Archivos Mensuales: octubre 2012

Estudio encargado por la Fiscalía Nacional Económica revela los tentáculos del negocio de las Isapres

Por ElMostrador

La trastienda de las operaciones del millonario sector, que en 2011 obtuvo ganancias por 68 mil millones de pesos, hace rato que dejó de limitarse al rol que por ley le corresponde: financiar las prestaciones y beneficios de sus afiliados. Hoy los principales accionistas arman y desarman asociaciones y propiedades de clínicas, centros de salud y laboratorios. El paquete completo para asegurar a sus afiliados, atenderlos, practicarles exámenes, hospitalizarlos y de paso mantener el statu quo de un mercado que pide a gritos nuevas regulaciones.

Mil quinientos pesos. Esa era la rentabilidad que en marzo de 2011, y tras conocerse las millonarias utilidades del sector por 49 mil millones de pesos el año anterior, el presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, aseguraba obtenía su gremio por afiliado.

Un par de meses después y durante el encuentro Nacional de Salud, Doren presentaba un cuadro comparativo de la rentabilidad del sector con la de otras industrias, destacando que el margen de utilidad de las aseguradoras de salud privadas entre julio de 2010 y junio de 2011, alcanzaba apenas al 4,9 % versus el 23 % de las sanitarias, el 21,4 % de los bancos o el 11,7 % de los seguros de vida. Según esta suerte de ranking, las Isapres se situaban sólo sobre el sector de seguros generales. (Ver recuadro 1)

Este cálculo, realizado en base al “margen neto” —definido como la utilidad neta dividida por las ventas totales— es cuestionado por el estudio “Mercado de la Salud Privada en Chile”, encargado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

Según el estudio, cuya versión final fue publicada este lunes en el portal de la FNE, este cálculo es ineficaz, lo que se grafica en que “llama la atención que, de acuerdo a este indicador, industrias reguladas como las sanitarias, telecomunicaciones, eléctricas y autopistas concesionadas hayan sido más rentables en un período de auge económico que otras cuyas utilidades dependen considerablemente de los vaivenes del mercado. Estos resultados se contraponen al principio que sostiene que mayores riesgos deberían ser compensados con mayores retornos en el largo plazo”.

Por ello, realizan un nuevo cálculo basándose en el ROA, indicador que busca determinar qué tan rentable es una compañía en relación a sus activos, y el ROE , que determina la tasa de retorno de la inversión en una empresa en relación a su patrimonio, concluyendo que “calculada de esta manera la rentabilidad de las Isapres es sustantivamente mayor a las de las compañías de seguros generales, compañías de seguros de vida y sistema bancario, tanto en ROE como ROA, con promedios de 35 % y 12,9 % respectivamente entre 2008 y 2011”. Versus, por ejemplo, 17,5 % de ROE y 1,2 % de ROA del sistema bancario. (Ver recuadro 2)

Pese a que los investigadores precisan se debe ser cuidadosos en la interpretación de estas mediciones, “la magnitud de las rentabilidades de las Isapres presentadas en la tabla anterior y la diferencia con las otras industrias, permiten suponer, al menos en principio, que esta industria presenta rentabilidades sobrenormales”.

Además, constatan que es interesante el que, a pesar de que esta industria tiene características similares con las compañías de seguros, “las rentabilidades de las primeras son mucho mayores, lo que es aun más sorprendente al considerar que las Isapres tienen flujos mucho más estables que las compañías de seguros de vida y generales, dado que reciben mes a mes las cotizaciones obligatorias de un grupo de clientes con alto nivel de fidelidad”.

El estudio también realiza reparos a la falta de transparencia de las aseguradoras de Salud, apuntando a los 12 mil planes que ofrecen, lo que unido a la dispersión de precios se traduce en “mecanismos que introducen opacidad en el mercado, aumentan la cautividad de los consumidores y entregan, por tanto, poder de mercado a las Isapres”. Además, se cuestiona la poca claridad en la información que entregan los aseguradores, en casos como aranceles de prestaciones y montos de bonificación.

Tópicos que se han discutido por años y podrían verse superados, al menos en parte, si el proyecto de reforma a las Isapres logra avanzar en el Congreso, donde está estancado desde marzo de este año.

Pero el problema más preocupante que plantea esta investigación no está siendo abordado en el Congreso ni en el mundo político, y se relaciona con la poderosa integración vertical instalada en la industria, que además de jugar en contra de los consumidores, es una fuerte barrera de entrada para potenciales nuevos actores, que en la práctica deben tener la capacidad de construir clínicas y laboratorios médicos para poder ser competitivos en un mercado que sólo en el primer trimestre de este año ha ganado casi 19 mil pesos por cotizante.

Juntos pero no revueltos

En 2001 La Superintendencia de Salud advertía a través de un estudio la alta concentración en la industria de las Isapres, lo que según el informe de la casa de estudios no ha variado actualmente, ya que “se han producido fusiones y adquisiciones entre los mismos grupos, lo que ha llevado a la reducción del número de Isapres; sin embargo en el mercado de prestadores se ha podido observar un gran aumento de clínicas, lo cual obedece a la participación conjunta de los grupos empresariales”.

Hoy este mercado es controlado, de un total de 13 operadores, en un 96,27% por cinco actores: Banmédica y Vida Tres, que se consideran unidos (25,23%); Consalud (21,73%); Cruz Blanca (19,77%) del grupo Said; Colmena Golden Cross (16,07%) y Mas Vida S.A. (13,41%).

Hace diez años, la Superintendencia ya advertía también sobre una creciente integración vertical en el sistema, lo que según este nuevo estudio tampoco ha variado. Por el contrario, se ha incrementado.

Un fenómeno preocupante, que se ha traducido en la relación a través de redes de Salud con prestadores como centros de diagnóstico, servicios de atención domiciliaria o clínicas de propiedad de un mismo grupo controlador con las cuales celebran convenios de atención para sus afiliados con planes de Salud con atención de salud preferente.

Esto, pese a que legalmente, según el artículo 173 del Decreto con Fuerza de Ley (DFL) número 1 de 2006, el objeto exclusivo de las Isapres es “el financiamiento de las prestaciones y beneficios de la Salud, así como las actividades que sean afines y complementarias a ese fin, las que en ningún caso podrán implicar la ejecución de dichas prestaciones y beneficios ni participar en la administración de prestadores”.

Lo que en la práctica sí ocurre. Aunque en términos estrictos, tal como plantea el estudio, “no es la Isapre la que administra una determinada clínica. Sin embargo, existe una relación de propiedad directa o indirecta entre Isapre y clínicas que llevan a un mismo grupo controlador”.

En el caso de las Isapres Banmédica y Vida Tres, cuya participación en el mercado corresponde a un 20,62% y 4,66%, respectivamente, ambas fueron analizadas en conjunto por la estrecha vinculación de sus accionistas: Banmédica S.A posee el 99,9% de ambas isapres, y Clínica Dávila y Servicios Médicos S.A el 0,0001% restante en ambas instituciones.

La sociedad matriz Banmédica S.A. constituye un eje empresarial al que el estudio denomina “Grupo Banmédica”, y también es propietaria de prestadores de salud: Clínica Santa María, Clínica Dávila, Clínica Vespucio, Clínica Bío-Bío y Clínica Ciudad del Mar. Además cuenta con prestadores ambulatorios: Vidaintegra, así como rescate médico domiciliario a través de Help S.A. No sólo eso: el grupo cuenta incluso con actividades en la hospitalización domiciliaria por medio de Home Medical Clinic.

