Entrevista a Makis Anagnostou, trabajador de la empresa griega autogestionada Vio.Me, dedicada a la producción de materiales de construcción
por J. Benítez para Periódico CNT. Fotografía: Maddy Evans
Pregunta.- Qué pasos se han dado desde los problemas de impago hasta la toma de la fábrica en 2012?
Respuesta.- La ocupación fue previa, en julio de 2012 y el punto de partida fue la Fundación de la unión de trabajadores de la fábrica que siempre se organizó de manera horizontal. Formaban parte de un sindicato pero la burocracia sindical les dio la espalda. Se ocupó la fábrica justo cuando los dueños dejaron de pagar. Los trabajadores entonces bloquearon la fábrica por lo que los dueños tuvieron que abandonarla. Desde entonces estuvo ocupada para evitar que los dueños se llevasen la maquinaria. En julio de 2012 se decidió pasar a una estructura de autogestión.
P.- ¿cuántos trabajadores de los que había inicialmente en la fábrica siguen en la lucha?
R.- Antes de cerrar había 70 trabajadores, de ellos más de la mitad formaban parte de la lucha. Parte de los mismos dejaron la lucha y emigraron a otros países o encontraron otro trabajo. En este momento los que firmaron la fundación de la cooperativa son unas 20 personas. Sin embargo esperamos que se unan más trabajadores.
P.- ¿Cuáles son problemas legales al formar la empresa?
R.- No había ningún marco legal para regular nuestra actividad, todo eran obstáculos. La única solución que tenían era la ley que regula las cooperativas, que es la herramienta que finalmente han utilizado. Su estrategia fue dejar pasar el tiempo esperando que el problema se solucionara por sí mismo en favor de los dueños. Los trabajadores hemos podido superar las adversidades teniendo la parte económica fortalecida. La parte legal poco a poco se ha ido solucionando.
P.- ¿Cuál es la relación del sindicato con la federación del ramo a la que pertenecían y la burocracia sindical y que respuesta dieron cuando se recurrió a ellos?
R.- La confederación sectorial se vio obligada a publicar unas resoluciones en favor de la lucha ya que nosotros éramos miembros de la confederación, no porque realmente quisieran. Las centrales sindicales mostraron una aparente indiferencia ante el conflicto pero detrás de esto había intentos activos de socavar la lucha
P.- ¿Por qué ese interés en socavar la lucha?
R.- Porque las luchas autogestionadas desde abajo ponen en tela de juicio el papel de la burocracia sindical. Si todos los conflictos se organizasen de esa forma, los sindicalistas deberían abandonar sus privilegios.
P.- ¿Cómo os organizáis en el sindicato?
R.- Poco a poco nos dimos cuenta de que la manera horizontal era la más efectiva. Todo el mundo debía participar en la toma de decisiones. Nuestra toma de decisiones es sencilla, automática y horizontal. Podemos hacer una asamblea cada día y decidir cómo distribuir el trabajo y otros asuntos.
P.- ¿Os habéis basado en otras iniciativas similares de Europa u otros lugares para llegar a esta organización horizontal?
R.- Al principio habíamos escuchado varias cosas sobre este tipo de organización pero no estábamos tan informados. Había gente dentro de la unión de trabajadores que tenía una cultura proletaria y veía a todos los trabajadores como iguales. Hicieron la propuesta de organizarse horizontalmente y esto fue aceptado. Hemos llegado a un punto donde estamos muy satisfechos con nuestra forma de organización sin embargo sabemos que no es perfecta por lo que seguramente será mejorada en el futuro.
P.- ¿Qué relación tenéis con formaciones políticas?
R.- Se ha decidido que los trabajadores que apoyen a una formación política lo dejen en la puerta de la fábrica y se interesen sólo por el bien de los trabajadores y hasta ahora lo hemos conseguido. Tenemos, sin embargo, una relación abierta con varias formaciones políticas porque nuestro proyecto es un proceso abierto pero en ningún caso interferirán con nuestras decisiones.
P.- En cuanto a los apoyos exteriores ¿Cuál ha sido el más influyente?
R.- Sin duda los trabajadores de las empresas autogestionadas de Argentina. Eran las mismas ideas que teníamos nosotros. La clase trabajadora es igual en todo el mundo. Pasaron por lo mismo que nosotros. Los trabajadores de otros lugares de Europa están más acomodados y cubiertos por el Estado de bienestar y no tienen las mismas formas de lucha que nosotros.
P.- ¿Qué aciertos y equivocaciones opináis que ha habido?
R.- Perdimos mucho tiempo intentando buscar una solución por la vía oficial (política y sindical). Esto nos restó fuerza y tiempo. Había muchos trabajadores que no eran miembros de la unión de base y no querían hacerse de la unión de base por que estaban muy cerca del dueño y aceptamos luchar con ellos a pesar de saber que sus fines eran otros. Esto resultó problemático para la lucha por que estuvieron socavándola. En cuanto a los aciertos todavía no podemos hablar mucho porque es temprano. Ahora queremos perfeccionar la manera de autogestionar la fábrica e implicar a la sociedad dentro del funcionamiento de la fábrica.
P.- ¿Todo el proceso fue pacífico o hubo algún momento de tensión?
R.- No hubo tensiones en la fábrica pero sí en las manifestaciones, entre policía y manifestantes pero la policía nunca entró en la fábrica. Su forma de intentar sabotearnos no fue la represión directa sino convencer a ex compañeros de que se opusieran a esta lucha.
P.- ¿En manos de quién está la propiedad oficial de la factoría?
R.- Vio.Me es parte de una empresa más grande que quebró. Los activos de la misma tras esto pasaron a manos del Estado según la ley de quiebras. Hay un administrador puesto por el Estado cuyo trabajo es vender estos activos y dar este dinero a los acreedores de la empresa, entre ellos están algunos trabajadores.
P.- ¿Mantienen contactos con los trabajadores que emigraron o encontraron otros trabajos?
R.- Por ejemplo, un compañero que está en Alemania ha firmado por la cooperativa para volver. Otro que está en Australia manifiesta su voluntad de volver. Otros trabajadores que encuentran trabajos temporales tienen sus ojos puestos en la fábrica para volver lo antes posible. Somos una iniciativa libertaria y cada uno puede operar como quiera.
P.- ¿La producción sigue siendo la misma que antes de la ocupación?
R.- La producción en gran medida ha cambiado. Ahora tenemos una filosofía nueva producimos productos que no dañan al medio ambiente y no contaminan ni dejan residuos. Además es una producción que podemos financiar nosotros mismos y podemos tener un producto asequible a las familias de trabajadores.
P.- Antes de ser legal (la fabrica se legalizó como cooperativa 2 días antes de esta entrevista) a quién vendíais los productos y cómo?
R.- Tuvimos problemas a la hora de distribuir el producto ya que nuestra filosofía es que el producto sea accesible y necesitamos vender mucho volumen. Resultó muy difícil distribuirlo de manera informal. La clave para sobrepasar estos problemas fue el movimiento de solidaridad que encontraron los contactos y distribuyeron el producto.
P.- ¿Hay mujeres integradas en el proyecto?
R.- Por el momento una, pero esperamos y deseamos que se unan más.
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