Archivos Mensuales: agosto 2014
La Casona: una pizzería recuperada en Buenos Aires
Tras más de 20 años como cafeteros, mozos o maestros pizzeros de La Casona, los 40 trabajadores se sobrepusieron a la quiebra: organizados en cooperativa, hoy son los dueños de la pizzería.
Empezaron apretando el puño y tragándose alguna lágrima que preferían no dejar salir. Siguieron desconcertados, sin poder dar crédito a las palabras del abogado que los representaba y les comunicaba, a ellos, los trabajadores de la pizzería La Casona, el lugar donde trabajaron tantos años, que sus empleadores –la empresa New North S.A.– se retiraban de la administración del comercio. Ese mediodía del viernes 25 de julio, sin saber de dónde les salían las fuerzas para abordar lo desconocido, nació La Casona Cooperativa. Las puertas de la céntrica esquina porteña de Maipú y Corrientes volvieron a abrirse pero, desde entonces, son los propios laburantes los dueños de una empresa recuperada que ellos mismos administran y motorizan.
Mario Romero ya estaba ahí allá por 1990, en la inauguración del conocido restaurante, donde comenzó como cafetero y llegó a ser el maestro pizzero que hoy, a los 42 años, luce su arte en el horno. «Desde los 18 estoy metido acá. Es toda una vida, para mí y para muchos», se emociona el hoy presidente de la cooperativa, al recordar que, cuando comenzó el tormento, de nada valieron su experiencia y los años de antigüedad. A principios de junio lo despidieron, y como a su salida se sumaron otras, y también deudas salariales, el malestar de todos no tardó en aparecer. Frente al silencio de la empresa, decidieron permanecer en su lugar de trabajo hasta que les dieran alguna respuesta, que no tardó en llegar: al día siguiente, ese viernes –que al cabo fue el de la reapertura–, el abogado de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, Ataliva Dinani, les informó que los propietarios de New North S.A. se habían comunicado para decir que, «frente a los dos pedidos de quiebra realizados judicialmente, no podrán hacerse cargo de la gestión de la empresa». Después del anuncio, enseguida, se puso en marcha la idea de la autogestión, que, como explica Dinani, se fundamenta en «la reforma de la Ley de Quiebras realizada en 2010, a partir de la cual se prioriza, en el proceso de salvataje de la empresa, la voluntad de los trabajadores de defender su fuente de trabajo, siempre y cuando se organicen de modo cooperativo».
«Ninguno había tenido experiencia en esto –confiesa Mario–. Nosotros no dejamos de ser pizzeros y mozos a los que, de golpe, les cambió todo. De administración no tenemos mucha idea, pero estamos peleándola y aprendiendo día a día». Daniel Fernández, quien ahora se encarga de la administración, trabajó más de una década en La Casona antes de ser despedido, hace tres años: «Estaba vendiendo libros en la calle cuando me llamaron para ser parte de la cooperativa y no lo dudé ni un minuto». Lo más importante de este recomenzar, para él, es adoptar una nueva mentalidad colectiva: «Les explicamos a los compañeros que, así como hay que cuidar cada vaso porque es de todos, también las ganancias se van a repartir en partes iguales. Todos tenemos la misma responsabilidad: Mario es el presidente de la cooperativa y ahora está preparando el relleno de las empanadas. Nadie se la tiene que dar de gerente».
Ya se ven cambios en la pizzería, que van desde mejoras en los insumos hasta el arreglo de los baños. Como explica Mario: «Es para darle más servicio a la gente, para que nos elija y vuelva: en vez de servirle el café solo, le agregamos una medialunita, un juguito de naranja, o si vienen diez personas a comer, les invitamos el postre». Con alegría, todos recuerdan que el primer día, cuando no había ni un peso en la caja y todos aportaron para lo que faltaba, un cliente de hace muchos años se tomó un café, les sonrió y ayudó con 500 pesos. «Que en este momento venga un cliente y nos desee suerte, nos felicite y nos diga: ‘Esto cambió’ o que venga el proveedor de café y nos diga: ‘Muchachos, acá les dejo 12 kilos gratis para que empiecen’, es un aliento muy grande para nosotros».
Además de la solidaridad bienvenida, en La Casona Cooperativa ahora aguardan con entusiasmo que el juzgado les dé formalmente la continuidad de la explotación. Por lo pronto, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) ya les otorgó su matrícula, lo que les brinda estabilidad y autonomía. Aunque lo positivo, como reflexiona Mario, es que el clima ya es otro: «Ahora todos quieren trabajar. Están con ganas, quieren ayudar, organizar cosas, quedarse hasta más tarde… Están contentos, porque uno también se siente parte de algo, ¿no?» Sonriente, Daniel le contesta desde la caja, a él y a los otros 40 compañeros que empujan por crecer con esta nueva cooperativa: «Lo importante es que estamos todos trabajando. Y que La Casona está abierta». «
Gastronomía recuperada
La Casona Cooperativa se sumó así a Los Chanchitos, La Ciudad, Ferrox Seven, Enlace, Bauen, Mundo Nuevo, Perseguidores, entre otras empresas gastronómicas recuperadas por sus trabajadores.
http://tiempo.infonews.com/nota/130888/pizza-conmigo
El nuevo PKK: desatando una revolución social en el Kurdistán
Por Rafael Taylor, periodista socialista libertario independiente residente en Melbourne. También es locutor del programa de radio «Compuertas de la Anarquía», es miembro de la ASF-AIT y coordinador de la Alianza de Izquierda Libertaria de Melbourne.
A medida que la perspectiva de la independencia kurda se hace cada vez más inminente, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se transforma en una fuerza para la democracia radical.
Excluidos en 1923 de las negociaciones del Tratado de Lausanne y traicionados en el mismo después de que los aliados de la primera guerra mundial les prometieran un estado propio tras la partición del Imperio Otomano, los kurdos son la mayor minoría del mundo sin un estado. Pero hoy en día, aparte de una obstinada Irán, cada vez hay menos obstáculos para una independencia de iure kurda en el norte de Iraq. Turquía e Israel han prometido su apoyo, mientras que las manos de Siria e Irak están atadas por los rápidos avances del Estado Islámico (antes ISIS).
Con la bandera kurda ondeando en todos los edificios oficiales y la Peshmerga (fuerzas armadas del Gobierno Regional del Kurdistán, en el Kurdistán iraquí. N del T) junto a la tardía ayuda militar estadounidense manteniendo a los islamistas a las puertas, el sur de Kurdistán (Iraq) se une a sus compañeros en el oeste de Kurdistán (Siria) como la segunda región autónoma de facto del nuevo Kurdistán. Ya han comenzado a exportar su propio petróleo y han retomado la rica en yacimientos petrolíferos región de Kirkuk, tienen su propio parlamento electo (laico), han realizado su petición de reconocimiento como estado a la ONU y no hay nada que el gobierno iraquí pueda hacer —o que los estados unidos harían sin el apoyo de Israel— para detenerlo.
La lucha kurda, sin embargo, es cualquier cosa menos estrechamente nacionalista. En las montañas por encima de Erbil, en el antiguo corazón de Kurdistán serpenteando a través de las fronteras de Turquía, Irán, Irak y Siria, una revolución social ha nacido.