Entre los accionistas controladores de Banmédica S.A. está Inversiones Santa Valeria Ltda., ligada a la familia Fernández León, y Empresas Penta S.A., vinculada a Carlos Alberto Délano -uno de los mejores amigos de Sebastián Piñera- y Carlos Eugenio Lavín, además de financista de la UDI.

Según la investigación elaborada por la PUCV, “es posible identificar la existencia de integración vertical descendente, ya que la sociedad matriz Banmédica S.A., junto con sus filiales Isapre Banmédica y Vida Tres, aseguran la salud y ofrecen, a su vez, las respectivas prestaciones por medio de filiales prestadoras directas”.

Una situación similar se ve en la Isapre Cruz Blanca, sociedad filial de Cruz Blanca Salud S.A, la sociedad matriz, cuyos principales accionistas son el Fondo de Inversión Privado Costanera (40,64%), perteneciente al Grupo Said, que la controla, y la Sociedad Inversiones Salud Limitada Uno y compañía (14,7%).

La sociedad tiene una vinculación directa con prestadores de salud, ya que posee un 83,2% de la Clínica Antofagasta, 80,4% de la Clínica Reñaca, y un 68,9% de la Clínica San José.

Junto con ello, según informó la propia empresa en 2011, Cruz Blanca planea invertir US$ 100 millones en una clínica en La Florida.

Además, también está vinculada al prestador ambulatorio Integramédica, ya que Integramédica S.A. se organiza jurídicamente a través de una sociedad anónima cerrada de la cual Cruz Blanca Salud tiene el 99,9% de las acciones. A su vez Integramédica S.A. tiene participación a través de otras sociedades a centros médicos, de diagnóstico y exámenes de laboratorio. En septiembre este año Cruz Blanca Salud S.A. adquirió el 100% de la sociedad Servicio Clínicos S.A. que opera la marca Clinical Service de servicios de hospitalización domiciliaria.

En el caso de Consalud, cuyos accionistas son la Sociedad de Inversiones y Servicios la Construcción S.A. con 99,9% y la Cámara Chilena de la Construcción con 0,00001%, en 2008 constituyeron Empresa Red Salud S.A., matriz del grupo, que hoy tiene participación en 17 Clínicas a lo largo de todo el país, entre las que se cuentan Avansalud, Arauco Salud Tabancura y Clínica Magallanes en Punta Arenas.

Empresa Red Salud S.A. también participa en el mercado de la atención médica ambulatoria, a través de Megasalud S.A. y Megasalud Oriente Ltda. y cuenta con una red de 35 centros médicos y dentales en el país.

El 8 de marzo de 2010 Empresa Red Salud S.A., Inmobiliaria Clínicas Regionales S.A y Servicios Médicos Dial S.A., constituyeron la sociedad anónima cerrada “Administradora de Clínicas Regionales Dos S.A.”

Servicios Médicos Dial S.A forma parte del grupo que controla a la Isapre Colmena Golden Cross, existiendo una relación entre los grupos dependientes de ambas Isapres. Según la investigación coordinada por el abogado Javier Tobar, “este acuerdo permite que exista una extensa red prestadores de Salud que se vinculan, originándose una integración de carácter horizontal. Se ha señalado que la figura se utiliza para optimizar la curva de costos decrecientes, o para participar en la competencia internacional”.

Isapre Colmena Golden Cross está ligada a la familia Trucco, su participación en el mercado es de 16,07% y sus utilidades en 2011 ascendieron a 17.798 millones de pesos. Su accionista principal es la Sociedad de Inversiones y Servicios Apoquindo Tres S.A. dueña del 99,9%.

A través de la sociedad de Servicio Médicos Dial S.A. opera como matriz en el área de servicios hospitalarios, ambulatorios y de atención domiciliaria con que cuenta el grupo empresarial. Entre ellos el Centro Médico Dial, Centro de Salud Mental Dial, Centro de Salud Mental Golden Cross y Golden Cross Hospitalización Domiciliaria, en la Región Metropolitana.

Según el informe “llama la atención que el grupo Colmena se ha ido estructurando para ofrecer los servicios de prestación de salud a nivel regional”. Un ejemplo de ello “es el caso de las sociedades Administradora de Clínicas Regionales Uno y Dos S.A.” a través de las que participa en diversas clínicas en el resto país.

En tanto, el grupo Masvida, que participa con un 13,4% del mercado de las aseguradoras de Salud y cuyas utilidades llegaron a 5.765 millones de pesos el año pasado, está integrado por Isapre Masvida S.A., Masvida Inversiones S.A., M.V. Financial Services Group y M.V. Clinical S.A. Esta última, es la sociedad a través de la cual se vincula a la Isapre con las clínicas que forman parte del grupo: Clínica Las Lilas, Clínica Univesitaria de Concepción y Clínica San Pedro de la Paz.

Según el estudio encargado por la FNE, la estructura de propiedad que se observa en este mercado “requiere ser sometida a un minucioso análisis, existiendo importantes riesgos asociados. La influencia de la Isapre en la elección del consumidor puede generar cierta cautividad del mismo, quien verá severamente limitadas sus posibilidades de elección, sin beneficios evidentes. Las advertencias hechas a propósito de los convenios, respecto a la suavización de la competencia por calidad, deben ser aquí subrayadas. Mención adicional merece el riesgo de colusión tácita que este esquema genera, toda vez que el seguro negocia precios y condiciones con prestadores que compiten (potencialmente) con su prestador relacionado”.

Añadiendo que en lo inmediato, la existencia de esta integración vertical “debiese estar correlacionada con la ausencia de copagos en caso que el asegurador quiera derivar pacientes a prestadores de su propiedad”.

Lo que en el escenario actual no tiene ninguna forma de cumplirse.

http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2012/10/31/estudio-encargado-por-la-fiscalia-nacional-economica-revela-los-tentaculos-del-negocio-de-las-isapres/

¿Cuál Paz se premió en Europa?

Lo primero a destacar es que los trabajadores siempre estamos en crisis. Por ello, cuando se mediatiza la ocurrencia de una crisis económica, en realidad estamos hablando de cuando los ricos ven caer sus tasas de ganancia, ante lo cual (y tal como lo explica la etimología de la palabra ‘crisis’) deriva en oportunidades de cambio: ya sean en beneficio de los ricos como es la tendencia observada en países como España y Grecia a través de ajustes que afectan la ya precaria realidad de los asalariados , o en beneficio de la clase trabajadora cuando las condiciones subjetivas (organización y experiencia de lucha) son favorables frente a la siempre preparada clase dominante.

Cuatro años lleva ya la denominada ‘crisis económica’ en Europa. Las razones resultaron de una combinación de factores complejos, pero todos inmanentes al Capitalismo, cuyas crisis se han sucedido constantemente y con más velocidad y crudeza en los últimos 30 años. Entre estos factores destaca la financiarización de la economía, donde ‘el dinero que hace dinero’ se multiplica más rápido que los bienes y servicios en que debiese sustentarse. Ello incentivó sabrosas prácticas de préstamos de alto riesgo, incluyendo la generación de burbujas en el sector inmobiliario de algunos países (como EE.UU., España e Irlanda) que al estallar dejó a los bancos sin tener cómo cobrar a quiénes les habían prestado (considerando la mezcla de más créditos otorgados a los más pobres y propiedades cada vez más caras), con ello no podían pagar sus compromisos encadenados y finalmente, el sueño de la casa propia se tornó en pesadilla para las familias que habían accedido al crédito.

