Aumento del precio de los alimentos y el temor a una crisis
Las condiciones climáticas extremas de las últimas semanas han afectado cultivos de granos en el medio oeste de Estados Unidos y en el cinturón de cultivos de maíz en el occidente, lo que ha generado temores de una escasez de trigo y ha hecho subir los precios.
Como resultado, no ha sido una sorpresa que el índice de precios de los alimentos que maneja la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) rebotara al alza en julio con una subida del 6% respecto a junio, después de tres meses consecutivos de caída.
Si bien el precio de venta de comida al por mayor sigue por debajo de su punto histórico mensual más alto -alcanzado en febrero de 2011-, el alza en los precios de comida al por menor continúa siendo un factor importante en la inflación de los precios al consumo en todo el mundo.
Esto ha despertado acusaciones de que los especuladores son responsables del aumento en el precio de nuestra canasta de mercado semanal.
Al mismo tiempo, el precio del petróleo cayó desde hace unos meses, pero los pronósticos de una bajada en la oferta y un aumento en la demanda sugieren que la tendencia no se mantendrá así durante mucho tiempo.
Conozca las claves de esta problemática.
¿Qué está afectando los precios de los alimentos?
Hasta la más reciente alerta de la FAO, la preocupación sobre la escasez alimenticia parecía haberse aminorado desde 2008, cuando los crecientes precios causaron disturbios y manifestaciones alrededor del mundo, de forma especialmente violenta en Egipto y Haití.
La FAO dijo en julio que «la situación general de la oferta y la demanda en 2012-13 permanece adecuada».
Resaltó la abundante oferta de arroz, un alimento básico en muchos países asiáticos, así como suficiente trigo y otros granos que están disponibles para la exportación.
Sin embargo, varias zonas clave de cultivo en Estados Unidos se han visto afectadas por la peor sequía en casi 25 años, lo que ha causado un aumento considerable en los precios del trigo, maíz y soya.
Mark Mardell, editor de América del Norte de la BBC, explica que con la soya y el maíz se puede hacer aceite y alimento para animales, así como etanol. Pero también son la base para productos como pasabocas, comida rápida e incluso refrescos.
«Esto significa», explica Mardell, «que la sequía de Estados Unidos nos va a afectar a todos».
Así las cosas, el economista sénior de la FAO, especializado en granos, Abdolreza Abbassian, señaló que «existe la posibilidad de que la situación se desarrolle hacia lo que vivimos en 2007-2008».
Desde la organización internacional Oxfam reciben los datos de la FAO con suma preocupación. «Esto no es una gentil llamada de atención, es la misma señal de alarma global que lleva sonando desde 2008», manifestó Hannah Stoddart, responsable de políticas de justicia económica en Oxfam.
«Estas últimas cifras demuestran que hay algo fundamentalmente errado en la forma como producimos y distribuimos los alimentos alrededor del mundo», subrayó.
¿Qué pasa con los precios de los otros alimentos?
La FAO dice que los precios de todos los grupos de productos alimenticios bajaron en junio y que la caída más grande se registró en los aceites y grasas.
Los eventos en América del Norte claramente corroboran esto. Mientras los agricultores estadounidenses observan con desespero sus carbonizados campos de granos, sus colegas canadienses anticipan una cosecha récord de semilla de canola, una fuente clave de aceite vegetal.
Pero más al sur, el destacado productor de azúcar, Brasil, ha sufrido retrasos en la cosecha debido al clima húmedo, dejando bajas las reservas y causando el alza de precios.
Y en India, el segundo productor mundial de arroz y azúcar, existen temores de que las lluvias monzónicas de este año, por debajo del nivel habitual, reduzcan la producción después de dos años de cosechas extraordinarias.
«Es un desafío para los agricultores igualar el desempeño de los últimos dos años», dijo el mes pasado el ministro indio de Agricultura, Sharad Pawar. «Este año, el Monzón está jugando al escondite».
La subida en el precio de los alimentos afecta de forma especial a los países más pobres del mundo porque significa que tendrán que pagar facturas más altas por las importaciones, ya que ellos mismos no producen suficientes alimentos.
¿Qué pasa con los especuladores?
El director general de la FAO, Jose Graziano da Silva, señala el dedo firmemente hacia la especulación en los mercados financieros y asegura que «se necesita saber más» sobre su impacto en la volatilidad de los precios de los alimentos.
«No hablamos sobre especulación respecto a la revelación de precios y el funcionamiento normal de los mercados futuros», dijo.
«Hablamos sobre una especulación excesiva en mercados de derivados, que pueden incrementar las oscilaciones en los precios y la velocidad a la que ocurren.
«Una volatilidad excesiva de los precios de los alimentos, especialmente a la velocidad a la que ha ocurrido desde 2007, tiene un impacto negativo sobre los consumidores y los productores pobres de todo el mundo», precisó Graziano da Silva.
El Movimiento de Desarrollo Mundial (WDM, por sus siglas en inglés) quiere poner freno a las apuestas sobre los precios.
La organización aspira a una mayor regulación de la compra y venta de los llamados contratos futuros, acuerdos para vender una materia a un precio determinado en un momento concreto.
Este sistema se creó para reducir la incertidumbre, dado que ofrece al productor un precio garantizado y el comprador se asegura los bienes que necesita.
Pero el WDM y otros consideran que comerciar con estos contratos como si fueran bonos o acciones está encareciendo los precios, en detrimento de la gente más pobre.
¿Qué pasa con el precio del petróleo?
El precio de un barril de petróleo en el mercado de Londres ha bajado desde abril, momento en que se vendía a cerca de US$125 el barril. Los precios en la actualidad superan por poco la marca de US$110 el barril.
Sin embargo, las tensiones políticas continúan afectando a algunos países productores de petróleo en el Medio Oriente.
Irán todavía amenaza con bloquear el traslado de petróleo por el estrecho de Ormuz, a través del cual pasa hasta un quinto del petróleo mundial, a no ser que se levanten las sanciones contra el país.
Una realidad subyacente a esta incertidumbre es la creciente demanda de petróleo.
En particular, esto se explica, dicen los analistas, por la sed que tiene China de energía para abastecer sus fábricas y dar potencia a sus miles de autos nuevos.
Como sucede con la comida, es difícil escapar al impacto de unos precios del petróleo al alza.
Esto no sólo afecta directamente al costo de la gasolina y la energía, sino que influye en el precio de otros bienes al incrementarse los costos de producción y transporte.
La Organización de Naciones Unidas pidió al gobierno de Estados Unidos que suspenda la producción de etanol como biocombustible.
La agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, aseguró que la continuada sequía y la ola de calor que atraviesa Estados Unidos, la peor en 50 años, está destruyendo gran parte de los cultivos de maíz del país.
Bajo la legislación estadounidense, el 40% de la cosecha se debe utilizar para la producción de biocombustibles. Pero la ONU dice que cumplir con esta cuota puede contribuir a una crisis alimentaria global.
El director general de la FAO, Jose Graziano da Silva, declaró que la suspensión de la cuota permitiría que el cultivo se dedicara a la producción de alimentos.
Pero el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, sostuvo que la norma sobre biocombustibles tiene un impacto positivo en el país.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/08/120809_economia_precios_alimentos_tsb.shtml
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