Imagen: Mapa actual de Siria e Irak. Amarillo en el norte de Siria son las zonas controladas por los kurdos sirios, Verde en el noreste de Irak son las zonas controladas por los kurdos iraquíes (fuente: Wikimedia Commons)
La Teoría del Confederalismo Democrático
Al final del siglo, cuando el radical estadounidense Murray Bookchin daba por fracasado su intento de revitalizar el movimiento anarquista contemporáneo con su filosofía de ecología social, Abdullah Öcalan, fundador y líder del PKK, fue detenido en Kenia por las autoridades turcas y condenado a muerte por traición. En los años siguientes, el anciano anarquista ganó un improbable admirador en el duro militante cuya organización paramilitar —el Partido de los Trabajadores del Kurdistán— es ampliamente catalogado como una organización terrorista por librar una violenta guerra de liberación nacional contra Turquía.
En sus años de confinamiento solitario, dirigiendo el PKK tras las rejas después de que su sentencia fuera conmutada por la cadena perpetua, Öcalan adoptó una forma de socialismo libertario tan oscura que pocos anarquistas han oído hablar de ella: el municipalismo libertario de Bookchin. Öcalan continuó modificando la visión de Bookchin y la renombró como «confederalismo democrático», con la consecuencia de que la Confederación de los Pueblos del Kurdistán (Koma Civakên Kurdistán o KCK), el experimento territorial del PKK de una sociedad libre y basada en la democracia directa, se ha mantenido en gran medida en secreto para la mayor parte de los anarquistas, y mucho más para el público en general.
Aunque la conversión de Öcalan fue el punto de inflexión, por las montañas se extendía un renacimiento más amplio de la literatura izquierdista libertaria e independiente pasando de mano en mano de los militantes de base después del colapso de la Unión Soviética en la década de 1990. «(Ellos) analizaron libros y artículos de filósofos, feministas, (neo)anarquistas, comunistas libertarios, comunalistas y ecologistas sociales. Es así como escritores como Murray Bookchin (y otros) entraron en su enfoque«, nos cuenta el activista kurdo Ercan Ayboga.
Öcalan se embarcó, en sus escritos en prisión, en una profunda reflexión autocrítica de la violencia, el dogmatismo, el culto a la personalidad y el autoritarismo que había fomentado: «Ha quedado claro que nuestra teoría, programa y praxis de la década de 1970 no produjeron nada más que separatismo y violencia inútiles y, lo que es peor, que el nacionalismo al que nos deberíamos haber enfrentado nos infestó a todos. A pesar de que nos opusimos a él en teoría y retóricamente, lo aceptamos como algo inevitable«. El anteriormente líder incuestionable, Öcalan, pasó a razonar que «el dogmatismo se nutre de verdades abstractas que se convierten en modos habituales de razonamiento. Tan pronto como pones esas verdades generales en palabras te sientes como un gran sacerdote al servicio de su dios. Ese fue el error que cometí«.
Öcalan, ateo, escribía al fin como librepensador, emancipado de la mitología marxista-leninista.Afirmó que estaba buscando una «alternativa al capitalismo» y un «sustituto al fracasado modelo de … ‘socialismo real'» cuando encontró a Bookchin. Su teoría de confederalismo democrático se desarrolló a partir de una combinación de inspiraciones de intelectuales comunalistas, «movimientos como el zapatista«, y otros factores históricos de la lucha en el norte de Kurdistán (Turquía). Öcalan afirmó ser un estudiante de Bookchin, y después de una fallida correspondencia por correo electrónico con el viejo teórico, que a su pesar en 2004 estaba demasiado enfermo para un intercambio epistolar desde su lecho de muerte, el PKK lo proclamó como «uno de los más grandes científicos sociales del siglo XX» en ocasión del segundo aniversario de su fallecimiento.
La práctica del confederalismo democrático
El propio PKK aparentemente ha seguido a su líder, no sólo adoptando la particular corriente eco-anarquista de Bookchin, sino internalizando activamente la nueva filosofía en su estrategia y táctica. El movimiento abandonó su guerra sangrienta en aras de una revolución estalinista/maoísta y la campaña de terror que la acompañaban, y comenzó a examinar una estrategia, en gran medida no violenta, dirigida a conseguir una mayor autonomía regional.
Después de décadas de traiciones fratricidas, altos el fuego fallidos, detenciones arbitrarias y reanudaciones de las hostilidades, el 25 de abril de este año, el PKK anunció una retirada inmediata de sus fuerzas de Turquía que se desplegarían en el norte de Irak, que puso fin a un conflicto de 30 años con el estado turco. El gobierno turco emprendió simultáneamente un proceso de reforma constitucional y legal para consagrar los derechos humanos y culturales de la minoría kurda dentro de sus fronteras. Fue el resultado final de unas negociaciones largamente esperadas entre Öcalan y el primer ministro turco Erdoğan, parte de un proceso de paz que comenzó en 2012. Durante un año no ha habido violencia por parte del PKK y se están realizando llamadas razonables para que el PKK deje de aparecer en las listas de terroristas mundiales.
Pervive, sin embargo, una historia oscura del PKK —prácticas autoritarias que no concuerdan con su nueva retórica libertaria. En varios momentos sus ramas han sido acusadas de, o se les ha atribuido, recaudación de fondos a través del tráfico de heroína, extorsión, reclutamiento coercitivo y crimen organizado en general. De ser cierto, no hay excusas para este tipo de oportunismo mafioso, a pesar de la obvia ironía de que el propio Estado turco genocida estaba financiado, no en una pequeña parte, por el monopolio lucrativo en la exportación legal de los cultivos estatales de opiáceos «medicinales» a occidente y de que hace posible gracias a los impuestos y a su servicio militar obligatorio un gran presupuesto para el contra-terrorismo y sus inmensas fuerzas armadas (Turquía tiene el segundo mayor ejército de la OTAN después de los EE.UU.).
La hipocresía es habitual en la guerra contra el terrorismo, cuando los movimientos de liberación nacional imitan la brutalidad del estado, son invariablemente únicamente señalados como terroristas los no reconocidos oficialmente por la comunidad internacional. Öcalan mismo describe este vergonzoso período como uno de «pandillas dentro de nuestra organización y prácticas de bandolerismo abierto, [que] organizaron operaciones al azar, innecesarias, enviando a la muerte a gran cantidad de jóvenes.»
Las corrientes anarquistas en la lucha
Como una señal más de que está abandonando sus formas marxistas-leninistas, el PKK ha comenzado a abrirse explícitamente al anarquismo internacional, incluso organizando un taller en el Encuentro Internacional Anarquista de St. Imier, Suiza, en 2012, lo que produjo confusión, consternación ydebate en línea, pero que pasó desapercibido para la prensa anarquista más amplia.
Janet Biehl, viuda de Bookchin, es una de las pocas anarquistas occidentales que ha estudiado el KCK en el terreno y ha escrito extensamente acerca de sus experiencias en el sitio web de New Compass, compartiendo también entrevistas con radicales kurdos implicados en el día a día de las asambleas democráticas y las estructuras federales, así como traduciendo al inglés y publicando el primer estudio anarquista en formato libro sobre el tema: Autonomía Democrática en el Norte de Kurdistán: el Movimiento de Consejos, Liberación de Género y Ecología (2013).