Por otra parte, en el contexto internacional, los alimentos han continuado subiendo su precio (debido en mayor parte a la labor de los especuladores) dato que acompaña otra estadística que devela que una octava parte de la población pasa actualmente hambre; además del incremento en los precios de las materias primas. Esto último se debe principalmente a la demanda de las nuevas potencias emergentes, las cuales vienen a sepultar las viejas glorias de quienes mantenían la hegemonía del comercio exterior: Europa (principalmente a través de la Unión Europea), EE.UU. y Japón, ello en pos del resurgimiento de quien dominara prácticamente toda la historia previa al Capitalismo: China, junto a los otros componentes de los denominados países BRIC (Brasil, Rusia, India y el mencionado China); todo lo cual implica una nueva competencia (muchas veces debido a una mayor eficiencia o explotación de mano de obra barata) para los líderes industriales del momento.

Claro que el origen de la crisis, según los economistas neoliberales, se ha debido al endeudamiento de los estados tratando de mantener el ‘ineficiente’ estado de bienestar, pero ello no parece más que una excusa para la neoliberalización del continente auspiciada por la Troika (la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, FMI) que exige ajustes a cambio de los préstamos. De hecho, se han sucedido huelgas generales en algunos países del sur de Europa (Portugal, Grecia), mientras las medidas propuestas continúan siendo la reducción del estado de bienestar que caracterizó al continente durante el siglo pasado, dejando incluso a la tecnocracia llegar al poder, con mandatarios en Italia y Grecia escogidos a dedo, sin participación popular, demostrando una vez más que el poder financiero mueve mucho más que sólo la economía. Todo lo cual se ha acentuado con el salvavidas que se le ha arrojado a la banca (y a sus administradores que ya se enriquecieron), pero socializando las pérdidas a través del pago que realiza el estado y las medidas consecuentes – generalmente de ‘austeridad’ como le llaman – para con el pueblo.

Para contextualizar más a fondo la situación europea hay que comprender cómo se distribuye la economía y el poder en el continente. Además de la potencia que significa el Reino Unido, el poder descansa fundamentalmente en el eje franco-alemán, constituyendo el corazón de la economía de Europa (al menos de la Unión Europea) y, como buena potencia, en los últimos 40 años ha pretendido el dominio del resto de las economías europeas periféricas. En este binomio es donde se concentra la actividad industrial y posee el mayor peso económico junto a los demás países del área continental de Europa: Bélgica, Holanda y Austria. Mientras, los países del sur (España, Portugal, Italia, Grecia, entre otros) concentran el turismo y la agricultura. Si sumamos a esto la situación de los países del área del Báltico y del Este, obtenemos una disparidad entre la riqueza de los países europeos, en particular entre aquellos reunidos en torno a la Unión Europea, que hoy agrupa a 27 países, de los cuales 17 utilizan una moneda única: el Euro.

Ante tal disparidad, también se han planteado distintas formas de atacar las consecuencias de la crisis (ojo: consecuencias, poco o nada ataca a las causas). Por una parte, luego de las últimas elecciones en Francia, donde salió triunfante el socialista Hollande, el gobierno anunció un aumento de los impuestos a los más ricos, el cual será de un 75% por dos años a las riquezas por encima del millón de euros. La clave de esta matriz ‘progresista’ es que en lugar de basarse en impuestos regresivos como el impuesto al consumo (IVA), que afecta a toda la población sin tomar en cuenta sus ingresos, ésta se basa en un aumento de las contribuciones que deben hacer las grandes corporaciones y las personas con más ingresos. Con ello, las autoridades francesas han asegurado que nueve de cada diez ciudadanos franceses no pagarán más tributos en este intento de equilibrar las cuentas fiscales. El caso contrario es España, donde el gobierno ha anunciado un aumento del IVA y de otros tributos generales, además del congelamiento del salario público y una disminución en el gasto ministerial.

Algunos analistas están preocupados pensando – y con justa razón en términos pecuniarios – que sea cual sea la cara de la austeridad, ninguna reducirá la relación: tamaño de la economía versus deuda. Y es que la austeridad encierra una paradoja: buena parte de los ahorros y de los aumentos impositivos sirven para pagar los intereses de lo adeudado. Pero más allá, el problema de fondo es que ambas posturas (incluyendo la de los analistas) mantienen la convicción de que el crecimiento económico es el fin, mientras la solución sensata tendría rostro social, una mediante la cual todas las vidas humanas deberían ganar. Lo anterior revitaliza un tema fundamental de la economía política: la urgencia de reemplazar la maximización del crecimiento económico y de las rentas personales como finalidad de la economía, para restablecer el imperativo de una economía que busque la satisfacción de las necesidades, colectivas e individuales, presentes y futuras.

Pero la imposición del Neoliberalismo en Europa y la socialización de las pérdidas (mientras las ganancias fueron acaparadas en pocas manos) no es la única provocación. El viernes 12 de octubre (a 520 años del comienzo de la masacre y saqueo de América por parte de los europeos) la Unión Europea recibió el Premio Nobel de la Paz. De esta forma, nuevamente este ‘Premio de la Paz’ se convierte en una provocación: primero fue otorgado a Obama (2009), en plena crisis y aún administrando el modelo imperialista de guerra externa en favor de su economía, y tres años después fue entregado a la Coalición Comercial de Europa que, como parte de ‘la Troika’ y también en plena crisis, está implementando un modelo de guerra interna a través de los ajustes de austeridad que sufren los trabajadores del viejo continente.

Pero, si se desechan las alternativas de austeridad tanto francesas como españolas, qué queda? Quizás los europeos deberían mirar más hacia sus antiguas y despojadas colonias. Después de todo, y aunque no correspondan a procesos íntegros en términos de libertad y justicia, América Latina está poniendo en práctica nuevas estructuras político-institucionales que pretenden enfrentar y revertir la avanzada Neoliberal. Parte de ello ha sido el refortalecimiento del estado, lo que permite al menos un piso de mayor control, respecto de lo que sería la economía en manos privadas y multinacionales. Precisamente Argentina vivió una apretada situación al comienzo de la década anterior que resultó en un “que se vayan todos” que, si bien terminó por ceder ante el imperio K, aún mantiene las experiencias autogestionarias que son embriones de una revolución en construcción: empresas recuperadas por sus trabajadores en los más diversos rubros y muchas de las cuales aún funcionan a pesar del ahogo del mercado sobre estas empresas socialmente responsables. Ahora, si los casos latinoamericanos parecen lejanos, quizás los mejores ejemplos para Europa sean aquellos que responden a su propio contexto continental.

En medios de contra-información se ha estado hablando de una revolución silenciada en curso, que se ha venido desarrollando a raíz de la crisis económica, y que se ubica en una isla al norte del viejo continente: Islandia. Lo que sucedió en Islandia se puede resumir en: desplome de la moneda, la suspensión de la actividad bursátil y la quiebra de sus tres principales bancos en el año 2008. Lo anterior llevó al país a declararse prácticamente en bancarrota, considerando que se trata de uno de los países con más altos niveles de desarrollo humano del mundo. Hasta allí la historia parece repetida, excepto que la respuesta de la población logró la dimisión del gobierno, detenciones y encarcelamientos para las elites financieras y políticas responsables de la crisis, la negativa a asumir la enorme deuda contraída por esas mismas élites y la investigación profunda sobre las causas y responsables de la crisis.

