Cuatro Febreros en Venezuela: del ‘paquete chileno’ al ‘socialismo del siglo XXI’

El mes de febrero ha marcado hitos en los últimos 24 años de Venezuela: cruzando desde la imposición de un paquete Neoliberal a la muerte del caudillo de la ‘revolución’ más influyente del nuevo milenio.

Febrero de 1989

En diciembre de 1988 fue electo el ‘socialdemócrata’ Carlos Andrés Pérez quien, a través de un «Paquete Económico» promovido por el FMI, buscaría liberalizar la economía. Tal como en el Chile de la dictadura, el shock era de esperarse, en especial con medidas algunas de aplicación inmediata con un crudo impacto sobre los más pobres, especialmente respecto al aumento de precios de productos y servicios esenciales. Uno de ellos tuvo relación con el alza en las tarifas del transporte público en un 30% el 27 de febrero de 1989.

“La borrachera de petrodólares, corrupción, privatizaciones entre amigos, repartija de cargos, servilismo al gran capital transnacional y exclusión política, económica, social y cultural de las grandes mayorías del país” – en palabras de Manu García – corresponden al contexto de lo que estallaría ese día 27: el ‘caracazo’, que constituyó una de las primeras y más significativas insurrecciones populares contra el Neoliberalismo, la cual concluyó con centenares de muertos debido a la represión, pero con una conciencia que no dejaría de deambular por Venezuela.

Aquel conjunto de políticas neoliberales también fue es conocido como “paquete chileno”, debido a que correspondió a la importación del modelo que la dictadura y los Chicago Boys impusieron en Chile, y que hoy además es sinónimo de engaño, trampa, un ‘cuento del tío’ en materia económica, para los países del norte de Sudamérica… un ‘cuento del tío Sam’, digamos también.

Febrero de 1992

Tres años después, el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), formado diez años antes, fraguaría sin éxito (al menos en el corto plazo) un plan para derrocar el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Con Hugo Chávez al mando, el grupo de militares emprendió el golpe de estado del 4 de febrero tomando el testimonio del pueblo alzado en el ‘caracazo’: poner fin al Neoliberalismo, revirtiendo el rol represor y asesino del ejército venezolano aquel 27 de febrero, y resarcir la situación de la población pobre, que también alimentaban las filas del ejército.

El objetivo inmediato no fue logrado. Hugo Chávez fue capturado, pero pidió hablar en cadena nacional empatizando con la causa de los marginados de su país durante el bipartidismo que por décadas mantuvo invisibles a grandes masas de la población. Por ello, luego de dos años de prisión y tras ser sobreseídos por el gobierno de Caldera en 1994, los militares encarcelados contaban con el respaldo social y político que utilizaron en la campaña presidencial de cuatro años después.

Febrero de 1999

Con el 56% de los votos, Chávez asumió el poder el 2 de febrero de 1999, jurando sobre la Constitución de 1961 (aquella que sería cambiada en 1999). Con ello, el pueblo y Chávez derrotaron cuatro décadas de bipartidismo. Los partidos ícono de la socialdemocracia resultaron relegados a la oposición: el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y Acción Democrática (AD), este último el partido de Carlos Andrés Pérez, que en 1993 fue separado de sus funciones por el Congreso Nacional por el delito de malversación de fondos públicos.

Según Marta Harnecker, el principal legado de estos 14 años ha sido el protagonismo popular, “por eso es tan importante su iniciativa de crear los consejos comunales (espacios comunitarios autogestionados), los consejos de trabajadores, los consejos estudiantiles, los consejos campesinos” con las comunas como células fundamentales de esta construcción colectiva del socialismo con apellido latinoamericano, donde “lo principal es crear fuerza social”.

Precisamente, uno de los cinco motores del gobierno bolivariano corresponde al Poder Comunal. Y es que desde el Estado se fomentó la participación social que desembocaría en una democratización del país: un país más organizado y politizado. En el capítulo sobre Venezuela del programa de radio ECONONUESTRAS, nuestro invitado Manu García nos comentó: “algunas de la organizaciones populares más fuertes y que tienen mayor influencia social son el Frente (Nacional) Campesino Ezequiel Zamora que precisamente está dando una batalla enorme contra el latifundio; el movimiento de pobladores urbanos está haciendo un trabajo inmenso en el terreno de la vivienda; también se ha expresado, aunque está costando, en el terreno de los trabajadores (…) aún así se han dado luchas sindicales fuertísimas que han terminado en algunos casos en la nacionalización bajo control obrero de algunas empresas”.