La única otra voz anarquista en inglés es el Foro Anarquista de Kurdistán (KAF), un grupo pacifista de kurdos iraquíes que viven en Europa y afirman «no tener relación alguna con otros grupos de izquierda«. Aunque apoyan un Kurdistán federal, la KAF declara que «sólo apoyará al PKK cuando abandonen las armas por completo, participen en la organización de los movimientos populares de base en aras de la consecución de las demandas sociales de la población, denuncien y desmantelen los modos centralizados y jerárquicos de lucha y en su lugar se conviertan en una federación de grupos locales autónomos, corten toda relación y tratos con los estados de Oriente Medio y Occidente, denuncien la política de poder carismático, y se conviertan al anti-estatismo y anti-autoritarismo —sólo entonces estaremos de acuerdo en cooperar plenamente con ellos«.
Siguiendo a Bookchin paso a paso
Ese día (salvo el pacifismo) podría no estar lejos. El PKK/KCK parece estar siguiendo la ecología social de Bookchin paso a paso, con casi todo preparado, incluyendo su contradictoria participación en el aparato estatal a través de elecciones, tal como se prescribe en los escritos del anarquista norteamericano.
Tal como escriben Joost Jongerden y Ahmed Akkaya, «El trabajo de Bookchin diferencia entre dos conceptos de política, el modelo helénico y el romano«, es decir, la democracia directa y la representativa. Bookchin ve su forma de neo-anarquismo como un renacimiento práctico de la antigua revolución ateniense. El «modelo de Atenas existe como contracorriente subterránea, encontrando expresión en la Comuna de París de 1871, los consejos (soviets) en el comienzo de la revolución en Rusia en 1917, y la Revolución Española de 1936«.
El comunalismo de Bookchin plantea una estrategia en cinco pasos:
- Empoderar legalmente a los municipios existentes intentando así llevar el poder de decisión a las localidades.
- Democratizar los municipios a través de asambleas de base.
- Unir a los municipios «en redes regionales y confederaciones más amplias […] que trabajen para reemplazar gradualmente los estados-nación por las confederaciones municipales«, mientras se asegura que «los niveles» más altos «de la confederación tienen principalmente funciones administrativas y de coordinación.»
- «Unir a los movimientos sociales progresistas» para fortalecer la sociedad civil y establecer «un punto focal común de iniciativas y movimientos de todos los ciudadanos»: las asambleas. Esta cooperación es «no porque esperamos encontrarnos siempre un consenso armonioso, sino —por el contrario— porque creemos en el desacuerdo y la deliberación. La sociedad se desarrolla mediante el debate y el conflicto«. Además, las asambleas deben ser laicas, «combatiendo las influencias religiosas en la política y el gobierno», y conformando un «escenario para la lucha de clases».
- Con el fin de lograr su visión de una «sociedad sin clases, basada en el control político colectivo de los medios de producción socialmente importantes», se llama a la «municipalización de la economía» y se propone una «asignación confederal de recursos para garantizar el equilibrio entre regiones». En términos simples, esto equivale a una combinación de la autogestión obrera y la planificación participativa para satisfacer las necesidades sociales: economía anarquista clásica.
Tal como lo expresa Eirik Eiglad, ex-editor de Bookchin y estudioso del KCK:
Es de particular importancia la necesidad de combinar las ideas de los movimientos feministas y ecológicos progresistas con los nuevos movimientos urbanos y las iniciativas de los ciudadanos, así como con las de sindicatos, cooperativas y colectivos locales… Creemos que las ideas comunalistas de una democracia asamblearia contribuirán a hacer posible este progresivo intercambio de ideas sobre una base más permanente, y con consecuencias políticas más directas. Aún así, el comunalismo no es sólo una forma táctica de unir estos movimientos radicales. Nuestra llamada a la democracia municipal es un intento de llevar la razón y la ética al primer plano de las discusiones públicas.
Para Öcalan el confederalismo democrático significa una «sociedad democrática, ecológica y liberada en cuanto al género», o simplemente «democracia sin estado». Él explícitamente señala la diferencia entre «modernidad capitalista» y «modernidad democrática», en la que «los tres elementos básicos: el capitalismo, el estado-nación, y el industrialismo» se sustituyen por una «nación democrática, la economía comunal, y la industria ecológica». Esto implica «tres proyectos: uno para la república democrática, otro para el confederalismo democrático y un tercero para la autonomía democrática «
El concepto de la «república democrática» se refiere esencialmente al logro para los kurdos de los por mucho tiempo negados ciudadanía y derechos civiles, incluyendo el de hablar y enseñar su propio idioma libremente. La autonomía democrática y el confederalismo democrático se refieren ambos a las «capacidades autónomas del pueblo, una estructura política más directa y menos representativa».
Mientras tanto, Jongerden y Akkaya apuntan que «el modelo de municipalismo libre tiene como objetivo realizar de abajo a arriba un órgano administrativo participativo, del nivel local al provincial». El «concepto de ciudadano libre (ozgur yarttas) [es] su punto de partida» que «abarca las libertades civiles básicas, como la libertad de expresión y organización». La unidad básica del modelo son las asambleas de barrio o los «consejos», como se les conoce indistintamente.
Existe participación popular en los consejos, incluso de personas no kurdas, y mientras las asambleas barriales son fuertes en varias provincias, «en Diyarbakir, la ciudad más grande en el Kurdistán turco, hay asambleas en casi todas partes». En otro lugar, » en las provincias de Hakkari y Sirnak … hay dos autoridades paralelas [el KCK y el Estado], de los cuales la estructura confederal democrática es más poderosa en la práctica». El KCK en Turquía «se organiza a nivel de aldea (köy), barrio urbano (mahalle), distrito (ilçe), ciudad (kent), y la región (Bölge), que se denomina «el Norte de Kurdistán.»
El nivel «más alto» de la federación en el norte de Kurdistán, el DTK (Congreso de la Sociedad Democrática), es una mezcla de delegados de a pie con mandatos revocables elegidos por sus iguales, que constituyen el 60 por ciento, y los representantes de «más de quinientas organizaciones de la sociedad civil, sindicatos y partidos políticos», que conforman el 40 por ciento restante, de los cuales aproximadamente el 6 por ciento está «reservado para los representantes de minorías religiosas, académicos u otros con un conocimiento o punto de vista particular».
Cómo ese 40 por ciento se reparte entre delegados de grupos de la sociedad civil no estatistas directamente democráticos y personas no elegidas o elegidas por partidos burocráticos no está claro. La superposición de individuos entre los movimientos independientes kurdos y partidos políticos kurdos, así como la internalización de muchos aspectos de procedimiento de democracia directa por estos partidos, complica aún más la situación. Sin embargo, el consenso informal entre observadores es que la mayoría de la toma de decisiones es directamente democrática a través de un arreglo u otro; que la mayoría de esas decisiones se toman a nivel de base; y que las decisiones se ejecutan desde abajo hacia arriba, de acuerdo con la estructura federal.