De esta forma, la población en Islandia ha llevado a cabo los primeros pasos hacia una democracia más auténtica. Además de nacionalizar la banca, definieron el referéndum como mecanismo para decisiones económicas cruciales y redactaron una nueva constitución política del estado bajo control ciudadano. La población es la protagonista en Islandia, como sujeto político que toma decisiones versus la elite económica y política que abocó al país a la bancarrota. De esta forma, con dignidad, es que Islandia está saliendo de la crisis. Aún así, en el resto de Europa la economía y la política cada vez están más al servicio de los mercados.

La Eurozona acaba de alcanzar el máximo histórico de desempleo: 11,6%, lo cual equivale a 18,5 millones de personas sin trabajo en los 17 países que poseen la moneda única dentro de la Unión Europea. Por ello, frente a la deliberada guerra de clases que está ganando la burguesía, el Premio Nobel de la Paz aparece como un reconocimiento a aquello que reza «el poder titula paz cuando van ganando la guerra«. Mientras, hasta el momento sólo la lucha mancomunada ha dado frutos para los trabajadores. Por ello, quizás el norte de Europa, podría estar en el Norte de Europa. Mientras, paralelamente a las cifras de desocupación, en España (cuyo desempleo es el más alto con un 25,8%) se está preparando una Huelga General para el 14 de noviembre.

41° Capítulo de ECONONUESTRAS 29-oct-2012

Temas: las elecciones municipales, Chile en el ranking de igualdad de género, burbuja inmobiliaria, una octava parte de la humanidad sufre de hambre y más

El lado oscuro del milagro chino

por BBC Mundo

El milagro chino de las últimas tres décadas tiene datos contundentes. Con un crecimiento económico del 10% anual, el gigante asiático se ha convertido en el primer exportador e importador del planeta, en la nación con mayor reservas a nivel mundial y está a punto de sobrepasar a Estados Unidos como el mayor mercado interno global.

Pero el milagro tiene un lado sombrío. La columna vertebral de este salto económico son más de 200 millones de migrantes que abandonaron el campo para buscar trabajo en la ciudad.

Estos migrantes constituyen la tercera parte de la población económicamente activa (en edad laboral: de 15 a 64 años) y no tienen acceso a la salud o la educación. Para ellos, el milagro chino es una utopía.

BBC Mundo dialogó con Hsiao Hung-pai, autora de «Scattered Sands» y «Chinese Whispers», dos estudios clave sobre el fenómeno de la migración china.

En «Scattered Sands» usted describe una situación de marginación y máxima vulnerabilidad de los migrantes, sea en el sector minero donde hay más de 3.000 muertos anuales por accidentes, como en las fábricas o la construcción. ¿Se puede decir que los migrantes chinos son el nuevo proletariado?

Los trabajadores migrantes ganan la mitad del salario típico urbano y no tienen ninguna protección laboral o legal.

No tienen contrato, las condiciones de seguridad son precarias o inexistentes, el salario es magro y, dada la ausencia de derechos laborales, muchas veces simplemente no les pagan. A esto se suma el tema del registro domiciliario, el Hukou, que da acceso a la salud y la educación públicas.

Un campesino no puede transferir su Hukou a la ciudad. A lo sumo, consigue un permiso transitorio de residencia. Si tiene una enfermedad, debe pagar como un paciente privado o volver a su lugar de origen para ser atendido. Una operación de urgencia puede ser una tragedia no solo a nivel físico, sino financiero.

En resumen, estos más de 200 millones de migrantes internos son fantasmas que circulan por las ciudades chinas sin derechos de ningún tipo. Todo esto es negado por la sociedad y el gobierno. A los ojos de los ganadores del modelo chino –las clases medias y los ricos– los migrantes son campesinos que viven en esas condiciones por su ignorancia y falta de cultura.

Una situación pavorosa, pero si migran debe ser porque están mejor en la ciudad que en el campo.

Es una elección sin libertad. Es por desesperación, porque no hay otras opciones. Un causa típica de migración es el tema de la salud. La salud está en manos del estado, pero desde que Deng Xiao Ping lanzó su Gaige Kaifan –la apertura procapitalista de la economía- se maneja con criterios privados de beneficio económico, con lo cual la atención médica es cara y no accesible para muchos.

Uno de los tantos casos que investigué en mi libro fue el de un joven campesino llamado Peng que tuvo que migrar para pagar el tratamiento médico de su tío. Peng terminó trabajando en la capital, Pekín, en la construcción y la industria de seguridad, dos actividades con mucho trabajo en negro. Muchas veces, simplemente no le pagaban por su trabajo, pero no se planteaba volver porque su familia dependía de eso poco que ganaba.

Otra razón típica de migración es la confiscación de la tierra. La tierra pertenece al estado que la cede por períodos normalmente de 30 años a los campesinos. Pero debido al desarrollo y la enorme especulación inmobiliaria, las autoridades municipales suelen confiscar la tierra y muchas veces no pagan la compensación correspondiente de acuerdo a la ley. Sin esa tierra que apenas les daba para sobrevivir, los campesinos deciden migrar a la ciudad.

¿Cuál es la lógica político-social del Hukou?

El gobierno introdujo el Hukou en 1958 para controlar la migración de campo a ciudad y promover una industrialización acelerada, financiada con los impuestos y el sacrificio de los campesinos.

En la práctica el sistema funciona hoy igual que el servicio inmigratorio en un país extranjero. Cada autoridad local tiene su propio sistema.

En Shanghái y Guanzhou, dos centros clave del crecimiento económico chino, hay un sistema de puntaje similar al que tiene Reino Unido para aceptar inmigrantes. Se tiene en cuenta la edad, la educación, el empleo, la capacitación y el tipo de experiencia laboral del que solicita el Hukou. Solo los que tienen puntaje más alto pueden acceder al Hukou y beneficiarse de la política pública de vivienda, salud, educación.

El resto obtiene en el mejor de los casos un permiso de residencia temporario o son directamente ilegales. En ambos casos están condenados a un existencia semimarginal.

Sin embargo, ha habido experimentos para cambiar el Hukou, así como para universalizar las pensiones y el acceso a la salud y educación.

El gobierno de Sichuan inició una reforma del Hukou que debe completarse este año por el que un campesino puede transferir su hukou del campo a la ciudad. Pero hay una condición. El campesino debe abandonar el derecho que tiene sobre la tierra que está cultivando.

Esto ha hecho fracasar la reforma porque los campesinos lo consideran una confiscación indirecta de la tierra. Como no confían en las autoridades, creen que van a perder lo poco que tienen y que además no van a recibir la compensación que les corresponde.

Al mismo tiempo, la política oficial desde 2010 es que China tiene que pasar de una economía exportadora a una más basada en el consumo. Para esto necesita consumidores que, si no tienen acceso a la salud y la educación, van a tener que ahorrar en vez de consumir. Por simple peso numérico –más de 200 millones de personas– los migrantes deberían ser fundamentales para ese cambio.

Estos cambios no van a ocurrir simplemente por un imperativo económico. En China no existe el concepto de que estos campesinos son ciudadanos. Solo el que vive en la ciudad lo es.

Un habitante de Pekín puede cambiar su Hukou a Shanghái o al campo sin problemas. Un campesino no.

En salud, la situación es particularmente dramática porque cuando en 1982 se abolieron las comunas, que suministraban salud gratis a todo el mundo, los campesinos quedaron sin cobertura médica.

En 2006, 26 años más tarde, según cifras oficiales, menos del 10% de la población rural tenía seguro médico. Los planes previos para resolver esta situación, anunciados con gran pompa, fracasaron. Sobre la última reforma, lanzada en 2010, solo se puede decir por el momento que es un plan: habrá que ver qué traducción tiene en la realidad.

