malls como la nueva plaza pública, un espacio para encontrarse y compartir que ya logró penetrar en todos los estratos sociales del país y abarcar una amplia demanda de intereses. “Uno va el domingo ahí y se encuentra hasta una biblioteca”, ejemplificó.
Pese a que, en los hechos, los centros comerciales son un hijo de la dictadura, su expansión y consolidación como fenómeno se relaciona íntimamente con la democracia instaurada por la Concertación.
“Yo te diría que tiene más que ver con el sistema económico que con la dictadura en sí. Hay un montón de gente que le echa la culpa al mall de cosas que no tiene la culpa, por ejemplo, la exacerbación del consumo o el endeudamiento, pero la culpa no es del centro comercial, sino que tiene que ver con un modelo económico que logró democratizar el crédito”, explicó Salcedo.
Hoy, los académicos coinciden en que los malls son sólo una expresión más del sistema económico imperante en Chile, pero no la causa del endeudamiento y el consumismo: “Tenemos un sistema económico y político centrado en estas nuevas necesidades que desplazan, efectivamente, a otras, y se deja de reflexionar sobre la sociedad, se cae en un conformismo, esas con las consecuencias aparejadas que devienen de un consumo excesivo”.
Tras la inauguración del Mall Plaza Egaña, que captó la atención de los medios por la efusividad de sus visitantes, la industria del centro comercial tiene una larga lista de proyectos para Chile: Mall Plaza Los Domínicos, Mall Plaza Copiapó, Mirador Biobío, Parque Arauco Quilicura y el mall de Castro en Chiloé, entre otros.
Para el sociólogo Rodrigo Salcedo, si bien hay una tendencia al crecimiento de los malls –y a su esperada expansión en regiones- también es posible vaticinar la llegada de centros comerciales más concentrados y pequeños en escala. Además, aseguró, las condiciones políticas y sociales podrían hablar de futuros cambios en el escenario de los malls.
“Hay una ciudadanía y un municipio más consciente. Hoy tienen que cumplir con la legislación ambiental, con demandas municipales y ciudadanas, que tienen que ver con la defensa del patrimonio, de calidad de vida y del comercio local. Además, vamos a tener una ciudad cada vez más diversa y entretenida, hay ciudades importantes que tienen grandes eventos todo el verano y la gente deja de ir a los centros comerciales. Eso va a empezar a pasar a Santiago y los centros tendrán que ponerse cada vez más interesantes en su oferta”, declaró.
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