Debido a que las asambleas y el DTK están coordinadas por el ilegal KCK, del que forma parte el PKK, están clasificados, por asociación, como «terroristas» por parte de Turquía y la llamada comunidad internacional (la Unión Europea, Estados Unidos y otros). El DTK también selecciona a los candidatos del pro-kurdo BDP (Partido Paz y Democracia) para el Parlamento turco, que a su vez propone «autonomía democrática» para Turquía, una combinación de democracia representativa y directa. En línea con el modelo federal, propone la creación de aproximadamente 20 comunidades autónomas que auto-gobernarían (según el concepto anarquista, no el suizo) «la educación, la salud, la cultura, la agricultura, la industria, los servicios sociales y de seguridad, asuntos de la mujer, la juventud y el deporte», con el estado manteniendo las atribuciones «de asuntos exteriores, finanzas y defensa».
La revolución social despega
Mientras tanto, en el terreno, la revolución ya ha comenzado.
En el Kurdistán turco, hay un movimiento educativo independiente de «academias» que albergan en los barrios foros de discusión y seminarios. En la municipalidad sur de Amed está la Calle de la Cultura, cuyo alcalde Abdullah Demirbas se congratula de su «diversidad de religiones y sistemas de creencias», declarando que «hemos comenzado a restaurar una mezquita, una iglesia católica caldea-aramea, una iglesia armenia ortodoxa, y una sinagoga judía». Jongerden y Akkaya informan de otro lugar: «los municipios del DTP iniciaron un ‘servicio municipal multilingüe’, que desató un acalorado debate. Los carteles municipales se pusieron en kurdo y turco, y los comerciantes locales hicieron lo mismo».
La liberación de la mujer es perseguida por las propias mujeres a través de las iniciativas del Consejo de las Mujeres del DTK, instaurando nuevas normas como el «cuarenta por ciento de cuota de género» en las asambleas. Si un funcionario público golpea a su esposa, su sueldo es transferido directamente a la agredida con el fin de mantener su seguridad financiera y de que lo use como crea conveniente. «En Gewer, si un marido toma una segunda esposa, la mitad de su patrimonio va a la primera».
Hay «aldeas de paz«, comunidades de cooperativas nuevas o transformadas, que implementan su propio programa completamente fuera de las limitaciones logísticas de la guerra turco-kurda. La primera de estas comunidades se construyó en la provincia de Hakkari, fronteriza con Irak e Irán, donde «varias aldeas» se unieron al experimento. En la provincia de Van se está construyendo un «pueblo ecológico de mujeres» para las refugiadas víctimas de la violencia doméstica, que se autoabastecerá «de toda o casi toda la energía necesaria.»
El KCK celebra reuniones bianualmente en las montañas con cientos de delegados de los cuatro países, siendo una prioridad la amenaza que representa el Estado Islámico para el sur y este de Kurdistán. Las partidos iraníes y sírios afiliados al KCK, PJAK (Partido por la Vida Libre en Kurdistán) y PYD (Partido de la Unión Democrática) también promueven el confederalismo democrático. El partido irakí del KCK, PCDK (Partido para una Solución Democrática de Kurdistán) es relativamente insignificante. El centrista Partido Democrático del Kurdistán en el poder y su líder Massoud Barzani, presidente del Kurdistán iraquí, ha dejado de hostigarlo y comenzado a tolerarlo recientemente.
En las zonas montañosas del Kurdistán iraquí más septentrionales, donde están localizadas la mayoría de las guerrillas del PKK y PJAK, prosperan la literatura radical y las asambleas, con integración de muchos kurdos de las montañas tras décadas de desplazamiento. En las últimas semanas, estos militantes han bajado de las montañas septentrionales para luchar junto a la Peshmerga iraquí contra ISIS, al rescate de 20.000 yazidíes y cristianos de las montañas de Sinjar y recibiendo la visita de Barzani en una exhibición pública de gratitud y solidaridad, para vergüenza de Turquía y los Estados Unidos.
El PYD sirio ha seguido el ejemplo del Kurdistán turco en la transformación revolucionaria de la región autónoma bajo su control desde el estallido de la guerra civil. Después de «oleadas de detenciones» bajo la represión baasista, con «10.000 presos, entre ellos alcaldes, líderes locales del partido, diputados, cuadros y activistas […] las fuerzas kurdas del PYD derrocaron el régimen Baath en el norte de Siria, o el oeste del Kurdistán, [y] los consejos locales aparecieron por todas partes». Se improvisaron comités de autodefensa para proporcionar «seguridad a raíz de la caída del régimen baasista», y se estableció «la primera escuela de enseñanza de lengua kurda» mientras la consejos intervenían en la distribución equitativa de pan y la gasolina.
En Turquía, Siria y en menor medida en el Kurdistán iraquí, las mujeres son ahora libres de ir sin velo y se les recomienda encarecidamente participar en la vida social. Viejos lazos feudales se rompen, la gente es libre de seguir cualquier religión o ninguna, y las minorías étnicas y religiosas conviven pacíficamente. Si son capaces de confinar el nuevo califato, la autonomía del PYD en el Kurdistán sirio y la influencia del KCK en el Kurdistán iraquí podrían servir de fermento para una explosión aún más profunda de cultura y valores revolucionarios.
El 30 de junio de 2012, el Comité de Coordinación Nacional para el Cambio Democrático (NCB), la coalición de izquierda revolucionaria más amplia de Siria, de la que el PYD es el grupo principal, ahora ha abrazado «el proyecto de autonomía democrática y confederalismo democrático como un posible modelo para Siria».
Defendiendo la revolución kurda del Estado Islámico
Turquía, mientras tanto, ha amenazado con invadir territorios kurdos si «se establecen bases terroristas en Siria», ya que cientos de combatientes del KCK (incluyendo del PKK) de todo el Kurdistán cruzan la frontera para defender Rojava (al este) de los avances del Estado islámico. El PYDalega que el gobierno islamista moderado de Turquía está practicando una guerra subsidiaria en su contra, facilitando el tránsito de los yihadistas internacionales a través de la frontera para luchar junto a los islamistas.
En el Kurdistán iraquí, Barzani, cuyas guerrillas lucharon junto a Turquía contra el PKK en la década de 1990 a cambio del acceso a los mercados occidentales, ha pedido un «Frente Kurdo Unificado» en Siria a través de una alianza con el PYD. Barzani firmó en 2012 con Salih Muslim, líder del PYD, el «Acuerdo de Erbil«, formando el Consejo Nacional Kurdo y reconociendo que «todos los partidos son serios y están decididos a seguir trabajando juntos».
Aún así, mientras que el estudio y la práctica de las ideas socialistas libertarias entre el liderazgo y las bases del KCK es, sin duda, un hecho positivo, aún está por verse cuan profundamente están dispuestos renunciar a su sangriento pasado autoritario. La lucha kurda por la autodeterminación y la soberanía cultural es un rayo de luz en las nubes oscuras que se forman sobre las sangrientas guerras entre el islamismo y el baasismo, el Estado Islámico y el sectarismo religioso que lo dio origen.
Una revolución pan-kurda socialmente progresista y laica con elementos socialistas libertarios, que una a los kurdos iraquíes y sirios y revitalice las luchas turcas e iraníes puede ser sólo un proyecto. Mientras tanto, aquellos de nosotros que valoran la idea de civilización debemos nuestra gratitud a los kurdos, que luchan en primera línea contra los yihadistas del fascismo islámico día y noche en Siria e Irak, defendiendo los valores democráticos radicales con sus vidas.