En China no hay sindicatos independientes. A pesar de ello, el grado de conflictividad sindical es muy alto. ¿Han surgido organizaciones independientes para representar a los migrantes?

Con la crisis económica de 2008 ha habido una creciente actitud militante de los trabajadores.

En el sur millones perdieron sus trabajos, muchas veces sin que les pagaran lo adeudado. Según las autoridades, ha habido un promedio de 80.000 incidentes masivos anuales desde 2008. Estos hechos masivos incluyen disturbios, protestas, huelgas y ocupaciones.

Como el sindicato oficial ACFTU no solo no representa a los trabajadores sino que se opone a toda protesta –son más capataces que otra cosa–, los trabajadores se organizaron informalmente de diversas maneras y obtuvieron varias victorias.

Pero en China no es posible tener organizaciones independientes. Un 80% de las ONG son ilegales. A veces la única manera de tener una organización es montar una compañía limitada con todas las restricciones que esto implica.

¿Qué perspectivas hay con el cambio de guardia de la cúpula comunista este noviembre?

No hay cambio a la vista. Los cambios no pueden suceder de arriba a abajo cuando la población misma no está implicada de ninguna manera.

¿No es una ironía que después de más de 60 años de una revolución encabezada por el campesinado, los campesinos sean los grandes excluidos?

Los campesinos fueron siempre relegados en aras de la industrialización de China.

Durante Mao la colectivización del campo sirvió para mantener el crecimiento industrial y la población urbana. Con Deng Xia Ping pasó lo mismo con el Gaige Kaifang que privatizó la explotación de la tierra y eliminó la red de atención sanitaria y beneficios sociales de la era maoísta.

El mundo habla de un milagro chino. Pero si uno va a los mercados laborales informales que existen en las grandes ciudades, la historia que se escucha es totalmente distinta. Los migrantes hablan de la explotación, la corrupción, la discriminación y la marginalización en la que viven. Es un mundo totalmente diferente que afecta a más de 200 millones de personas.

¿Cómo puede considerarse milagroso un modelo que explota a la tercera parte de su población económicamente activa?

 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/10/121010_china_emigrantes_campesinos_explotacion_marcelo_jmp.shtml

Hoy hay más esclavos que nunca antes en la historia de la humanidad

por BBC Mundo

En la actualidad hay más personas sometidas a regímenes de esclavitud que nunca antes en la historia de la humanidad, pero expertos creen que el trabajo esclavo puede ser erradicado en los próximos 30 años.

El número de personas que viven en estado de esclavitud -27 millones de personas- es más del doble que el número total que se estima salió de África durante el auge del comercio de esclavos, sostiene el investigador Kevin Bales de la organización no gubernamental (ONG) Free the Slaves.

Los registros de los barcos permiten saber que alrededor de 12,5 millones de esclavos fueron transportados hacia América y el Caribe desde África desde el siglo XVI hasta que se prohibió el tráfico de personas en el año 1808.

Bales afirma que entre las causas de la alarmante cifra actual se encuentran el veloz aumento de la población, la pobreza y la corrupción.

Mucha gente cree que la esclavitud pertenece al pasado, pero aún existe y se manifiesta de diversas maneras: tráfico sexual o de mano de obra, o el trabajo forzado vinculado a deudas por pequeños préstamos.

El periodista de investigación Ben Skinner ha viajado por todo el mundo documentando estos casos. En el norte de India, entrevistó a mineros que están obligados a trabajar en una cantera para pagar deudas abusivas.

«No se escapan porque temen la extraordinaria violencia del contratista de la cantera que los somete por pequeñas deudas», cuenta Skinner en declaraciones a la BBC.

«En este mundo, el contratista es como un dios», dice el periodista, que cree que la esclavitud aún persiste en nuestros días por culpa de estos círculos de dependencia.

Pero mientras los países en vías de desarrollo tienen el mayor número de trabajadores esclavos, los países desarrollados con sólidas leyes de derechos humanos también fallan a la hora de atacar este problema, asegura el especialista Bales.

Razones para el optimismo

EL presidente de Estados Unidos Barack Obama describió recientemente la esclavitud moderna.

«Es la que sufre el inmigrante que no puede pagar la deuda con el traficante, que llega aquí con la promesa de un trabajo y le secuestran sus documentos. Es la que sufre la joven golpeada que obligan a trabajar en las calles», dijo.

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos gasta miles de millones para investigar y evitar los homicidios, pero sólo dedica una pequeña fracción a combatir el trabajo esclavo, dice Bales, a pesar de que «hay muchos más esclavos que homicidios en EE.UU.»

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 20,9 millones de personas son víctimas de trabajo forzado, pero esta cifra no incluye la esclavitud.

Sin embargo, según esta institución, la esclavitud -ilegal en todo el mundo- puede erradicarse por completo.

Beate Andreas, responsable de un programa especial de la OIT, señala que existe un movimiento creciente contra el trabajo esclavo.

«Aún no hemos alcanzando el punto de inflexión, pero es mucho más difícil hoy en día que empresas y países puedan tolerar o promover impunemente el trabajo forzado», sostiene Andreas.

«Hay razones para el optimismo. Hemos visto un gran cambio en los últimos años en términos de legislación y mejor regulación.»

«Hay una señal clara de que cada vez más compañías están tomando conciencia y de que cada vez más gobiernos están dispuestos a emprender acciones para combatir el trabajo esclavo. Si conseguimos que un grupo grande y crucial de líderes mundiales se comprometa a hacer algo, podemos erradicarlo».

Por su parte, Kevin Bales destaca que hubo un tiempo en que las autoridades policiales sabían qué hacer ante un camión llego de drogas, pero carecían de procedimientos claros para actuar ante un camión lleno de personas.

Pero, según este investigador, esto también está cambiando.

El protocolo antitráfico de Naciones Unidas menciona acción legal, protección y prevención.

Cómo prevenir

El grupo de presión Stop de Traffik se centra en la prevención. En Kirguistán, por ejemplo, trabaja con niños de la calle para enseñarles a evitar el reclutamiento en redes que los obliguen a pedir limosna o a robar.

El comercio también puede intervenir al promover el boicot a productos fruto del trabajo frozado o esclavo.

Algunas grandes empresas de ropa dejaron de comprar algodón recolectado de forma frozosa en Uzbekistán, y el año pasado el Parlamento Europeo rechazó un acuerdo comercial con este país por el uso de trabajo infantil.

En Brasil, un plan nacional antiesclavitud introdujo en 2003 cambios en las leyes de regulación laboral que permitieron la liberación de miles de trabajadores sometidos.

A partir de entonces los empleadores entran en una «lista negra» oficial -que ya incluye a 300 compañías e individuos- si se descubre que utilizan trabajo esclavo.

Estos son algunos de los factores que alimentan el optimismo de los activistas.

«Se estima que el trabajo esclavo aporta U$40 mil millones en la economía global. Aunque eso es mucho dinero, representa la parte más pequeña que jamás produjo. 27 millones es mucha gente, pero en proporción a la población mundial, y teniendo en cuenta la historia, es también la fracción más pequeña.»

«La esclavitud está al borde de su extinción, si le damos el empujón necesario. Pero necesitamos que los gobiernos trabajen juntos y refuercen sus leyes, y eso puede hacerse en 20 ó 30 años», concluye Kevin Bales.

La esclavitud en la historia (Profesor Peter Kolchin, historiador)

No todos los esclavos fueron africanos. La esclavitud existió entre algunos grupos nativos en América y en algunos países de Asia, e incluso los europeos fueron esclavizados en algún momento por el Imperio Otomano.

