El mismo sueldo de gerente a jardinero: La experiencia de la “Fábrica sin Patrones” en Argentina
Cada año la discusión por el salario mínimo ocupa la agenda por varios meses, entre quienes ven la necesidad de aumentarlo y quienes buscan proteger el empleo y la estabilidad de las empresas, sean grandes o pequeñas. Pero existen otras experiencias, que más allá de lo utópico, llaman la atención por plantear un ángulo distinto del trabajo.
El caso de Cerámicas Zanón en la provincia argentina de Neuquén es considerado un ícono de los movimientos de trabajadores y de izquierda, por proponer una fórmula horizontal en la producción y administración, donde cada miembro de la empresa tiene el mismo sueldo y rotan sus puestos, es decir, sin dueños que acumulen las utilidades.
Origen
“FaSinPat” (Fábrica Sin Patrones) tiene su origen en la organización de los operarios a fines de los ’90, cuando Luigi Zanón anunció el cierre de la planta, con inminentes despidos y recortes de sueldos, en un ambiente que avecinaba el desastre económico en el país trasandino, que estalló el 2000.
La compañía quebró el 2001 y a principios del 2002, el Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (SOECN) decidió tomar el control de la producción, como la forma de mantener sus empleos, e iniciando un largo proceso de expropiación que aún se disputa en la justicia.
Administración
La administración de la fábrica está en manos de de la Asamblea General que fija todas las normas; asambleas de turno para temas informativos y operativos; y las reuniones de coordinadores, los “gerentes” cuyos cupos son elegidos por votación popular, con sólo una reelección, según sus Normas de Convivencia.
Esta fórmula sustentada en la política sindicalista debió ser defendida incluso por la fuerza frente a intentos de desalojo y una larga pelea judicial, que hace poco finalmente falló a favor de la expropiación.
Con todo, en estos 10 años no ha sido fácil devolver la estabilidad financiera a la marca y sólo con el tiempo volvieron a tener una planta de más de 450 trabajadores, el doble desde la toma de control y superior en medio centenar al momento anterior a la quiebra.
Asimismo, el 2002 la producción de cerámicos alcanzó los 10 mil metros cuadrados y el 2011, lograron 320 mil. De ellos, venden unos 270 mil y el resto lo destinan a obras sociales, como la construcción de un centro clínico en un barrio vecino o un “libro cerámico” con textos de Galeano, por ejemplo.
Salarios
Los cargos administrativos no son asumidos como un privilegio, sino una pesada responsabilidad que va rotando entre los trabajadores, sin recibir un peso más que cualquier otro puesto y claro, sin descuidar sus faenas como operario.
Al año 2004, el sueldo base era de 800 pesos argentinos (unos 90 mil pesos chilenos a esa fecha) con un bono por antigüedad, que sumados no superaban los 1.000 pesos (110 mil pesos chilenos). Hoy el ingreso del trabajador en FaSinPat promedia los 4.000 pesos (poco más de 430 mil pesos chilenos).
Las variaciones en los salarios sólo varían por bonos, ganados por antigüedad, turnos no habituales y horas extra. En la discusión política que cimenta el sistema se piensa que cada miembro de la empresa es imprescindible para sus objetivos.
Inconvenientes y crisis
El año 2009 la compañía sufre los embates de la crisis internacional, con una considerable merma en las ventas, cierre de mercados (como el chileno) y un atraso en tecnología. Los trabajadores atribuyeron la crisis a deudas heredadas del “patrón” y su quiebra, el escaso respaldo estatal a los nuevos dueños y el “ahogo económico” que intentan sus detractores.
Pero también el propio modelo social de trabajo pone trabas a medidas de superación tradicionales, como el despido de empleados o la disminución de sueldos “dignos y necesarios” que ellos defienden, según publicó INTI, organismo estatal de apoyo industrial.
El dirigente Omar Villablanca contó a Página 12 que “muchos esperaron que nos cayéramos solos o que la crisis nos llevara puestos, pero nunca abandonamos la calle. Formar nuestra cooperativa FaSinPat fue un recurso legal, pero nuestra fuerza real estaba en nuestra organización, en nuestra pelea diaria y en la relación con la comunidad. Esa fue y es nuestra fortaleza hoy”.
Y es innegable el apoyo vecinal que incluso impulsó la llegada de un diputado provincial en Neuquén. Con ello, más un subsidio estatal a modo de rescate, lograron en 2011 volver a exitosos niveles de producción.
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