«Los kurdos no tienen más amigos que las montañas»
– Proverbio kurdo
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/32290
España: cientos de empresas en crisis han pasado a manos de los trabajadores
por diagonalperiodico.net
Corría marzo de 1969. De un día para otro, nada menos que la mitad de Torrecilla de Cameros, en La Rioja, unas 144 familias, se vio obligada a emprender un éxodo hacia Viana, en Navarra, donde se había trasladado la empresa de muebles para la que trabajaban. Allí, siete bloques de pisos fueron construidos para albergar a las 640 personas emigradas. Unos pocos años después, Fermín Peña, con apenas 14 años, empezó a trabajar en la empresa. Y lo sigue haciendo ahora, 38 años después. A punto estuvo, junto con el resto de la plantilla, de quedarse en la calle hace dos años, tras el cierre de Muebles Salcedo. Ahora ya no se llama Muebles Salcedo, sino Muebles Viana. Y la empresa es de los trabajadores.
La compañía se había ganado fama de combativa en repetidos ciclos de huelgas. No iba a ser tan fácil terminar con ellos. “Empezaron a decir que las cosas iban mal y los dueños decidieron cerrarla”, cuenta Peña a Diagonal. Al igual que otras 250.000 empresas desde el inicio de la crisis, Muebles Salcedo se veía obligada a echar el cierre.
Las perspectivas para los 132 trabajadores no podían ser peores. “En la época en la que estábamos y con los años que tenemos… había que agarrarse a algo. Si no era ahí, ¿dónde íbamos a trabajar? Salvo dos o tres, todos tenemos ya más de 50 años”, dice Fermín. Con el dinero adelantado que obtuvieron de la capitalización del desempleo, los trabajadores compraron la empresa y la convirtieron en cooperativa.
Una historia que se ha repetido desde el inicio de la crisis, en 2008, con diferentes nombres: Mec10, Profinox, Zero-Pro, El Nou Rals, Tafinox, Curvados Alzania… El número exacto de empresas ‘cooperativizadas’ se desconoce, pero todos los que han estudiado el fenómeno coinciden en señalar que son cientos y que cada vez son más. Sólo en 2012, último año del que hay datos, los trabajadores se hicieron con el control de 150 empresas en quiebra o en riesgo de quiebra en Europa. La mitad de ellas se encontraba en España, según la Confederación Europea de Cooperativas de Trabajo.
Empresas ‘cooperativizadas’
“Cuando se habla de fábricas recuperadas, lo que viene automáticamente a la cabeza es la experiencia argentina”, dice Mariana Vilnitzky, periodista de la revista Alternativas Económicas. En España, comenta esta periodista de origen argentino, “existen otras fórmulas”.
Muchas de las empresas cooperativizadas surgen de la capitalización del paro o de las indemnizaciones de los trabajadores despedidos, que deciden hacerse con la empresa. En otras ocasiones, la plantilla pacta con el propietario la transformación de la empresa en una cooperativa para evitar el cierre. Éste fue el caso de Cuin Factory, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), donde el mismo dueño se convirtió en uno más de los miembros de la cooperativa, cobrando lo mismo que todos los demás: 900 euros. En otros casos, los trabajadores víctimas de un ERE crean un nueva entidad y se quedan parte de los clientes o usuarios, como ocurrió con Musicop, una cooperativa creada por los 35 trabajadores despedidos de la Escuela de Música de Mataró (Barcelona), dependiente del Ayuntamiento. La nueva cooperativa no sólo se ha mantenido, sino que ha creado nuevos puestos de trabajo.
A pesar de este auge de empresas cooperativizadas, el fenómeno sigue sin ser significativo en relación a la destrucción de empleo provocado por la crisis. Según comenta Vilnitzky, las consultas para iniciar nuevas cooperativas se han triplicado en muchas comunidades autónomas. Pero a veces es demasiado tarde.“Cuando llegan a preguntar, es porque ya se han comido todo el paro, cuando ya estuvieron buscando y buscando trabajo… Entonces es cuando generalmente empiezan a pensar en armar algo propio. El problema es que cuando llegan a ello ya no tienen forma de financiarlo”, dice. “En Argentina no tienes paro, no tienes nada –continúa– en el momento en que te vas a quedar sin trabajo, la necesidad de luchar por tu puesto de trabajo es mucho mayor. El problema es que todavía en España hay gente que piensa que, si se queda sin trabajo, igual de aquí a unos meses consigue algo”.
Mejores resultados
“Las cooperativas son las que están aguantando mejor la crisis”, afirma a Diagonal Juan Antonio Bernabéu, autor del libro Las cooperativas de trabajo asociado como solución a la reestructuración empresarial en épocas de crisis económica. “Las cooperativas mantienen el empleo, son capaces de generar empleo, de evitar el cierre de empresas. Esto se demuestra con las cifras”, argumenta Bernabéu. Hasta 2013, las cooperativas se habían limitado a destruir empleo con un ritmo ligeramente inferior al resto de empresas, pero el año pasado cambió la tendencia: por primera vez desde el inicio de la crisis, el número total de cooperativas crecía, un 23% más que el año anterior, confirman desde la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado (Coceta).
Bernabéu argumenta que esta mayor resistencia de las cooperativas frente a las empresas tradicionales se debe a que tienen mayor capacidad de adaptación: “No son empresas al uso, son empresas participativas, democráticas, en las que todos los cooperativistas son dueños de la empresa, algo que les permite una agilidad de adaptación que no tiene ninguna empresa estándar”. Una capacidad de adaptación, reconoce, que tiene su reverso oscuro en la autoexplotación y formas muy diversas de entender el cooperativismo, en una gama que va desde empresas de tres empleados hasta un grupo como Mondragón, que en 2012 daba trabajo a más de 80.000 personas.
El motivo último de este crecimiento del cooperativismo y de las empresas ‘recuperadas’, resume Bernabéu, se halla en que se trata de un “modelo que en estos momentos está funcionando mejor que la empresa clásica”. También “de la necesidad de la gente, que no quiere quedarse sin trabajo”. Como el caso de Muebles Viana. “La empresa se iba cerrar… y nos agarramos a esto para poder tener trabajo. Y parece que hemos acertado”, dice Fermín Peña.
¿Hay o no hay fábricas recuperadas?
En España no existen por ahora fábricas recuperadas por los trabajadores que hayan conseguido reiniciar la producción forzando la legalidad. Mucho menos que hayan conseguido, como en el caso argentino –donde existen 300 empresas recuperadas que dan trabajo a 10.000 personas–, que las autoridades expropien a los antiguos dueños para entregar la empresa a los trabajadores. Lo intentó la plantilla de T-Solar en 2013, que mantuvo ocupada esta fábrica de paneles solares de Ourense durante 129 días para evitar un ERE que afectaba a 170 personas. Pero tuvieron que abandonar la lucha cuando el juez ordenó el desalojo. “La ley no les ayuda, los jueces no les ayudan, sobre todo cuando hay grandes inversiones, maquinaria… La mayoría de las veces los trabajadores tienen que empezar de cero”, dice Mariana Vilnitzky.
https://www.diagonalperiodico.net/global/23617-fabricas-recuperadas-espana-por-no.html
¿Dónde está Kropotkin cuando más lo necesitamos?
por David Morris, vicepresidente y director del New Rules Project en el Institute for Local Self-Reliance, que tiene su sede en Minneapolis y Washington DC, que se centra en el desarrollo económico y social a nivel local.