La servidumbre en Rusia puede ser considerada como una variante de la esclavitud. En 1861, cuando se ordenó su emancipación, había más de 22 millones de sirvientes.

También fue común en el mundo antiguo -griegos, romanos y egipcios tuvieron esclavos.

¿Cuánto vale la vida de un hombre?

•En la actualidad un esclavo cuesta alrededor de U$90, de acuerdo con la ONG Free the Slaves

•Según esta ONG, hacen falta invertir unos U$11.000 millones en un período de 25-30 años para erradicar todo el trabajo esclavo y para mantener seguras a las víctimas

•En 1850 un esclavo costaba el equivalente a U$40.000 del dinero actual

•En el siglo XVIII en África Occidental se cambiaban unos brazaletes metálicos llamanos manilas por esclavos. Hoy cuestan alrededor de U$8 cada uno

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/10/121025_esclavitud_situacion_mundial_np.shtml

FORO ‘A 40 años de los CORDONES INDUSTRIALES, la Autogestión de los Trabajadores’

Foro realizado en la CGT, organizado por la radio www.lavozdelostrabajadores.cl y Econonuestras en la conmemoración del 1° año de la radio.

Expositores:

Nicolás Quiroz (profesor de historia),

Charly (dirigente del cordón panamericana norte)

Manuel Ahumada (pdte. de la CGT)

¿BOOM o el ruido por adelantado de la burbuja inmobiliaria que está por reventar?

No hay burbuja dice la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

Aunque en el trimestre junio-septiembre de 2012 la ventas —que considera las promesas de compraventa firmadas por clientes ante las inmobiliaria— se dispararon un 34 % y que los departamentos pasaron por encima de las 7 mil unidades, hito histórico, la cámara insiste que no es señal de burbuja.

Tampoco habría burbuja, pese a que los precios de los departamentos acumulan un 11,4 % de alza en los últimos doce meses y las casas en 4,7 %, como revela el Índice Real de Precios de Vivienda. Ni porque los precios de las viviendas han subido un 30 % en los últimos 5 años.

De hecho, en valor (UF), las ventas de trimestre crecieron 38 % en doce meses.

El gerente de estudios del gremio de los constructores, Javier Hurtado, aseguró que el bajo nivel del desempleo, el alza en las remuneraciones y las bajas tasas de interés que cobran los bancos por los créditos hipotecarios, son los principales factores que visualizan un mercado sano, sin burbuja.

El gremio apuntó a la actitud moderada con que los bancos están entregando créditos en un período en que la crisis internacional pudiera afectar la economía local. La rigurosidad de las entidades financieras para evaluar la entrega de estos préstamos, argumentó Hurtado, es un seguro para decir que no hay burbuja.

Las constructoras vuelven a querer a los bancos. Hace cuatro años, en medio de la crisis subprime, los bancos apretaron de verdad el cinturón y frenaron la entrega de créditos. El actual presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Lorenzo Constans y entonces —en paralelo— líder de los constructores, criticó la misma actitud que hoy parecen repetir los bancos.

“Nosotros como gremio creemos que no se justifica que un compromiso que se ha tomado con algún cliente por un valor y una cifra, se cambien”, declaró en ese momento Constans, al presentar al Gobierno medidas destinadas a incentivar la entrega de estos créditos.

Hoy, la industria inmobiliaria, con crisis externa y todo, alcanzó su mayor nivel de ventas en unidades, al menos desde 2007, alcanzando las 10.790 unidades entre junio y septiembre. La colocación de departamentos llegó a 7.131, primera vez que supera los 7 mil, y la de casas se empinó a 3.659 unidades, duplicando los niveles que marcaba en 2010.

Al mismo tiempo, las inmobiliarias no han podido ir a la par de la demanda. A septiembre, el stock de viviendas llegaba a 38.367 unidades, la cifra más baja del último año y medio (en mayo de 2011 había 37.910).

Tanto departamentos como casas muestran cifras de stock similares a lo que había un año antes de que estallara la crisis subprime, aunque muy inferiores al peak con el que ambos productos llegaron en este momento.

Con todo, la variable clara detrás del alza de las ventas y la caída del stock está en la demanda de las personas por adquirir viviendas. Tal es el interés que los conjuntos habitacionales, la oferta, se está agotando rápidamente y las inmobiliarias no alcanzan a satisfacer tal necesidad.

En septiembre la velocidad de ventas, es decir, el número de meses que tardaría la oferta en ser vendida al nivel actual de comercialización, llegó a 11 meses, una cifra que está en línea con lo que marca este año y que se ubica en los niveles más bajos de los últimos seis años.

De hecho, hace dos años, la velocidad de ventas llegaba a más del doble (26 meses), en plena crisis subprime (fines de 2008 y durante 2009) superó los 30 meses. Ni siquiera en el período previo a dicha crisis, cuando las ventas marcaban peak históricos, los meses de ventas no bajaban de 15 o 17 meses.

En este indicador, el mercado de casas marca la pauta, con niveles de velocidad casi insuperables. Tal es la intensidad con que los compradores acuden a las salas de venta de casas, que hoy, según la Cámara de la Construcción, apenas se requiere 5,6 meses para vender el stock que queda en el Gran Santiago (7.191).

Aunque no es el mejor momento en término de velocidad de venta este año, la cifra es reveladora al compararla con los meses que se necesitaba para vender la oferta de casas en plena crisis subprime: 25,4 meses; es decir, casi cinco veces más lento que hoy.

Por el contrario, en departamentos, llegó a 15,1 meses, cifra que si bien es 10 meses más baja que hace un año, es la más alta de los últimos cinco meses.

Es tal la premura de las personas que quieren compra una vivienda que la venta en verde (no terminada) no para de crecer.

En el tercer trimestre de este año, la venta de viviendas terminadas alcanzó su menor participación de los últimos cuatro años (25 %), menos de la mitad que hace un año (59 %) y solamente un tercio de lo que representaba hace dos (75 %).

Por contrapartida, la venta en verde y la recién inaugurada denominación de venta en blanco (sólo en planos), está creciendo desaforadamente.

A septiembre, un 40 % de las ventas de departamentos se hacía en proyectos que recién estaban en la fase de obra gruesa, cifra que un año atrás era casi la mitad (22 %). En tanto, la venta de obras sin ningun avance o que apenas estaba en excavaciones llegó a 11 %, mientras hace un año era la mitad y hace dos no existía.

Es decir, los clientes compran sin conocer el producto que van a adquirir, probablemente para toda su vida. Pero no hay burbuja.

En el mercado de las casas, la situación es más dramática. Únicamente el 9 % de las ventas son de productos terminados. Un 60 % ni siquiera ha visto terminada la obra gruesa.

http://www.elmostrador.cl/noticias/negocios/2012/10/25/no-hay-quien-pare-el-boom-inmobiliario-en-santiago-ventas-se-disparan-34-en-el-tercer-trimestre/

Elecciones Municipales: ¿prestar o no prestar el voto?

El domingo 28 de octubre se llevarán a cabo las elecciones municipales, las que corresponderán a un hito en la democracia representativa chilena, debido al estreno del sistema de votación voluntaria (e inscripción automática) pero además, por deberse a la primera elección luego que, desde el año 2011, la república ha estado remecida por grandes movilizaciones y una incipiente reconfiguración del tejido social a través de una mayor participación en organizaciones de base de distintos frentes: de estudiantes, de pobladores, medioambientales, diversidad sexual, entre otros.