En números, algunos logros de la ‘revolución bolivariana’ son:

  • Reducción de la pobreza: Con el tercer nivel de pobreza más bajo de la región (de acuerdo a CEPAL), entre 2002 y 2010, la pobreza bajó de 48,6% a 27,8%, y la pobreza extrema disminuyó de 22,2% a 10,7%.
  • Reducción de la inequidad: Venezuela se distingue por la mejor distribución de la riqueza de América Latina. En el año 2011, el coeficiente Gini (que va de 0 a 1 subiendo en inequidad) era 0,39, mientras en Chile era 0,50.
  • Reducción de la desnutrición: La desnutrición en Venezuela se ha reducido de 7,7% en los noventa a 3,7% en 2010.
  • Reducción del desempleo: En diez años el desempleo bajó de 13,7% (2001) a 6,5% (2011).
  • Aumento de la Alfabetización: La UNESCO declaró a Venezuela libre de analfabetismo, luego de un programa de alfabetización que enseñó a leer y escribir a 1,5 millones de venezolanos. Además, la misma organización internacional premió al país por dar acceso gratuito a internet, con lo cual el alfabetismo tecnológico llegó a más de un millón de personas.
  • Todo lo anterior se suma a la gratuidad en los tres estamentos de la educación, mayor acceso a la salud, fomento de medios comunitarios, políticas de autoconstrucción en vivienda, políticas de género y de pueblos indígenas, y además de la labor en pro de la integración latinoamericana y el empoderamiento de sus pueblos.

Pero no todo lo que brilla es oro. Ni menos brilla el oro negro. La inflación y la baja diversificación de la economía venezolana viven en una encerrona estructural: el país es petrolero. Con ello, Venezuela lleva una macroeconomía que no ha logrado sanarse de la ‘enfermedad holandesa’, llamada así a la situación en que un país rico en un recurso provoca altas rentas en un sector de la población que empuja a una alza de precios que sufren los que no disfrutan de esas rentas, y además implica la entrada de moneda extranjera (dólares) que en ‘exceso’ ven disminuir su precio, provocando que las demás industrias se vean desfavorecidas para exportar, con su consecuente implicancia en el empleo. Este es el mismo petróleo que hace salivar a la oligarquía local y también a EE.UU. Recordemos que en el año 2002 se orquestaría un golpe de estado que aunaría los intereses de ‘Fedecámaras’ (la agrupación patronal venezolana) y los del imperio norteamericano, justo después del 11 de septiembre del 2001 y un año antes de la invasión de otro país petrolero geopolíticamente estratégico: Irak.

Febrero de 2013

El 18 de febrero del 2013 Chávez vuelve a Venezuela, luego de tratar su cáncer en Cuba. Fallecería dos semanas después. Pero lo que ha sucedido en los últimos 14 años no es obra de una persona. La visibilización de los ‘de abajo’ ha sido a través del protagonismo popular.

Lo anterior, a pesar de la concentración de los medios en Venezuela. Según informa www.economiaynegocios.cl: “el hombre más rico del país es Gustavo Cisneros, dueño de la cadena televisiva Venevision (que concentra el 67% de la audiencia televisiva), quien cuenta con un patrimonio de US$4.400 millones de acuerdo a la revista estadounidense Forbes.” Enfocado en el entretenimiento más que en política, “es cercano al ex presidente estadounidense George Bush, por lo que estaría ‘abriendo botellas de champaña’ para celebrar lo ocurrido (la muerte de Chávez)”.

Por ello, el concepto de populismo se oye tan vacío cuando la población está más organizada que en todos los últimos 50 años. Como menciona el analista Raúl Sohr: “el populismo es un epíteto que, a menudo, es aplicado a los que buscan una redistribución de la riqueza por vías que no son las del mercado.”

El legado está sobre la mesa. A quiénes apoyaron directa o tácitamente el golpe del año 2002, a los medios venezolanos y chilenos siempre al servicio de los intereses de los patrones, a los reaccionarios del mundo, burgueses y apatronados, a los sifrinos y a los cuicos, les dedicamos un gran ‘por qué no te callas?’  para que nos dejen oír a los que fueran invisibles, ahora protagonistas de un proceso económico social, quienes demostrarán ante la historia si el proceso era carismático o popular.

Lee aquí el artículo escrito por Manu sobre la muerte de Chávez

Escucha aquí la entrevista completa para el programa ECONONUESTRAS de la radio www.lavozdelostrabajadores.cl

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