El 8 de febrero de 1921, veinte mil personas, haciendo frente a las bajas temperaturas que no consiguieron congelar los instrumentos musicales, acompañaron el cortejo fúnebre en la ciudad de Dimitrov, un suburbio de Moscú. Se reunieron para presentar sus respetos a este hombre, Petr Kropotdin, y a su filosofía: el anarquismo.
90 años después pocos se acuerdan de Kropotkin, y la palabra anarquismo ha sido despojada de su verdadero sentido, llegándose a equiparar con el caos y el nihilismo. Es algo inaceptable, tanto para el hombre como para la filosofía que él desarrollo. Tiene mucho que enseñarnos en este 2012.
Me sorprende que Hollywood aún no haya descubierto a Kropotkin, pues su vida bien podría ser llevada a la pantalla. Durante toda su vida luchó contra la pobreza y la injusticia. La lucha política y el trabajo científico caracterizó buena parte de su existencia.
Su lucha contra la tiranía fue motivo para ser encarcelado en Francia y en Rusia. La primera vez que fue encarcelado en Rusia, se produjo una amplia protesta mundial que consiguió su liberación. La segunda vez logró huir del país gracias a una espectacular fuga. Al final de su vida, de vuelta a su país natal, Rusia, apoyó con entusiasmo la caída del zar, pero también condenó los métodos autoritarios y violentos de Lenin.
En la década de 1920, Roger N. Baldwin resumía así a Kropotkin:
“La mayor parte de las personas que conocen a Kropotkin hablan de él como de la persona más noble que han conocido. Oscar Wilde dijo que era uno de los pocos hombres realmente felices que había conocido en su vida… Dentro del movimiento anarquista encontró un profundo afecto -NotrePierre, le llamaban los obreros franceses. Nunca asumió una posición de liderazgo, sin embargo, destacaba la fuerza moral de su personalidad y su amplitud intelectual. Combinaba la extraordinaria calidad de su carácter con una mente aguda y un sentimiento social apasionado. Su vida dejó una profunda impresión en el mundo científico, en el movimiento revolucionario ruso, en los movimientos radicales de todas las escuelas, y en el mundo literario, poco preocupado por la ciencia o la revolución”.
Para nuestros propósitos, el legado más perdurable de Kropotkin es su trabajo sobre el anarquismo, una filosofía de la que fue uno de sus mayores exponentes. Decía que la sociedad iba en una dirección equivocada e identificaba la dirección correcta utilizando el método científico con el que había sorprendido en su profesión, demostrando que la geografía de los mapas de Asia mostraban las montañas en el lugar incorrecto.
El suceso que llevó a Kropotkin a abrazar el anarquismo fue la publicación del libro de Charles Darwin, El origen de las especies, en 1859. Por un lado estaba la tesis de Darwin sobre la descendencia del hombre a partir del mono, tesis en aquel tiempo muy controvertida, y por otro, aseguraba que la selección natural implicaba la “supervivencia de los más aptos”, mediante una lucha violenta entre las especies. Esto parecía justificar las desigualdades sociales, como un subproducto inevitable de la lucha por la existencia. Andrew Carnegie, insistió en que la “ley de la competencia” era lo “mejor para la raza, ya que asegura la supervivencia del más apto en todos los ámbitos”. “Aceptemos y demos la bienvenida a las desigualdades y la concentración de las riquezas..en manos de unos pocos”. Uno de los hombres más ricos del planeta, John D. Rockefeller dijo sin ningún rodeo: “El crecimiento de una empresa no es más que la supervivencia del más apto.. El cumplimiento de una ley de la naturaleza”.
En respuesta a un ensayo de amplia difusión de Thomas Huxley en el siglo XIX, “La lucha por la existencia en la sociedad humana”, Kropotkin escribió una serie de artículos para la revista, lo que posteriormente dará lugar al libro Apoyo Mutuo.
Y lo que encontró en sus investigaciones empíricas contradecía los puntos de vista de los darwinistas sociales. Después de estudiar durante cinco años la vida silvestre en Siberia, Kropotkin escribió: “ No he podido encontrar, a pesar de que lo he buscado con ahínco, la amarga lucha por la existencia… aspecto este tenido en cuenta por la mayoría de los darwinistas… como característica dominante, y donde se fabrica principalmente la evolución”.
Kropotkin aceptó las ideas de Darwin sobre la selección natural, pero creía que el principio rector de la selección natural es la cooperación, no la competencia. Los más aptos son los que colaboran entre sí. Escribió:
“Las especies animales, en las cuales la lucha individual ha sido reducida a su mínima expresión, que practican la ayuda mutua son las que han conseguido su mayor desarrollo, siendo las más numerosas, las más prósperas y las que más han avanzado… Las especiales insociables, al contrario, están condenadas a la decadencia”.
El resto de su vida estuvo dedicado al asentamiento de este concepto y la teoría de la estructura social conocida como anarquismo. Para los estadounidenses, anarquismo es sinónimo de falta de orden. Sin embargo, para Kropotkin las sociedades anarquistas no carecen de orden, sino que se desprende de las normas diseñadas por aquellas a los que afecta, normas que promueven la producción a escala humana, maximizando la libertad individual y la cohesión social.
En su artículo sobre anarquía de 1910, Kropotkin lo definía en la Enciclopedia Británica como una sociedad “sin Gobierno, la armonía que se obtiene, no por la sumisión a la ley, o por la obediencia a la autoridad, sino por los acuerdos libres realizados entre los distintos grupos, sean territoriales o profesionales, libremente constituidos para la producción y el consumo...”.
Ayuda mutua se publicó en 1902. Tiene capítulos sobre las sociedades animales, las tribus, las ciudades medievales y las modernas sociedades, dando razones científicas para la cooperación. Los capítulos dedicados a las ciudades medievales quizás sean los más interesantes para el lector actual.
Entre los siglos XII a XIV, surgieron muchas ciudades en torno a los mercados de reciente formación. Estos mercados eran tan importantes que las leyes aprobadas por los reyes, obispos y ciudades, buscaban proteger a los proveedores y clientes. A medida que los mercados crecieron, las ciudades consiguieron su autonomía, organizándose según estructuras políticas, económicas y sociales que Kropotkin hizo de ellas un modelo instructivo de trabajo sobre el anarquismo.
La ciudad medieval no era un Estado centralizado. Era una confederación, dividida de cuatro o cinco a siete secciones que irradiaban de un centro. De alguna manera estaban estructuradas como una doble federación. La una estaba formada por las familias unidas en pequeñas unidades territoriales: la calle, la parroquia. La otra estaba formada por los individuos unidos en gremios de acuerdo con sus profesiones.
Los gremios establecieron las reglas económicas. Pero en el gremio confluían muchos intereses. “El hecho es que el gremio medieval… era una unión de todos los hombres que se dedicaban a una determinada labor: los que compraban productos no elaborados, los vendedores de bienes manufacturados, los artesanos, los maestros y aprendices”, siendo soberanos en su ámbito, pero no aprobaban normas que interfiriesen en el funcionamiento de otros gremios.