Particularmente, en la reactivación social han destacado las revueltas estudiantiles. Producto de estas últimas, el llamado de una parte de los secundarios (organizados en la ACES) ha sido boicotear las votaciones levantando la campaña YO NO PRESTO EL VOTO. Tanto para el gobierno como para ciertos «líderes estudiantiles», una alerta se ha activado en defensa del proceso, algunos pensando en la posibilidad de cambio que ofrece el sufragio, otros pensando en la posibilidad de mantenerlo todo igual. En los últimos días se ha personificado en Eloísa González lo que ellos denominan la ‘irresponsabilidad’ de llamar a no asistir a las urnas, siendo que ella representa la posición de una asamblea; asamblea por lo demás compuesta en su mayoría por menores de edad, sin derecho a voto, pero que en los hechos parecieran tener la posición más acertada.

Los municipios constituyen la presencia del estado a nivel local. En Chile están encargados, entre otras funciones, de la salud y la educación. Justamente uno de los puntos que las manifestaciones estudiantiles (tanto las actuales como las del 2006) han venido levantando es el de la desmunicipalización de la educación pública. Misma consigna utilizan los trabajadores de la educación. Lo anterior, debido a la ineficiente asignación de recursos para la educación de los más pobres, fomentando la privatización, resultando en 30 años de profundización de la segregación social que se origina en el trabajo.

La desconfianza parece estar sostenida en la evidencia. En mayo de este año, la Contraloría detectó que casi una sexta parte de los fondos para la Ley SEP (que están destinados a la educación de los más pobres) se están mal usando por desorden, corrupción o endeudamiento municipal. Lo anterior equivaldría a $ 25.000 millones, y eso que sólo se investigó el 30% del universo de las municipalidades en Chile. Como se observa en el ranking publicado por CIPER Chile de los veinte municipios con «mayor saldo faltante», los ediles responsables van desde ‘independientes’ hasta militantes UDI, RN, DC, PPD y PS. Es decir, los irresponsables son otros y se ubican en un amplio espectro de la política partidista chilena.

Ante esto, la propuesta de ACES es clara: «se propone un sistema escolar gestionado descentralizadamente por organismos educativos estatales con participación de la comunidad como reemplazo al actual sistema de educación municipalizada». Es decir, proponen pasar a un «sistema educativo descentralizado, participativo y con control comunitario».

Pero la inoperancia de las municipalidades no sólo se observa en el tema educativo. Su incapacidad para representar los intereses de sus vecinos queda en evidencia con las ‘otras movilizaciones’ que han desplazado el eje social, político y económico de la sociedad chilena en los últimos año. En enero del 2011, Magallanes se levantó para frenar el alza del valor del gas lo que derivó en la llamada Asamblea Ciudadana de Magallanes que terminó por reemplazar a las autoridades locales como interlocutores válidos para negociar con el gobierno. Similar situación se dio en Aysén, donde el conjunto de demandas llevó a una comuna organizada (en torno al lema «tu problema es mi problema») a demostrar que con lucha y organización, la efectividad de las autoridades locales y partidistas se hace agua frente a las reales necesidades populares, y en cambio son parte de una clase política y que representan más bien programas decididos entre cuatro paredes.

De esta forma, cuando un grupo llama a no sumarse a un proceso electoral, se espera que represente una propuesta organizativa alternativa a la ‘forma estado’. Justamente, son las demostraciones de organización de los estudiantes y las organizaciones ciudadanas, las que señalan un camino, el de reemplazar el voto por la organización: el camino de la acción directa.

Más aún, cuando se tiene conciencia que este tipo de elecciones tan sólo representan una parte del poder político y, con ello, un fragmento más pequeño del poder en su conjunto (donde figura, entre otros, el poder económico) ‘no prestar el voto’ parece sensato. En especial si consideramos que el poder económico está cada vez más concentrado, lo cual es una característica clave de la presente fase del capitalismo que aunque evidencie sus fisuras no se transformará sufragando ni tampoco únicamente con participación política, sino también con participación económica y, con ello, en vez de planificar la ‘conquista del poder’ estaríamos construyendo algo que podríamos llamar ‘Autogestión Social’.

De Islandia para el mundo: lecciones de economía y dignidad

Islandia ha generado una ejemplar historia de soberanía, digna de ser tomada como viva inspiración para el resto de las naciones.

Indudablemente Islandia es un lugar especial. Me atrevo a comenzar este artículo con dicha afirmación pues no solo considero a este país como uno de los sitios naturalmente más hermosos del planeta (recordemos que aquí las fuerzas naturales han establecido un pacto de intimidad con la fantasía), sino por que en los últimos cinco años, esta pequeña isla se ha encargado de brindarnos una épica lección en cuestión de finanzas y dignidad.

Tras consolidarse como uno de los países con mayor bonanza económica en 2003 la banca local fue privatizada. Se emprendió una cruzada por digitalizar la mayor cantidad de operaciones con el fin de que, aprovechando los bajos costos operativos de la banca en-línea, se pudiesen ofrecer intereses suficientemente jugosos para atraer la inversión extranjera. Sin embargo, con la llegada de inversionistas foráneos, particularmente británicos y holandeses, la deuda de los bancos comenzó a crecer vertiginosamente. Y a finales de ese mismo año esta equivalía ya a 200% del producto interno bruto del país, mientras que para finales del 2007 había crecido hasta representar un 900% del PIB.

Llegó el 2008 y junto con él la hiper-mediatizada ‘crisis global’. Fue entonces cuando reventaron los tres grandes bancos de Islandia (Landbanki, Kapthing y Glitnir), y tuvieron que ser nuevamente nacionalizados. El valor de la divisa local, la corona islandesa, se desplomó un 85% con respecto al Euro, y a fines de ese año la isla tuvo que declararse en bancarrota. Ante esto la presión de la ‘comunidad internacional’, encabezada por el FMI y la Unión Europea, no se hicieron esperar. Para rescatar la economía, o mejor dicho para sanar la deuda contraída por la banca privada, Islandia solicitó un préstamo por 3,500 millones de dólares, los cuales tendrían que ser cubiertos por la ciudadanía –cada uno de los 320,000 habitantes de este país pagaría alrededor de cien euros al mes durante 15 años, considerando una taza de interés de 5.5%–. Fue entonces cuando una épica historia de soberanía comenzó a materializarse.

Las protestas civiles provocaron la caída del gobierno en turno y se convocó a elecciones extraordinarias. Una coalición de izquierda asumió las riendas pero al poco tiempo de triunfar parecía dispuesta a someterse ante la presión internacional. Las manifestaciones de indignación se recrudecieron al punto de que, finalmente, el nuevo gobierno se abstuvo de ratificar el modelo fiscal que obligaría a los ciudadanos a absorber la deuda de los banqueros y se convocó a un referendum.

Ante las inéditas circunstancias que otorgaban a la población el poder real de decidir sobre su futuro (por cierto, la ilusión que sistemáticamente ofrece la democracia alrededor del mundo pero que en un plano fáctico está lejos de garantizar), la comunidad internacional arreció la presión, y tanto Inglaterra como Holanda, países donde operaban los bancos que poseían la deuda, amenazaron con aislar económicamente a la pequeña isla. Incluso, según cita Deena Stryker en su artículo Why Iceland Should be in the News But It’s Not, el presidente islandés Olafur Ragnar Grimsson, acusó: “Nos advirtieron que de rehusar las condiciones de la comunidad internacional, nos convertiríamos en la ‘Cuba del norte’. Pero si hubiésemos aceptado, entonces nos habríamos convertido en el Haití del norte”.

