La Casona: una pizzería recuperada en Buenos Aires

Tras más de 20 años como cafeteros, mozos o maestros pizzeros de La Casona, los 40 trabajadores se sobrepusieron a la quiebra: organizados en cooperativa, hoy son los dueños de la pizzería.

Empezaron apretando el puño y tragándose alguna lágrima que preferían no dejar salir. Siguieron desconcertados, sin poder dar crédito a las palabras del abogado que los representaba y les comunicaba, a ellos, los trabajadores de la pizzería La Casona, el lugar donde trabajaron tantos años, que sus empleadores –la empresa New North S.A.– se retiraban de la administración del comercio. Ese mediodía del viernes 25 de julio, sin saber de dónde les salían las fuerzas para abordar lo desconocido, nació La Casona Cooperativa. Las puertas de la céntrica esquina porteña de Maipú y Corrientes volvieron a abrirse pero, desde entonces, son los propios laburantes los dueños de una empresa recuperada que ellos mismos administran y motorizan.

Mario Romero ya estaba ahí allá por 1990, en la inauguración del conocido restaurante, donde comenzó como cafetero y llegó a ser el maestro pizzero que hoy, a los 42 años, luce su arte en el horno. «Desde los 18 estoy metido acá. Es toda una vida, para mí y para muchos», se emociona el hoy presidente de la cooperativa, al recordar que, cuando comenzó el tormento, de nada valieron su experiencia y los años de antigüedad. A principios de junio lo despidieron, y como a su salida se sumaron otras, y también deudas salariales, el malestar de todos no tardó en aparecer. Frente al silencio de la empresa, decidieron permanecer en su lugar de trabajo hasta que les dieran alguna respuesta, que no tardó en llegar: al día siguiente, ese viernes –que al cabo fue el de la reapertura–, el abogado de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, Ataliva Dinani, les informó que los propietarios de New North S.A. se habían comunicado para decir que, «frente a los dos pedidos de quiebra realizados judicialmente, no podrán hacerse cargo de la gestión de la empresa». Después del anuncio, enseguida, se puso en marcha la idea de la autogestión, que, como explica Dinani, se fundamenta en «la reforma de la Ley de Quiebras realizada en 2010, a partir de la cual se prioriza, en el proceso de salvataje de la empresa, la voluntad de los trabajadores de defender su fuente de trabajo, siempre y cuando se organicen de modo cooperativo».

«Ninguno había tenido experiencia en esto –confiesa Mario–. Nosotros no dejamos de ser pizzeros y mozos a los que, de golpe, les cambió todo. De administración no tenemos mucha idea, pero estamos peleándola y aprendiendo día a día». Daniel Fernández, quien ahora se encarga de la administración, trabajó más de una década en La Casona antes de ser despedido, hace tres años: «Estaba vendiendo libros en la calle cuando me llamaron para ser parte de la cooperativa y no lo dudé ni un minuto». Lo más importante de este recomenzar, para él, es adoptar una nueva mentalidad colectiva: «Les explicamos a los compañeros que, así como hay que cuidar cada vaso porque es de todos, también las ganancias se van a repartir en partes iguales. Todos tenemos la misma responsabilidad: Mario es el presidente de la cooperativa y ahora está preparando el relleno de las empanadas. Nadie se la tiene que dar de gerente».

Ya se ven cambios en la pizzería, que van desde mejoras en los insumos hasta el arreglo de los baños. Como explica Mario: «Es para darle más servicio a la gente, para que nos elija y vuelva: en vez de servirle el café solo, le agregamos una medialunita, un juguito de naranja, o si vienen diez personas a comer, les invitamos el postre». Con alegría, todos recuerdan que el primer día, cuando no había ni un peso en la caja y todos aportaron para lo que faltaba, un cliente de hace muchos años se tomó un café, les sonrió y ayudó con 500 pesos. «Que en este momento venga un cliente y nos desee suerte, nos felicite y nos diga: ‘Esto cambió’ o que venga el proveedor de café y nos diga: ‘Muchachos, acá les dejo 12 kilos gratis para que empiecen’, es un aliento muy grande para nosotros».

Además de la solidaridad bienvenida, en La Casona Cooperativa ahora aguardan con entusiasmo que el juzgado les dé formalmente la continuidad de la explotación. Por lo pronto, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) ya les otorgó su matrícula, lo que les brinda estabilidad y autonomía. Aunque lo positivo, como reflexiona Mario, es que el clima ya es otro: «Ahora todos quieren trabajar. Están con ganas, quieren ayudar, organizar cosas, quedarse hasta más tarde… Están contentos, porque uno también se siente parte de algo, ¿no?» Sonriente, Daniel le contesta desde la caja, a él y a los otros 40 compañeros que empujan por crecer con esta nueva cooperativa: «Lo importante es que estamos todos trabajando. Y que La Casona está abierta». «

Gastronomía recuperada

La Casona Cooperativa se sumó así a Los Chanchitos, La Ciudad, Ferrox Seven, Enlace, Bauen, Mundo Nuevo, Perseguidores, entre otras empresas gastronómicas recuperadas por sus trabajadores.

http://tiempo.infonews.com/nota/130888/pizza-conmigo

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