Cuatrocientos años antes de Adam Smith, las ciudades medievales habían desarrollado normas que buscando el interés propio también apoyaban el interés común. A diferencia de la propuesta de Adam Smith, siendo su instrumento una mano muy visible.
Este minimundo de cooperación dio resultados notables. De ciudades de entre 20.000 a 90.000 personas salieron avances tecnológicos y un desarrollo artístico que hoy todavía asombra al mundo.
La vida en estas ciudades no eran tan primitiva como suele aparecer en los libros de Historia cuando se habla de la Edad Media. Los trabajadores en estas ciudades medievales ganaban un salario digno. En muchas ciudades tenían jornadas de no más de 8 horas.
Florencia tenía 90.000 habitantes en 1336. Entre 8.000 a 10.000 niños y niñas acudían a la escuela primaria, y 600 estudiantes lo hacían en cuatro universidades. La ciudad contaba con 30 hospitales con más de 1000 camas.
Kropotkin escribe: “Cuánto más aprendemos acerca de la ciudad medieval, más estamos convencidos de que en ningún otro momento de la Historia se han disfrutado de condiciones de trabajo prósperas y de respeto, y fue cuando la vida en la ciudad se situó a su más alto nivel”.
Apoyo Mutuo rara vez se cita hoy en día. Nadie se acuerda de Petr Kropotkin. Sin embargo, su mensaje y sus evidencias empíricas muestran que es la cooperación y no la competencia la fuerza impulsora que está detrás de la selección natural, que la descentralización superior a la centralización, tanto en la gobernanza como en materia económica y que la ayuda mutua y la cohesión social deben fomentarse sobre la injusticia social y la exaltación del individuo sobre la sociedad, algo tan relevante que todavía suscita amplio debate en nuestro tiempo, tanto como lo fue entonces.
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/21765
Trabajo sin patrón en Europa: 4 experiencias europeas de autogestión
por diagonalperiodico.net
De Francia a Grecia, cuatro experiencias de recuperación de fábricas en Europa muestran que se puede trabajar sin patrones.
Marsella – Fralib: el elefante victorioso
Hay un elefante en Francia que se ha transformado recientemente en un símbolo de lucha. Es el elefante que aparece en el logo de un té muy conocido en la región, producido desde hace 120 años en una fábrica, de nombre Fralib, situada en el área metropolitana de Marsella, a 20 kilómetros de la ciudad. La multinacional Unilever, dueña de la marca Thé Éléphant y también del té Lipton, decidió en septiembre de 2010 cerrar la fábrica y trasladar la producción a Polonia, en busca de mano de obra más barata.
182 trabajadores se quedaron en la calle. Pero reaccionaron rápidamente y ocuparon la fábrica. Desde allí empezaron a reivindicar, apoyados por los sindicatos, no sólo los salarios que les debían, sino también el derecho a mantener sus puestos y a autogestionar la producción. Unas medidas acompañadas de una campaña de boicot a la transnacional.
El 26 de mayo de 2014, tras más de 1.336 días de protestas y de ocupación de la fábrica, los trabajadores de Fralib obtuvieron una victoria histórica en la batalla legal contra Unilever, la cuarta empresa alimentaria más grande del mundo.
Aunque Fralib no pudo conservar la marca Éléphant, en el mes de julio los trabajadores lograron por fin retomar la producción del té y de las infusiones de hierbas. Además, consiguieron que Unilever los indemnice con 20 millones de euros por los daños causados por el cierre de la fábrica. Con este impulso, los 60 integrantes actuales de Fralib volvieron a sus puestos de trabajo en la fábrica, esta vez bajo control obrero. Ahora no sólo trabajan sin patrón, sino que han reemplazado los aromas químicos por productos naturales y orgánicos provenientes de cooperativas de productores locales, en el ámbito de la economía solidaria y alternativa.
“Éste es un proceso que no tiene vuelta atrás”, dice Rima, obrera de Fralib desde hace varios años. Empezó a trabajar con contratos precarios. Ahora es integrante de pleno derecho en la cooperativa. “Desde que empezamos esta lucha, nos hemos dado cuenta de que estamos en una etapa muy importante con respecto a nuestra libertad como trabajadores y ciudadanos; hemos necesitado mucha fuerza, mucha energía, pero ahora tenemos que seguir adelante, sin detenernos ni tener miedo”, concluye Rima.
Estambul – Kasova: “No es sueño, es necesidad”
La ciudad de Estambul ha vivido un año de movilizaciones multitudinarias a partir de las resistencias del movimiento en defensa del parque Gezi, de los sindicatos combativos y de muchas otras experiencias de lucha en contra del autoritarismo del Gobierno, la explotación laboral, la especulación inmobiliaria o la expropiación de los bienes comunes. La historia de los obreros de la fábrica Kasova se ha desarrollado en este contexto, convirtiéndose en la primera fábrica recuperada en Estambul desde los años 70. Esta experiencia ha evolucionado en profunda relación con otras experiencias, entre ellas la de la fábrica ocupada Greif, desalojada por la policía el pasado mayo, o el periódico Karsi, ocupado y autogestionado por sus trabajadores.
La Diren Kasova (Kasova Resiste) se encuentra en Osmanbey, un barrio textil con una fuerte tradición de lucha obrera, cerca de la plaza Taksim y del parque Gezi. En los últimos seis meses de vida de esta fábrica textil, el antiguo dueño empezó a bajar los salarios, a despedir trabajadores y a reducir el volumen de producción. Cuando en 2013 la plantilla descubrió los planes del patrón, decidió tomar la fábrica y defender las máquinas, enfrentándose y resistiendo a la presión policial, a un intento de desalojo y a varias amenazas durante las noches de toma.
Los obreros han suplido la falta de experiencia sindical con la solidaridad de los vecinos y de varios grupos políticos. “En los meses de lucha se han construido conexiones con los vecinos, que se dieron cuenta de las amenazas de desalojo y empezaron a visitar la fábrica durante la toma. Al mismo tiempo, la relación con el forum [asamblea] barrial ha ido creciendo en intensidad. Todo esto ha sido clave, desde el principio, para el éxito de la lucha”, nos cuenta Bulent, uno de los integrantes de Kasova. “Sin salarios y sin ningún tipo de indemnización, fueron momentos muy difíciles”, dice. La solidaridad y el apoyo popular, en particular de los forums, asambleas barriales surgidas desde el movimiento de Gezi, junto a la determinación de la plantilla de Kasova, fueron determinantes.
Actualmente, los obreros de Kasova luchan para que les devuelvan las máquinasque consiguieron llevarse antes de la quiebra definitiva de la fábrica. La necesidad de empezar a producir para garantizar ingresos para los integrantes de la cooperativa es un tema vital, una urgencia económica, pero también política: demostrar que es realmente posible producir sin patrones, en el marco de la autogestión.
“Queremos empezar una campaña política para que nos reconozcan el derecho a producir sin patrón –dice Bulent–. Queremos reducir el horario de trabajo, mejorar nuestras condiciones de vida, trabajar de manera autogestionada: sabemos que no es fácil, pero queremos intentarlo. No es un sueño, es la necesidad de mantener un puesto de trabajo para sobrevivir de manera digna”.