Con un rotundo 93% de los votos en contra la población islandesa rechazó absorber la deuda de los bancos. Luego de la votación el FMI, fiel a su tradicional bullying, congeló el préstamo anteriormente pactado. Respaldado por la población, el gobierno inició las investigaciones pertinentes para dar con los verdaderos responsables de la situación, es decir, aquellos altos ejecutivos de los bancos involucrados cuya voracidad, característica esencial de ese gremio, se había traducido en una histórica crisis para el país. “Islandia hizo lo correcto asegurando que su sistema de pagos continuaría funcionando, mientras que los acreedores, no el contribuyente, asumieron las pérdidas de los bancos”, explicó en su momento a Bloomberg el premio Nobel de Economía y profesor de Columbia, Joseph Stiglitz.

Aprovechando las circunstancias del momento, los islandeses decidieron montarse sobre la ola de empoderamiento que habían generado, y procedieron a exigir un rediseño de la constitución –la anterior, redactada en 1918 tras lograr independizarse de Dinamarca, era una copia prácticamente idéntica de la Carta Magna danesa–. Pero el reescribir la constitución no respondía a una simple euforia anárquica, en realidad era un paso más para consolidar la iniciativa inaugurada con el reciente referendum: se trataba de mermar el decisivo poder financiero que la comunidad internacional ejercía sobre el país (fenómeno presente en prácticamente todas las naciones).

La nueva constitución pasó por un inaudito y estimulante proceso de creación. Se designó a 25 destacados ciudadanos para que acuñarán la estructura básica, mientras que los detalles fueron definidos, literalmente, por la propia población. Recordemos que está fue la primer constitución ‘open source’, ya que fue redactada en Internet, mediante un archivo abierto y disponible para que cualquier ciudadano islandés pudiese incidir, a través de sugerencias y comentarios, en su elaboración. En resumen, los islandeses participaron activamente, y presenciaron en tiempo real, en el nacimiento de su nueva constitución.

Aunque esta crónica pareciera más un fragmento extraído de un cuento que describe el utópico renacimiento de una nación, lo cierto es que el caso islandés es un ejemplo palpable de cómo una nación fue capaz, a pesar de la poderosa ‘comunidad internacional’ –esa entidad tan abstracta como influyente, que súbitamente emerge para definir el rumbo de las naciones en momentos decisivos, sometiendo su supuesta soberanía a costa de agendas financieras de corte global–, de redefinirse de acuerdo a un simple criterio: el beneficio real de la población en cuestión.

Curiosamente, a pesar de haber sido afrontada de acuerdo a las medidas que tradicionalmente sugieren, o mejor dicho imponen, organismos como el FMI y el Banco Mundial, la crisis financiera de 2008 no solo se mantiene vigente sino que amenaza con recrudecer, especialmente si consideramos el caso de Europa, región que ya presenció la bancarrota de un país, Grecia, y que observa como un puñado de economías, entre ellas España e Italia, se aproximan al despeñadero. Y precisamente por está razón es que hoy más que nunca el caso de Islandia merece ser analizado, difundido y, sobretodo, considerado como un modelo replicable.

El caso de Islandia no es solo un ejemplo de cómo sortear a la mafia financiera, aquella encabezada por corporaciones, instituciones bancarias, y organizaciones internacionales que rigen las finanzas del planeta. Se trata también de una inspiradora muestra de que, cuando una ciudadanía es conciente, y canaliza dicha conciencia a través de la unidad y la organización, puede colocar su bienestar por encima de cualquier agenda política o económica. Hoy diversos países están aún a tiempo de rechazar las rutas tradicionales de ‘supervivencia financiera’, aquellas que apuntan a que la ciudadanía se haga cargo, mediante castigos fiscales adicionales y medidas que vulneran directamente su calidad de vida, de los excesos cometidos por una despreocupada élite.

Resulta evidente que hoy la sociedad está harta, más que nunca, de los viejos espejismos que subsisten gracias a abstracciones como democracia y soberanía. Pero el punto es que de nosotros, de la población, depende exclusivamente la posibilidad de que estos simulacros, estos hasta ahora inalcanzables oasis, se materialicen en una historia de autónoma soberanía y bienestar compartido.

Y si al predicar este potencial futuro alguien te increpa, advirtiendo que el idealismo suele ser poco rentable, entonces podrás remitirte a un ejemplo fáctico, un pulso de inspiración tangible: el caso de una tan pequeña como fantástica nación, que desafió al sistema y que hoy, en lugar de seguir sumido en la resaca financiera propia de los países ‘rescatados’ por la comunidad internacional, puede regresar su atención a temas de mucho mayor relevancia (por ejemplo los elfos, las hadas, o sus sublimes paisajes naturales). Islandia.

http://pijamasurf.com/2012/10/de-islandia-para-el-mundo-lecciones-de-economia-y-dignidad/

Chile bajó 41 puestos en ranking mundial de igualdad de género

por La Tercera

Chile tuvo una fuerte caída en el informe sobre igualdad que publica el Foro Económico Mundial, tras descender al lugar 87 del ranking que evalúa 135 países en función del grado de equilibrio social que han conseguido entre sexos.

Nuestro país obtuvo un puntaje de 0.6676, que mide las variables relacionadas con la brecha de género, mientras que en 2011 la misma medición reportó 0.7030 puntos. A raíz de estos valores, Chile descendió del lugar 46 al 87.

A nivel regional, Chile también se ubica en los últimos lugares, superando solo a República Dominicana, El Salvador, Belize, Surinam y Guatemala. Por otra parte, el ranking que mide a América Latina y el Caribe, es liderado por Nicaragua, seguido por Cuba, Barbados, Costa Rica y Bolivia.

Con respecto a la región, el documento destaca los buenos resultados en educación, con cuatro países que han cerrado totalmente la brecha de género (Bahamas, Barbados, Brasil y Costa Rica), y en salud, con 13 países que han cerrado la brecha (Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Brasil, Chile, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Surinam, Venezuela y Uruguay).

Los autores del informe indican que «aunque ningún país ha alcanzado todavía la igualdad de género, todos los países nórdicos, con la excepción de Dinamarca, han cerrado la brecha en más del 80 %, sirviendo de modelo para el resto de la comunidad internacional».

El WEF destaca que la mayoría de economías desarrolladas han tenido éxito a la hora de reducir la desigualdad en materia educativa, pero que son pocas las que lo han trasladado al mercado laboral, la participación económica y la igualdad de oportunidades.

La clasificación global la lideran cuatro países nórdicos -Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia-, a los que siguen Irlanda, Nueva Zelanda, Dinamarca, Filipinas, Nicaragua, Suiza, Holanda, Bélgica, Alemania, Lesoto, Letonia, Sudáfrica, Luxemburgo, el Reino Unido, Cuba, Austria, Canadá, EEUU, Mozambique, Burundi y Australia.

A juicio de este instituto de estudios económicos, los países nórdicos han logrado la combinación ideal con uno de los mayores porcentajes de participación de las mujeres en la fuerza laboral, las menores diferencias salariales entre sexos -prácticamente inexistentes- y las oportunidades de las mujeres para llegar a puestos de liderazgo, tanto en las empresas como en la política.

Los últimos diez puestos de la lista del WEF los ocupan, en orden decreciente, Egipto, Irán, Mali, Marruecos, Costa de Marfil, Arabia Saudí, Siria, Chad, Pakistán y Yemen.

Revisa el informe completo aquí

http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2012/10/659-489923-9-chile-bajo-41-puestos-en-ranking-mundial-de-igualdad-de-genero.shtml