Foto: Dominga Colonna, Cowoz, Officine Zero
Salónica – Trabajo sin patrón en Vio.Me
En Salónica, ciudad industrial del norte de Grecia, hace casi dos años que se desarrolla una historia que se ha convertido en referencia obligada en toda Europa. Es la historia de una fábrica abandonada por sus dueños, enseguida olvidada por el Estado y el Gobierno, ignorada por el sindicalismo burocrático. En esta fábrica, como en muchas otras de Grecia y el sur de Europa, los trabajadores fueron despedidos cuando la empresa entró en quiebra. En 2011, los trabajadores de Vio.Me, reunidos en asamblea general, decidieron tomar la fábrica y gestionarla ellos mismos. La fuente de inspiración fueron, una vez más, las empresas recuperadas argentinas.
“Gracias a la solidaridad pudimos recuperar lo nuestro, la dignidad de nuestras familias, y seguir con pasión y fuerza en nuestra lucha”, dice Makis, uno de los trabajadores de Vio.Me. Al igual que en el caso de Argentina, la recuperación de esta fábrica de materiales de construcción hubiera sido imposible sin las redes de apoyo y solidaridad de ciudadanos y movimientos sociales.
Los trabajadores de esta fábrica afirman que es necesario pensar la producción en relación a las necesidades sociales. En primer lugar, en relación a las necesidades de la plantilla, no sólo las económicas, sino también pensando en la sostenibilidad del ritmo de trabajo, la seguridad, las relaciones sociales entre ellos. La producción también debe estar pensada en relación a las necesidades de la comunidad, de los grupos de apoyo de la fábrica, de los vecinos. Y también del medio ambiente: hace más de un año, Vio.Me inició la producción de detergentes ecológicos. La fábrica recuperada, afirman los trabajadores, es un patrimonio común, no pertenece ni a un patrón ni a los obreros, sino que es “parte de una lucha mas grande”.
El proceso de autogestión se concreta a través de prácticas cotidianas de democracia directa, basadas en la participación del conjunto de los integrantes de la cooperativa en la toma de decisiones. “Cada día nos encontramos en la fábrica y decidimos en asamblea durante la primera hora de trabajo las actividades del día”, nos cuenta Dimitris, otro trabajador de Vio.Me, “y una vez al mes tenemos la asamblea general de todos los integrantes de la cooperativa, en la que tratamos todos los temas de gestión, producción y las cuestiones políticas en conjunto”. Entran a trabajar a las 7h y salen a las 15h. “Estábamos acostumbrados a trabajar para otros. Ahora lo hacemos para nosotros”, dice Alexandros, otro trabajador de Vio.Me.
Foto: Dominga Colonna, Cowoz, Officine Zero
Roma y Milán – Recuperando Officine Zero y Ri-Maflow
En Italia existen muchas experiencias que consiguieron gestionar de forma diferente la producción, reinvertir las ganancias y transformarse en cooperativa. Pero destacan dos experiencias innovadoras surgidas de las resistencias contra las políticas neoliberales: Officine Zero, en Roma, y Ri-Maflow, en Milán.
El proyecto de reconversión de Officine Zero surgió de la lucha llevada a cabo en la fábrica RSI, un taller de reparación de ferrocarriles situado en el barrio de Casalbertone, a un kilómetro de Tiburtina, la nueva estación de los trenes de alta velocidad de la capital. La fábrica quebró en 2011 por la crisis del sector ferroviario público y por la deficiente gestión de los propietarios, que paulatinamente habían bajado la producción y despedido a buena parte de la plantilla.
El 20 de febrero de 2012, los últimos 33 obreros despedidos decidieron tomar la fábrica exigiendo el pago de sus salarios. Durante esta lucha consiguieron un fuerte apoyo de las redes barriales, de los centros sociales ocupados y del movimiento estudiantil. La fábrica se abrió a la sociedad y empezó un proceso político asambleario llamado la “idea loca”, un proyecto de lucha y trabajo en común entre diferentes sectores laborales, a partir del apoyo a la lucha obrera contra la patronal y con el objetivo de crear un proceso de recuperación del espacio de forma colectiva y cooperativa.
El resultado de estas asambleas es el proyecto Officine Zero –“cero explotación, cero patrones y cero contaminación”–, basado en la recuperación de la fábrica y su reconversión productiva en base a diferentes proyectos laborales cooperativos. Lo que une estas experiencias diferentes es la búsqueda de otro modelo de relaciones sociales y laborales, basados en la autogestión y la cooperación.
La construcción de una alternativa concreta se articula entre varios proyectos de la fábrica: talleres artesanales, un proyecto de reutilización y reciclaje de las máquinas que han sido recuperadas y reactivadas por los antiguos obreros de la fábrica y nuevos integrantes del proyecto y un espacio de common working. Además, hay una ‘casa’ estudiantil autogestionada y un comedor popular. Otro proyecto surgido en la fábrica es la Camera del Lavoro Autonomo e Precario, con asistencia legal gratuita como forma de experimentación del sindicalismo metropolitano, organizado desde abajo y basado en la solidaridad, la lucha común y la conexión entre trabajadores precarios.
El mismo tema de la reutilización y el reciclaje es fundamental también en el proyecto de otra fábrica recuperada en Italia, la Ri-Maflow, de Trezzano sul Naviglio, cerca de Milán.Esta fábrica fue tomada por los obreros para evitar el vaciado de las instalaciones y que se llevaran las máquinas. La mayoría de los obreros despedidos participan en la cooperativa y han abierto la fábrica a la comunidad a través de la feria de segunda mano, que se ha transformado en un espacio fundamental de la economía solidaria a nivel territorial.
Nexos entre las fábricas recuperadas
En el último año, se han producido dos momentos de encuentro para construir un espacio político de conexión, debate y solidaridad entre las fábricas recuperadas europeas. El primero se produjo en noviembre de 2013, en Roma, en el encuentro Agora99. El segundo, en la fábrica recuperada Fralib, en enero de 2014, donde obreros de empresas recuperadas, activistas, militantes e investigadores de Europa y América Latina se reunieron para conectar experiencias y analizar los límites y los desafíos de nuevas experiencias de sindicalismo de base, imaginando la construcción concreta de redes de solidaridad para fortalecer la autogestión.
Con el nombre de Encuentro regional euro-mediterraneo de Economía de los trabajadores, se generó un espacio de debate, investigación e intercambio impulsado por el programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires y su director Andrés Ruggeri, en donde participaron obreros, activistas, investigadores desde Europa y América Latina. En estos días fue presentada por Darío Azzellini la página web sobre control obrero workerscontrol.net. El próximo, encuentro internacional será en Venezuela en julio 2015.
https://www.diagonalperiodico.net/panorama/23621-trabajo-sin-patron-europa.html
114° Capítulo de ECONONUESTRAS 25-ago-2014
Capítulo especial titulado «Rosa de Foc» (Rosa de Fuego) en alusión a nuestra visita a Barcelona, además de Estambul y Atenas, de donde compartimos impresiones desde la perspectiva de la economía política en una zona especialmente azotada por la crisis, pero también por experiencias, movimientos y autogestión que hacen del sur de Europa y el Mediterráneo un atractivo espacio de análisis hoy en día.